Lágrimas De Las Cenizas

Capítulo 9: El Camino del Bosque

Después de salir de Eldoria, Eldric y Lira siguieron un sendero que conducía al bosque. Los árboles eran altos y densos, creando un dosel que filtraba la luz del sol, haciendo que el ambiente pareciera un poco más oscuro. A medida que caminaban, la tensión y la anticipación crecían entre ellos.

Después de unas horas, se encontraron con un campamento improvisado junto al sendero. Había señales de que alguien había estado allí recientemente, y los dos se acercaron con cautela, escondiéndose entre los árboles.

—¿Qué crees que ha pasado aquí? —susurró Lira, examinando los restos de una hoguera aún humeante y algunas pertenencias desperdigadas—.

—Podría ser que los bandidos que estamos buscando se hayan refugiado aquí —respondió Eldric, con la mirada agudizada—. "Tenemos que tener cuidado. Vamos a investigar".

Con cautela, los dos se dirigieron hacia el campamento, donde encontraron algunos objetos dejados atrás: armas dañadas, una capa rota y, lo más alarmante, un cuaderno con notas sobre las caravanas que habían sido atacadas. Eldric tomó el cuaderno y comenzó a leer, dándose cuenta de que los bandidos estaban planeando un nuevo ataque pronto.

De repente, un ruido a pocos metros de ellos hizo que el corazón de Eldric se acelerara. Un grupo de cinco hombres armados, visiblemente cansados y sucios, entraron en el campamento, discutiendo en voz alta.

"Tenemos que salir de aquí antes de que alguien nos encuentre. El último ataque no salió como esperábamos. ¡Ese chico que se escapó puede estar detrás de nosotros!", gritó uno de ellos.

Eldric y Lira se miraron, comprendiendo que habían encontrado lo que buscaban, pero también que el enfrentamiento era inminente. Necesitaban actuar con rapidez.

—Aprovechemos el terreno —susurró Eldric—. "Los distraeré, y puedes atrapar a uno de ellos con tu arco".

—Entendido —respondió Lira, recogiendo su arco y preparando una flecha—.

Eldric salió de su escondite y gritó a los bandidos: "¡Hey, cobardes! ¿Estás atacando caravanas, pero no puedes enfrentarte a un guerrero de verdad?"

Los bandidos se dieron la vuelta, sorprendidos, y Eldric aprovechó la oportunidad. Se lanzó hacia ellos, blandiendo su hacha, mientras Lira disparaba una flecha con precisión, alcanzando a uno de los bandidos en el hombro.

La pelea comenzó. Eldric atacó con fuerza y velocidad, su poder de Vérium se manifestó en forma de energía oscura que envolvió su espada, haciendo que sus golpes fueran aún más devastadores. Con cada movimiento, sentía que su ira y su deseo de venganza se intensificaban, alimentando su poder.

Mientras tanto, Lira se movía entre los árboles, su agilidad le permitía esquivar los ataques de los bandidos mientras disparaba flechas. Se concentró, apuntando a puntos vitales, incapacitando a los enemigos uno por uno.

El combate fue intenso y rápido. Eldric derribó a uno de los bandidos con un golpe preciso, mientras que Lira disparó otra flecha, alcanzando a un segundo hombre que intentaba flanquear a Eldric. Pero la lucha no estuvo exenta de desafíos. Uno de los bandidos más fuertes cargó hacia adelante, mirando a Eldric con una sonrisa cruel.

—¡No tienes ninguna posibilidad contra nosotros! —gritó, blandiendo una espada larga—.

Eldric se preparó para la confrontación, con el corazón latiendo con fuerza en sus oídos. El hombre atacó con una furia impresionante, y Eldric tuvo que usar toda su agilidad para esquivar y contraatacar. El impacto de sus golpes fue feroz, pero el bandido resistió.

A medida que la lucha se intensificaba, Eldric sintió una oleada de energía oscura dentro de él, despertando una nueva habilidad del Vorium. Gritó, desatando una ola de poder que hizo retroceder al bandido, haciéndolo perder el equilibrio. La oportunidad se presentó y Eldric se lanzó hacia adelante, asestando un golpe mortal.

Con el último bandido derrotado, Eldric y Lira respiraron hondo, con la adrenalina aún corriendo por sus venas. La sensación de victoria era poderosa, pero había un peso en ellos, el recuerdo de lo que estaban a punto de enfrentar.

"Lo logramos", dijo Lira, con una sonrisa exhausta. "Pero eso fue solo una parte de lo que vendrá. Tenemos que estar mejor preparados para lo que está por venir".

—Sí —asintió Eldric, mirando el cuaderno que encontraron—. "Ahora sabemos lo que planean. Tenemos que volver al gremio y prepararnos. No podemos permitir que más caravanas sean atacadas".

Con el cuaderno en la mano, emprendieron el camino de regreso al gremio. Pero a medida que avanzaban por el sendero, un grito agudo cortó el aire, seguido de sonidos de lucha y gritos de desesperación. Eldric y Lira intercambiaron miradas, dándose cuenta de que la batalla aún no había terminado.

"¡Es una caravana!" —exclamó Eldric, corriendo hacia el sonido—. Lira lo siguió de cerca, con el corazón acelerado.

Al llegar al lugar, se encontraron con una caravana de mercaderes rodeados por un grupo de bandidos, los mismos a los que se habían enfrentado antes. La gente estaba luchando, pero la superioridad numérica era clara.

"¡Tenemos que ayudarlos!" —gritó Lira, preparando ya su reverencia—.

—Hagámoslo —respondió Eldric, decidido—.




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