La voz del Alma

Tu presencia

Han pasado meses desde la última nota que escribí, he estado muy lejos de casa, he vuelto a repetir la historia del hijo pródigo, pero no solo eso, mi cuerpo ha sido como un árbol en un desierto, que día a día se ha ido secando, en medio de la agonía, recordé aquellos días donde yo estaba con vida, cuando te buscaba en el día hasta en la noche, donde te escuchaba hablar incluso en mis sueños, donde te veía en las pequeñas cosas, cuando te sentía esos abrazos tan cálidos que das. Una sonrisa nostálgica se hizo presente, ¿Qué me pasó? ¿Cuándo se acabó todo? Ahora no te escucho, no te veo, no te siento, por más que te busque, no te encuentro ¿a caso te has escondido de mí? No, es claro que no, yo fui quien puso la barrera para no verte, no escucharte y evitar que me sigas tocando el corazón ¿¡Pero qué he hecho?.


Hoy decidí hablar contigo aún cuando no podía sentirte, ni verte, ni escucharte, sentía mi cuerpo morir llevándose consigo mi alma, el miedo se hice presente, si mi cuerpo se llevaba mi alma, no volvería a ponerme de pie, desesperadamente seguí pidiendo que me hablaras, grite haciendo eco sobre esa muralla que puse para que se rompiera, cuando sentía mi cuerpo y alma caer, cerré mis ojos para dejarme llevar por lo que me había vencido, pero no caía, aun cuando no podía verte, ni escucharte, ni sentirte  sabía perfectamente que me escuchabas, un granito de esperanza inundó mi corazón, me ayudó a volver a ponerme de pie, ya no me sentía tan débil, mi corazón latía, y seguía latiendo, una sonrisa de alegría se hizo presente y decidí esperar. Pasaron segundos, minutos, horas, de ahí ya no era consciente de lo que había hecho, ni del cómo me sentía, de repente escuché Tu voz firme, majestuosa, hermosa, armoniosa, al mismo instante que sentía el calor de tus brazos rodearme, aun cuando no podía verte, el escucharte y sentirte fue lo único que necesité para estallar en llanto, como un niño, ahora lloro, trato de gritar "Gracias" pero la emoción solo hace que balbucee incoherencias, una canción resuena en mi mente y hoy la canto con lágrimas en los ojos:


"Y no podría estar ante ti, escuchándote hablar, sin llorar como un niños y pasaría, el tiempo así, sin querer nada más, nada más que escucharte hablar




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.