La vida de Yudith

La tragedia

Después de unos días Yudith había tomado una decisión, definitivamente iba a ver si ese chico engreído tenía su libro.

Un día de escuela Yudith se dirigió a la biblioteca para encontrar al chico tonto, así que reviso por todo el lugar pero no había rastro de él.

Cuando Yudith estaba abriendo la puerta para irse de la biblioteca, escuchó unos ruidos atrás de unos estantes, así que se acercó, y al asomarse vió que el chico engreído salía de el pequeño lugar de mantenimiento. 
En ese instante Yudith se sintió una tonta por no haber recordado que ese chico la había salvado en aquel lugar. 
Aún así siguió mirando al chico y vió algo en sus manos, y efectivamente Yudith estaba en lo cierto, su libro estaba en manos de el chico engreído, pero al instante notó que él lo estaba leyendo porque había un separador de páginas en el libro y no era de ella.

Yudith al ver eso decidió que era mejor que el chico engreído se quedara con el libro por un tiempo, hasta que lo termine de leer. Así que se alejó lentamente y se fue a su salón.

Yudith al entrar a su salón, saludó a su profesora y se puso a charlar con Amelia sobre lo que había pasado con su libro y con el chico tonto. Pero Amelia al escuchar todo sintió curiosidad por el chico tonto, así que le pidió a Yudith que se lo mostrará, por lo que Yudith le advirtió que el chico era muy engreído aunque la haya ayudado con los bravucones, pero aún así Amelia quería conocerlo.

Lamentablemente ese era el último recreo, así que ambas se fueron a sus casas al terminar las horas de clase.

Yudith al llegar almorzó, luego se fue a su habitación y se puso a mirar por su ventana, ya que se sentía un poco abrumada por todo lo que le estaba pasando esa semana llena de infortunio. 
Yudith esperó hasta la tarde y le pidió permiso a sus padres para ir a la playa, a lo que ellos le respondieron que si, así que Yudith agarró su mochila y guardó un libro, su celular y sus auriculares para irse.

Luego Yudith fue caminando hasta la parada del bus, y al llegar se sentó a esperar a que llegara, pero después de un rato largo Yudith se cansó de esperar y sacó su libro de su mochila para entretenerse.

A los diez minutos vino el bus, por lo que Yudith subió con su libro en la mano, pero al ir a sentarse se le cayó, y cuando quiso agarrarlo alguien más lo tomó por ella. Entonces Yudith levantó su cabeza, y al ver a Mark sonrió. 

Conversación:

 


Mark: -con una sonrisa, dándole el libro a Yudith- Nos volvemos a encontrar Yudith.

Yudith: -mirando a Mark- Muchas gracias. Eso parece Mark -riendo- 
Mark: De casualidad te diriges a la playa?

Yudith: Sí, hace mucho que no veo un buen paisaje, y tu también vas?

Mark: -con una sonrisa- obvio, acaso no me viste? Estoy vestido para la ocación -riendo-

Yudith: -riendo- no te había visto, por cierto bonitos shorts de sandías.

Mark: -riendo- Bueno aprovechemos los asientos vacíos y sentémonos.

Yudith: Claro.

Mientras viajaban en bus seguían charlando de sus vidas, pero Yudith no se había dado cuenta que alguien la espiaba 2 asientos más atrás.
Era la chica que había sido expulsada del antiguo colegio donde asistía con Yudith, por pelear con ella, con ayuda de otras bravuconas.

Después de un rato, Mark y Yudith bajaron del bus, mientras los seguía la bravucona, en busca de venganza.

Al llegar a la playa Yudith dejó caer su mochila sobre la arena, abrió sus brazos y suspiró de alegría diciendo: “Al fin aire puro”.

De repente jaló del pelo a Yudith y la tiró al piso, Mark quiso levantarla pero Yudith dijo que podía sola.

Al levantarse Yudith vió a la bravucona, y de nuevo recordó su pasado en esa horrible escuela, y al instante fue invadida por la tristeza y el miedo, pero aún así se puso de pie ante ella, para demostrarle a esa  chica idiota que nadie más le pondría un dedo encima. Mark solo podía mirar lo que pasaba.

Conversación

 

Bravucona: -con furia- Hasta que al fin te veo maldita perra, ahora sí me vengaré por lo que me hiciste.

Yudith: Tu sola te buscaste tu expulsión, no te bastó con molestarme todo ese tiempo? Tan feliz te hace golpear a la gente maldita basura?

Bravucona: Ahora no hay profesores mirando para que salgan a tu rescate así que podré hacerte lo que quiera.

Yudith: Más bien ahora tú no tienes escapatoria.

Mark: -interfiriendo, miró a Yudith- Vámonos de aquí Yudith, te puede hacer daño.

Yudith: Lo siento Mark, no quise meterte en esto, pero ya no puedo retroceder, así que por favor no te metas.

Mark: -desconcertado, se hizo a un lado- Está bien, pero por favor ten cuidado Yudith.

Bravucona: -mirando a Mark- No te metas en esto maldito idiota, no te concierne. 
-volviendo su mirada a Yudith- Terminemos con esto de una vez por todas -acercandose a Yudith rápidamente, queriendo golpearla-

Yudith: -agarrando el brazo de la bravucona rápidamente- No podrás sola conmigo maldita perra creída    -tirandola al piso-

Al tirarla Yudith no dejó que la bravucona se levantara, se puso encima de ella y comenzó a golpearla en la cara, sin dejarle salida alguna.

Yudith: -golpeando a la bravucona- Ahora si ya no podrás volver a molestarme perra loca.

Lamentablemente Yudith no sabía lo lejos que podía llegar ésta bravucona desquiciada, y siguió golpeándola sin parar

Bravucona: -riendo- Te equivocas niña ilusa, tu no me conoces           -sacando una navaja rápidamente de su bolsillo y clavándosela a Yudith arriba del abdomen-

Al instante Yudith dejó de golpearla cayendo al piso inconsciente.



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En el texto hay: soledad, juventud, sociedad

Editado: 24.04.2020

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