NICOL
Doy el primer bocado de un delicioso postre de maracuyá, me empalaga su sabor y encima su salsa mientras tanto hablamos de temas triviales, pero ya es hora de revelar mi idea.
- Bueno papá, tengo una idea no se si te guste…—mi padre me interrumpe
- ¡Hija! ¿Por fin vas a dejar esa idea de ser DJ, para ser una emprendedora como tu madre o una senadora como yo? —pregunta mi padre con euforia
- Siento decepcionarte, pero mi idea es la siguiente —tomó aire— investigué que hay un colegio distrital muy bueno en la parte académica y disciplinaria de toda la ciudad, estuve pensando ¿por qué no entrar? —respondo y la cara de mi papá cambia por una muy disgustado y ofendido por lo dicho
- Hija, pero ¿qué dices? —toma un sorbo de la copa de agua que hay en la mesa
- Mi propuesta es que me dejes entrar a ese colegio, sino me dejas, pues…, el contrato con los padres de Camilo se cancelará
- ¿Por qué hija? —dice mi papá y se exalta ante mi comentario
- Porque él no me respeta y yo no lo quiero ni un poco, nunca pensaron en mí antes y ahora que pienso yo merezco respeto y cariño, porque, así como tú yo también tengo dignidad y me haré respetar estando lejos de él, no verlo a diario sería un gran favor para mí, ese contrato fue lo peor que me pudo pasar, me siento como un objeto y eso no será así, nunca más —recalco mí última palabra—. El me engaño con mi supuesta mejor amiga
- No lo sabía —dice mi padre y se queda mirando un punto fijo, como si tuviera muchas cosas en la mente
- Ya lo sabes, podrías hacerme ese favor, prometo no descuidar mi estudio, ni mucho menos dejarme influenciar de nadie, es más me juntare con chicas inteligentes y que sean bellas personas, tendré cuidado con el ambiente que hay en ese sector
- Bueno hija, pero con una condición —dice mi padre con voz autoritaria
- ¿Cuál? —respondo
- No puedes cancelar el contrato y Mateo te debe llevar y recoger, nada de estar sola porque en esos lugares puede haber mucho peligro y no quiero que nada malo te pase
- Está bien —sonrío
- Trato —estira su mano
- Trato
- Ahora termina de almorzar, ¿ya le contaste a tu madre?
- No y no le cuentes, yo lo haré —respondo y levanto un poco más mi cabeza con mucha alegría y sobre todo porque me pude liberar de Camilo un poco más.
Me desplomo en la cama y sonrío de la alegría, por fin me alejare de tanta hipocresía y de ese imbécil que no merece nada más que mi desprecio por su comportamiento hacia mí. Estudio en toda la tarde para estar más preparada por si debo llegar a presentar algún examen, me gusta estar lista para todo, sobre todo si no llego a ser lo suficientemente buena para la institución.
En la noche no duermo con facilidad por la alegría que me da estar lejos de él y el hecho de entrar en otro colegio y ser la nueva causa nervios, cambiaré mi ambiente y vínculo de amistades, crear de nuevo el papeleo que ellos piden para matricularme. Una ventaja es que en ese colegio se usa calendario A y en el que estoy es calendario B, lo que me ayuda para ingresar al mismo tiempo que los demás estudiantes y no entraré a mitad o muy tarde.
Después de tanto pensar me quedo profundamente dormida, cuando despierto solo tengo un propósito y es contarle a mamá, bajo a desayunar luego de estar lista y mi madre se encuentra con los codos en la mesa pensativa
«Será que papá le contó, aunque no lo creo si no ya me hubiera regañado» pienso
- Hola hija ¿cómo estás? —pregunta mi madre y mi papá cambia su semblante frío por una sonrisa. Creo que discutieron y espero que yo no sea la causa de esa discusión
- Bien mami y tú —respondo mientras abrazo a mi padre y deposito un beso en su frente por respeto
- Bien hija —me desplazo hasta donde se encuentra mi madre
- Y tú papi —le pregunto y beso a mí madre también. Hay un poco de tensión en el ambiente
- También hija… ¿no tenías que contar algo? —dice mi padre y sonrío
- Si…mamá…este… yo, yo le dije a mi papá sobre cambiarme de colegio y…—mi madre me interrumpe
- ¿Tu padre aceptó? —pregunta mi madre y yo asiento—. Bueno ¿cómo se llama el colegio o dónde queda?
- Queda en el centro de la ciudad y se llama Centro Educativo Nacional —mamá abre los ojos
- A ese colegio ¿público? —asiento—, pero qué les pasa a los dos ¡Christopher estás loco! No sé porque aceptaste, que dirán de nosotros, la hija de dos personas importantes en un colegio de ¿pobres?
- Acepté, porque tu hija no se siente bien con Camilo, él ha sido una persona muy mala con ella y nosotros solo pensamos en nosotros, no contamos con ella, ¿crees que Nicol es un objeto? —dice mi padre y noto que la tensión va ascendiendo cada vez
- Yo sé que Nicol no es un objeto…—la interrumpo porque ambos han subido el tono de la voz y el mencionar mi nombre me demuestra una cosa, mamá esta extremadamente furiosa