Donde todo comenzó

Comencemos por hablar sobre la niñez de Yudith.

Todo comenzó en su cuarto grado de primaria, Yudith era una niña feliz sin rencores de la vida -después de todo solo era una niña- con tan solo 9 años de edad.

Era un día de escuela, un día normal, dónde el sol brillaba más que nunca, y Yudith lo contemplaba al lado de sus amigas en el patio de la escuela, -en ese entonces tenía amigos o eso es lo que ella pensaba- charlaron por varios minutos en una mesa riendo, hasta que Yudith se levantó de la mesa porque no soportaba la forma de actuar de Juliana, una de sus amigas, -al parecer se la pasaba criticando a todo el mundo sin razón alguna- y Yudith dijo que no podrían ser amigas si ella seguía criticando de ese modo a las personas, por lo que juliana se fue llorando a hablarle a una de las maestras de su curso.

Yudith terminó siendo regañada por su maestra sin ser escuchada y obligada a volver a ser amiga de Juliana, pues Juliana era la favorita de todos por cantar muy bien y ser bastante sociable, pero era demasiado falsa y al parecer nadie lo notaba o no querían ver la realidad, excepto Yudith.
Por suerte las horas pasaron muy rápido en la escuela, Yudith regresó a su casa estresada por lo que había pasado, por suerte su madre le tenía una gran sorpresa. Al llegar a su casa Yudith vió una caja sobre su cama y al abrirla se encontró una linda gatita grande, que llevaba un collar que decía "Tita", saltó de la emoción y fue a la cocina donde estaba su madre para preguntarle de quién era esa hermosa gatita, a lo que su madre respondió que había adoptado a esa gatita, puesto que tenía 2 años y nadie quería adoptarla, con una gran sonrisa dijo que esa gata era para ella y que ahora tenían un nuevo integrante en la familia.

A los dos días Yudith ya no soportaba a Juliana y ya no podía seguir fingiendo que todo estaba bien, por lo que de nuevo le dijo a Juliana que ya no quería ser su amiga y que no importaba si volvía a llorar, esta vez ella no iba a ceder ante sus lágrimas falsas. Juliana se fue llorando a hablar con Tania y Coral (las dos amigas en común de Yudith y Juliana), al parecer les contó su versión sobre lo sucedido, Yudith se acercó rápidamente a hablar con Tania y Coral, pero las dos le dijeron que ya no querían ser su amiga, y que preferían quedarse con Juliana, sin pestañear le dieron la espalda y se fueron agarradas de la mano con Juliana.
Yudith triste por la acción de Tania y Coral se sentó en otra mesa del patio apartada de ellas, pasaron las horas y Yudith ya había salido de la escuela camino a su casa. Al llegar allí entró corriendo desconsolada a su habitación, por suerte su gata Tita estaba en su cama esperando su llegada, después de varios minutos su madre tocó su puerta para entrar y le preguntó a Yudith que había ocurrido, ella le contó todo y al hablar con su madre se comenzó a dar cuenta que las amigas de verdad jamás te abandonan ni te hacen sentir mal, por suerte toda la tristeza terminó en un cálido abrazo de madre e hija.

A las 2 semanas de lo ocurrido, Yudith comenzó a sentarse sola en su salón y prefirió no hacerse amiga de nadie, pues ella conocía muy bien a sus compañeros y no veía que sean muy buenas personas, aún así ella no se sentía mal, al contrario se sentía mucho mejor que antes, encontró un mejor lugar para sentirse bien y ser escuchada, y nada menos que en los brazos de su madre, para ella sus únicas amigas eran su madre y su gata Tita.

Al cabo de un tiempo Yudith fue a su escuela, como normalmente lo hacía, entró a su salón y se sentó en una mesa, pero luego llegaron varios chicos y le dijeron que se fuera a otra mesa porque ellos querían sentarse allí, Yudith se negó, por lo que ellos se tornaron agresivos, agarraron su mochila y sus carpetas, arrojando todo al piso, sacándola de su asiento.
Los maestros solo miraron como si fuese algo normal, y le dijeron a Yudith que levante sus cosas y que se valla a otra mesa, que después de todo ella los había provocado, enojada apunto de llorar y con mucha furia solo se fue a un rincón a sentarse sin hablar ni molestar a nadie.

Pasaron los días y todos comenzaron a tratarla mal en su escuela. Comenzaron a decirle cosas horribles, le pegaban y tiraban sus cosas, mientras que los profesores sólo seguían observándo sin decir nada, dejando que le hagan daño. Empezaron a encontrarle todo tipo de defectos a Yudith, hasta los que no existían, solo para hacerla sufrir.

Un día un chico muy lindo se había transferido a su escuela, y Yudith al verlo le comenzó a gustar, porque creía que era muy bueno y amable. Pero al pasar unas semana se dió cuenta que tenía una idea errónea sobre ese chico, y se dió cuenta que era igual a sus compañeros, pronto ese chico también comenzó a tratarla mal y llegó a un punto en que no solo la discriminaba sino que también la golpeaba. 
Yudith comenzó ocultarles todo tipo de marcas de golpes a sus padres, ya que no quería preocuparlos. Así pasaron los años hasta que ella llegó a su último año de primaria, pero un día ya no aguantó más y explotó frente a sus padres, y les pidió que por favor la dejen quedarse en su casa por algunos días, ya que la habían amenazado con esperarla afuera de su escuela para golpearla.

Sus padres tomaron cartas en el asunto y fueron a su escuela para hablar con los directivos y profesores, para que les pongan reprimendas a esos alumnos maltratadores y a los maestros que no hicieron nada para ayudar a Yudith, también quisieron cambiarla de escuela pero eso no era posible porque ya faltaban unos meses para terminar la escuela.

Pasaron los meses y Yudith aguantó como pudo, ya que esos chicos que le hacían daño seguían en la institución, pero a comparación con los 3 años de bullyng que sufrió, esos meses pasaron rápido.
Yudith terminó la primaria siendo la mejor alumna de su institución, y se sintió aliviada pensando que todo al fin terminó, que el sufrimiento que vivió esos últimos años había acabado, y que ya nunca nadie la volvería a maltratar.