NICOL
Le digo a Sebastian que no nos podemos encontrar que voy para mi casa, entonces me da una dirección y me voy a dónde me dijo, queda cerca de mi casa.
- Señor, espéreme que yo le pagaré todo —le digo al taxista
- Bueno señorita, acá la espero —dice y entro a una cafetería, me encuentro a Sebastian sentado tomando un café
- Qué bueno que viniste —dice y no he podido olvidar como se portó conmigo que día—. Ya sé porque tu papá quiere ese terreno
- ¿Para qué lo necesita? —se acerca y me susurra toda la información que adquirió, no me sorprende y más porque proviene de mi padre alguien que le interesa mucho el dinero y no le importa hacer lo que sea para tener más dinero sin importar las consecuencias.
- Gracias por contarme —respondo y él me sonríe— por cierto, tengo una duda desde que te vi en el valle, quiero saber ¿cómo es posible que entraste allá?
- Yo no te puedo decir nada, solo me gustaría que guardarás el secreto con Luisa —dice Sebastian
- ¿Tú también la conoces? —preguntó porque no he mencionado nada acerca de Luisa
- Sí y más de lo que creen, Javier me comento de la búsqueda que están haciendo por ella y en estos momentos está buscándola a dónde le dijeron así que pronto estará de vuelta con nosotros. Lo otro que te iba a decir es que ya sé quién mato a mi viejo y me vengaré
- ¿Tú viejo?
- Sí, así llamaba a tu hermano, era tan sabio para tomar decisiones y se veía como un sabio cuando hablaba, desde ahí le deje ese apodo —sonríe— no me caes mal Nicol, si es lo que has llegado a pensar, ese día metiste las narices en un mal momento porque íbamos a saber más cosas
- Lo siento. ¿cómo conseguiste toda la información?
- Gracias a ti la pude conseguir, aproveché mucho que ayer no le contestarás a tu padre y le pude sacar información y dinero
- Pero… ¿cómo?
- Cuando te fuiste a buscar en los centros, tus padres estaban muy preocupados por ti y pude sacarle provecho por ellos mismos
- Por eso tuve muchas llamadas y cuando llegue no decían mucho
- Así es, señorita fue un placer hablar contigo y te ves bonita —sonrío
- Gracias por decirme todo lo que mi padre ha hecho
- Señor ahora si me puede llevar a la dirección que inicial —digo cuando subo al taxi
- Bueno pues —responde el conductor y me quedo pensando en la amabilidad de Sebastian y sus disculpas, al parecer se carga un genio insoportable. Debo hablar con mi papá cuando llegue, el problema es que debe estar ocupado con la reunión.
Llego a la casa y aviso a Rita que ya desayuné, todos ya saben que he llegado y se lo han informado a mis padres, Erica me llama para que vaya en dónde está, le están arreglando las uñas.
- Por fin llegaste, necesito que está noche no te pierdas mucho, tú padre y yo debemos hablar contigo de negocios
- ¿Negocios? —respondo
- Sí, hasta que termine la fiesta hablaremos todos ¿entendido? —dice
- Si señora, ahora sí me iré a arreglar mi cabello
- Está bien hija —responde con una sonrisa y es de las más falsas que he visto en mi vida. Por supuesto que ya sabía para qué quieren hablar de negocios, llamo a la peluquera de confianza para que me haga un peinado elegante, decido por hacerme un recogido de duquesa que me ayuda a resaltar mis hombros y clavícula con el vestido que usaré y uso unos tacones que resultan ser bastantes cómodos.
Llegan la hora de la verdad y en esas Isaac, luce muy bonito y no se nota que no es de clase alta, trae de presente un ramo de rosas y le agradezco por su amabilidad.
- Tes ves muy hermosa —dice cuando estoy a su lado, lo tomo de gancho y caminamos para el patio
- Me arregle un poco, nada más
- Exageras, te ves como toda una princesa
- Mientes —río y hablamos de temas, llega la hora del brindis y todos se acercan de lejos puedo ver como Camilo me mira de reojo con mal genio por tener un acompañante, cuando vamos a cenar me siento en la mesa con mis padres y con Isaac a mi lado. La mesa de al frente están los invitados que más he querido, mis exsuegros, seguidos de su hijo y mi ex mejor amiga.
- Hola —dice Alison cuando se acerca— te ves hermosa —se inclina hacia adelante para que sus senos se noten más y así llamar la atención de mi acompañante, cosa que no hace y agradezco
- Hola, querida igualmente —respondo y beso su mejilla
- ¿Quién es tu acompañante?
- Mucho gusto Isaac —responde con gentileza
- El gusto es mío, Alison —ruedo los ojos— te dejo iré a mi mesa
- Por fin —respondo cuando se ha alejado, en esa me mira mal Erica— lo siento, pero es una perra —sobresaltan sus ojos y le susurro a Isaac— se metió con mi ex
- Ah —responde y no se menciona nada más