Capítulo 7: El Tiempo de la Fuerza y la Sabiduría

Los días se convirtieron en semanas en el bosque, y Eldric y Lira encontraron un nuevo ritmo en sus vidas. El verde vibrante que lo rodeaba servía de refugio y, al mismo tiempo, de campo de entrenamiento. Los sonidos de la naturaleza, antes solo un telón de fondo, se convirtieron en parte de su nueva vida cotidiana, acompañando cada paso que daban en busca de supervivencia y autoconocimiento.

Eldric, empuñando su espada y su hacha, dedicaba sus mañanas al entrenamiento físico. Practicaba cortes y empujones contra troncos de árboles caídos, centrándose en la precisión y la potencia de sus golpes. El recuerdo de los matones que lo habían mantenido cautivo lo impulsó, y cada movimiento se convirtió en una forma de canalizar su dolor en poder.

Lira, por su parte, se dedicó al arco. Pasaba horas en un lugar elevado, utilizando un claro donde podía observar y practicar su puntería. Cada flecha que disparaba era un recordatorio de su fuerza, y se volvía cada vez más diestra, desarrollando una agilidad que la hacía destacar. El sonido del arco al estirarse y el zumbido de las flechas cortando el aire se convirtieron en música para sus oídos.

Los dos se apoyaron mutuamente, perfeccionando no solo sus habilidades de combate, sino también aprendiendo a cazar y sobrevivir en el bosque. Lira le mostró a Eldric cómo colocar trampas simples para capturar animales pequeños, mientras que él le enseñó cómo usar la espada en situaciones de combate cuerpo a cuerpo.

"Por cada enemigo que encontremos, siempre debes estar un paso por delante", dijo Eldric, mientras demostraba una técnica de parada. "La clave es moverse con confianza y nunca dudar".

Lira sonrió, su confianza crecía cada día. "Y siempre estaré listo para cubrirte la espalda con una flecha, en caso de que alguien venga por detrás".

Después de semanas de intenso entrenamiento, comenzaron a aventurarse más lejos del claro, explorando el borde del bosque en busca de nuevos desafíos. La vida silvestre ofrecía una variedad de pruebas, desde la caza hasta la defensa contra las criaturas que habitan en el bosque. Cada encuentro los hacía más fuertes y la conexión entre ellos se profundizaba.

Una noche, mientras observaban las estrellas desde un punto alto, Lira se volvió hacia Eldric. "¿Has pensado alguna vez en lo que vamos a hacer cuando salgamos de aquí? ¿A dónde vamos?

Eldric pensó por un momento. "Quiero encontrar una ciudad donde podamos registrarnos en un gremio de aventureros. Necesitamos un lugar donde podamos crecer y enfrentar lo que sea que nos esté esperando".

—¿Y los bandidos? —preguntó Lira, con preocupación en sus ojos.

"Los bandidos pagarán por todo lo que han hecho. Pero primero, tenemos que estar preparados. Tenemos que ser más fuertes, más sabios". Miró al horizonte. "Pero no se tratará solo de venganza. También tenemos que proteger a otros que puedan sufrir lo mismo que nosotros".

Con eso, Eldric y Lira hicieron una promesa silenciosa bajo la luz de las estrellas: no solo se volverían fuertes, sino que también se convertirían en héroes para aquellos que no podían defenderse.

Las semanas siguientes estuvieron llenas de progresos. Eldric perfeccionó su uso de Vérium, aprendiendo a controlarlo, a convertirlo en una fuente de poder que pudiera usar en combate. La conexión entre él y Lira se hizo cada vez más evidente; Juntos, eran un equipo imbatible, equilibrando fuerza y agilidad.

Finalmente, en un amanecer claro, después de meses de entrenamiento y crecimiento, decidieron que era hora de partir en busca de una ciudad cercana. Con mochilas llenas de suministros y corazones decididos, abandonaron el bosque, listos para enfrentar lo que el mundo les depare.

Mientras caminaban, Eldric sintió el peso de Vérium dentro de él, pero ahora no lo veía como una carga, sino como una fuente de poder que podía usar para proteger a Lyra y a sí mismo. Con cada paso, se acercaban más a su destino, a la ciudad que marcaría el comienzo de un nuevo viaje y un nuevo capítulo en sus vidas.