Valeria se enfrentó a él esa noche, con el pañuelo en la mano. Adrián la miró con una mezcla de sorpresa y decepción. "Es de una compañera de trabajo, Valeria. ¿De verdad crees que te engañaría?" Su voz sonaba tan sincera que por un momento, ella casi le creyó. Él la abrazó, y ella se sintió pequeña y tonta por haber dudado.
La duda, sin embargo, no la abandonó. Una noche, mientras Adrián dormía, Valeria buscó en su mesita de noche. Debajo de un libro, encontró un segundo teléfono. Su mano temblaba mientras lo sostenía, sabiendo que la verdad estaba a un solo toque de distancia.
Un simple código numérico, la fecha de su aniversario, abrió el mundo secreto de Adrián. Mensajes de texto, fotos, y audios. Todo de una mujer llamada Isa. Las palabras eran como dagas, cada una perforando la burbuja de su matrimonio. "No puedo esperar a verte, mi amor," decía uno. "Tú eres mi verdadero hogar," decía otro.