Capítulo 27: El crecimiento de la Leyenda Negra

Las noticias del terror que azotaba el reino, dejando ciudades y pueblos en ruinas, comenzaron a extenderse como el fuego en la paja seca. El nombre de "Eldric" quedó en el olvido, y en su lugar surgió una nueva leyenda: "El Espectro Oscuro", un ser de huesos y oscuridad, sin piedad, que dejaba rastros de destrucción por donde pasaba. Sus acciones comenzaron a inspirar tanto temor como desesperación. Los refugiados abarrotaron las puertas de las últimas ciudades fortificadas, trayendo consigo historias de un monstruo que convertía las almas humanas en combustible para su poder maligno.

Dentro de la capital del reino, las torres del palacio de marfil resonaban con murmullos de miedo y ansiedad. El propio rey, el traidor que había ordenado el asesinato de Eldric y Lyra como una amenaza, comenzaba a sentir el peso de las consecuencias de sus acciones. Era un hombre acostumbrado a mandar con mano de hierro, pero nunca se había enfrentado a una amenaza como esta. No solo era un enemigo fuerte, sino una fuerza sobrenatural, un espectro de venganza que había regresado de entre los muertos.

Los informes le llegaban a través de asesores de aspecto aterrorizado. Pueblos enteros diezmados, regimientos de soldados aniquilados sin poder defenderse siquiera, y, lo que es peor, el avance de Eldric parecía calculado. El Espectro Oscuro no marchó directamente hacia la capital; En cambio, se movió en círculo, destruyendo todos los puntos estratégicos alrededor de la ciudad. Dejó claro que no tenía prisa, que preparaba el asedio con una frialdad aterradora. El rey sabía que se trataba de una demostración de poder, un juego psicológico que aumentaba su ansiedad y miedo.

El rey, que antes se había sentido seguro en su fortaleza rodeada de ejércitos, ahora no podía dormir. Convocó reuniones de emergencia con sus generales, pero el miedo era palpable entre sus hombres. Muchos ya dudaban de sus posibilidades contra algo tan monstruoso. Eldric se había convertido en una pesadilla que amenazaba con engullir toda la ciudad.