La Vida Cabal Tomo 1 Terminado

Capítulo 17 ✔

NICOL

Y han pasado tres días desde que me vi con ese chico, tres días en el que he tenido que tomar somníferos, tres días en los que he buscado registros de mujeres con el nombre de mi madre, pero sin tener información exacta, tres días sin ver a Luisa y tres días con tensión en mi casa, siento que haber preguntado sobre la mesita de noche le causo preocupación a mi papá. Tengo dudas sobre mi hermano, mi mamá y el valle, pero no he podido resolver alguna porque Luisa no ha ido al colegio y no he encontrado más información de mi madre en las cajas.

Veo a Luisa junto a un chico que le pasa el brazo encima del hombro, así que me acerco con mucha alegría porque por fin regreso a clase y ya no estaré con tanta preocupación.

- ¡Volviste! —digo cuando estoy a su lado

- Sí —responde Luisa con una sonrisa y me percato de lo que acabo de hacer, la abracé tan fuerte y no tuve cuidado con mi falda que se ha subido un poco, la acomodo junto a mi gabán.

- Solo te abracé porque pensé que me ibas a dejar sola con el trabajo de sociales —le sonrío— por cierto, te espero en las gradas para hacer la cartelera en el recreo

- Por supuesto —dice y me voy para la clase, no quiero atrasarme. Me sentí un poco incómoda, quizás porque no había tenido a alguna amiga que no estuviera siempre hablándome, si no solo lo necesario.

Entro al salón para tener clases como siempre, para mí sorpresa encuentro a Isaac hablando de un tema que todos debemos saber por parte de personería, este tema es más importante para los bachilleres que hasta ahora inician su proceso escolar, en cambio, para nosotros que somos el último curso no le damos mucha importancia.

Algunas chicas para lograr captar su atención se inclinaban o botaban baba por él, así que demuestra más arrogancia. Mientras saco mis cosas para cuando se marche Isaac, de la nada todos se alborotan y gritan, parecen simios alborotados, las chicas se mueven rápidamente para la estantería y los hombres voltean las mesas como si fuera una guerra.

- ¡Esto es guerra! —gritan y no entiendo nada de lo que dicen, hasta que una bomba de agua impacta en mí cara, todos se detienen menos Isaac que sigue aventando bombas, el antes disfruta mi reacción. Con delicadeza me levanto y limpio mi cara, suspiro y pregunto con seriedad.

- ¿Quién fue? —

- Yo —sonríe Isaac de la forma más picara de este mundo y con alegría

- ¿Por qué lo hiciste, idiota? —digo enfurecida por su comportamiento y la falta de respeto por no aceptar un no como respuesta

- ¡Porque esto es guerra! —grita y todos siguen lanzándose bombas de agua, por mi parte me trato de arrinconar en la esquina para no mojarme y todo iba de maravilla hasta que Isaac vuelve a hablar.

- Nicol no está mojada, contra ella —grita

Todos me comienzan a bombardear, quedo totalmente paraliza y algunas bomba me han golpeado muy duro mis piernas, quedo totalmente mojada desde mi cabello hasta mis tacones, es inevitable no vengarme de todos así que me acerco y lanzo algunas bombas de agua, disfruto de una guerra en la que todos estamos completamente mojados.

Risas, gritos y mucha diversión es la que sentimos en este momento; en mi anterior colegio jamás harían esto, incluso llegaríamos a tener sanción porque a ninguno le agradaría mojarse, las mujeres serían las primeras en avisar esto, en cambio en este colegio las mujeres apoyan y se divierten también a pesar de que a algunas se les ha corrido el maquillaje.

Voy hasta la otra mesa con bombas y me resbalo cuando caigo al suelo y una mano me ofrece ayuda, no levanto la mirada porque el agua despliega hasta del techo, al levantarme quedo muy cerca de su abdomen que se ve marcado, subo la mirada lentamente y me topo con los ojos de Isaac, él me ayudo a levantar, me alejo y agarro una bomba y se la estrecho en la cabeza. Me río a carcajadas porque no se lo esperaba.

Al poco tiempo se acaban las bombas y miramos alrededor del saló, las paredes, ventanas, piso, techos y todos nosotros estamos llenos de agua. Hay un dicho que todo tiene un inicio y un fin, un profesor entra al salón y grita furioso.

- ¡Todos a sus puestos, ya! —hacemos caso, levantamos las mesas y las sillas las acomodamos, aunque algunos nos resbalamos — ¡¿quién comenzó esta guachafita?!

- Yo —dice Isaac y todos mis compañeros lo miran, no me parece justo que sea el único que se lleve la culpa porque todos nos divertidos y lo hicimos juntos, así que también me levanto, todos me siguen y nos levantamos todos. No hay nada como estar todos en la cama o todos en el suelo.

- Están todos muy chistosos el día de hoy ¿cierto? —dice el profesor y entre todos nos miramos, estoy que suelto la carcajada por esta travesura, pero me contengo porque podría empeorar la situación—. Quedan totalmente castigados no hay descanso para ninguno, Roberto y Gregorio acompáñeme para que traigan traperos, limpiones y un par de cubetas, necesito que todo quede totalmente seco y limpio.

Cuando los chicos regresan con las cosas, comenzamos a secar todo, a pesar de que es un castigo aprovechamos para divertirnos, solo que el abrir mucho la puerta y las ventanas nos da frío, nuestras prendas mojadas nos hará pescar un resfrió porque no nos hemos cambiado la ropa. Cuando terminamos de organizar, decidimos sentarnos en círculo, algunos se abrazan para coger calor, cuando me siento tengo cuidado que no se me vea nada por la falda, compartimos de una charla mientras el descanso acaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.