Martes, 13.
Recuerdo ese Martes 13 como si fuese ayer. Fue el primer día sin él, se había marchado a un lugar muy lejano, un sitio donde yo era incapaz de acceder, ni viajar, él llegó a su verdadero hogar.
Aquí ese Martes 13 de febrero el ambiente era muy triste, el cielo estaba despejado y el sol alumbraba suavemente, pero el frío calaba hasta lo más hondo de mis huesos. Normalmente dirían que hacía 'buen día' , pero no. No era para nada un buen día, era totalmente un día fatídico, un día donde se podría inundar la ciudad de lágrimas.
Ese día las esperanzas se marchitaron , y cinco corazones se apagaron.
Sabíamos que el no volvería , no había retorno. Recuerdo como me quedé toda la noche de vigilia, junto a alguien especial , quién fielmente me acompañaba en mi desgracia y se lamentaba siendo fuerte por ambos. Aquella noche , antes de que lo separaran físicamente para siempre de nosotros , pensé muchísimo, pensé en todo lo que había vivido y en todo lo que había hecho mal.
Absolutamente lo hice todo mal con él.
Miraba la caja abierta , y como su cuerpo se hallaba allí sereno, calmado, y completamente inerte. Me chocaba mucho , porque parecía dormido, a veces hasta tenía la sensación de que respiraba.
Y... Estába tan guapo. Una gorra de béisbol color beige adornaba su cabeza , una camisa azul marino y unos pantalones negros vaqueros. No llevaba zapatos puestos , solo unos calcetines negros.
Cuando giré los ojos ví a dos de los corazones dormidos profundamente , estaban agotados de tanto llorar , el corazón más viejo luchaba por no romperse e intentaba cuidar a los otros cuatro más jóvenes, y eso estaba haciendo que aquel corazón se hiciera añicos.
Así que desde el suelo, de aquel lugar frío y hueco abrace mi anatomía y le pregunté mil veces más el ¿Porqué?
Y la noche pasó sin dar tregua. Sin pararse el tiempo , y también sin rebobinar. Simplemente pasaba y no esperaba a nadie.
Y es lo que más desgarraba a este corazón , al corazón más joven.
29, de enero 2019