Ya en el ocaso, fue cuando dichos invitados llegaron a la mansión. El alcalde y su esposa venia, algunos empresarios e inversionistas aliados dela empresa familiar, junto a sus familias que consistían en los hijos mayores o primogénitos, solo el hijo más importante por familia podía asistir.
Kyungsoo se había esforzado mucho en que la organización se llevara a cabo solo, puesto que sabía muy bien la difícil vida que llevada Yoongi, sacándose un suspiro sus ojos nuevamente fueron a parar hacia el salón en donde las personas eran acomodadas por la servidumbre. Como su fascinación por la mansión era evidente en lo que la visitaban por primera vez, o la familiaridad con la que otros pedían favores a la servidumbre en su muestra de que ya habían asistido tantas veces.
Aunque en su cabeza del pálido aún no entraba la razón de ¿Por qué? Hacer una reunión casi cada mes, si esto solo servía para presumir el dinero y poder de esta familia que de noble no tenía mucho, eso según su pensamiento por todo lo que le hicieron a la única persona que llego a considerar un amigo y confidente.
— Dime que todo está listo — la voz de su preciada tía justo a su lado hizo que diera un ligero salto.
— Más que listo, tía — afirmo reponiéndose en ese momento — Los platillos ya deben de estar siendo servidos, los empleados de seguridad esta distribuidos, nuestra servidumbre ya está en labor de servir como meseros, además de que ya solo falta la aparición del alcalde para comenzar con la cena.
—¿Y el inútil de mi yerno? Si quiera te ayudo con los preparativos como le dije o nuevamente los evadió del todo — aquí vamos de nuevo, dijo en su mente el de ojos atrayentes.
— Cuando llego se puso a hacer sus labores, entre ellos verificar que todos estuvieran impecables, ayudo en la elaboración de alimentos en la cocina además de supervisión de estos — dijo con una tabla llena de hojas en sus manos en donde tenía en papel todo lo programado para la noche.
— ¿Mi hijo ha llegado ya? — pregunto la señora con cierta esperanza en su hablar.
-Su hijo llego hace apenas media hora, debe de estar arreglándose en su habitación, le dejamos dos trajes de los cuales eligió – sus ojos aún seguían mirando hacia el salón mientras ellos permanecían arriba. El alcalde había llegado y tacho su nombre de la lista habiéndose completado los invitados – creo que debemos de bajar a recibirlo.
— Dime que mi remedo de yerno está bien vestido que al menos parezca alguien decente de nuestro apellido — clavo sus manos en el barandal de madera, la sola mención de ese niñato era un dolor de cabeza para la mujer.
— Fue maquillado y vestido por una de mis estilistas de confianza, no debe de preocuparse tía —
— Encaje blanco y cabello negro ¿Verdad? —
— Si tía, su cabello fue decolorado, aunque solo es temporal ya que no alcanzamos a hacerle el tratamiento completo —
— Agh — se quejó — Llama a mi hijo y que traiga a su esposo, iré a recibir al alcalde y su esposa, que vengan en menos de cinco minutos no más ni menos — y bajo por las escaleras ocultando su desagrado para poner su mejor sonrisa, apodada como la "Rosa Blanca" de la mansión, por su amable carácter y su sonrisa sincera.
Una mentira, tras otra...
— Yoongi mi tía mando a llamarte, los invitados están completos — Kyungsoo veía como su amigo se miraba en un espejo, su rostro le dijo que no le gustaba para nada aquel pelo negro que le habían obligado a pintar.
— Si lo sé, ¿Namjoon ya está listo? —
— Él llego hace poco, te espera en el principio de escaleras — se metió a la habitación para intentar arreglar la gargantilla de brillantes que se veía algo chueca — vino con una cara de los mil demonios, dime que no debo de preocuparme por ti nuevamente.
— No tienes que hacerlo, al menos por estos días — un suspiro se escuchó en la habitación, era de cansancio de parte de su menor. El ojón podía darse una idea de que era lo que le pasaba — ¿Dónde estaba mi cuñado en la mañana?
— No lo vi en todo el día, supuse que debía de estar en su torre como Rapusel, después de todo nunca sale de sus habitaciones si no es para comer — ahora la gargantilla estaba en su lugar, dejando ver aún más hermoso a Yoongi.
— Estaba en la empresa, en la oficina de Namjoon — la confesión dejo callado al mayor, se supone que el doncel debía de estar encerrado en aquella habitación como todos los días, que demonios hacía en la empresa.
Sospechoso...
Años de especulación en contra de ese cuñado estaban en la cabeza de Yoongi, y entre ellas abundaba cientos de razones por las cuales su cuñado era tan escurridizo, no dirigía la palabra a menos que sea necesario, este era como un hermoso adorno en las celebraciones puesto que solo hacia presencia, entre ella está el hecho de que hasta la fecha no han podido entablar una conversación seria por más de cinco minutos.
— Estoy seguro de que todo tiene una razón coherente, no nos hagamos ideas — las manos tibias y tiernas se posaron en los fríos hombros de Yoongi, transmitiendo calma con su toque — Ahora bajemos, que mi tía debe de estar con los pelos de punta — sonrió de forma divertida contagiando de cierta forma al menor que dejo ver una ligera mueca en su rostro.
Saliendo de su habitación matrimonial, las risas de los invitados llegaron a sus oídos dándole un escalofrió en su espina dorsal.