Lágrimas del corazón

Capítulo 31

Leónidas: primero necesitas aceptar tu propia culpa. Seguramente ella será feliz al lado de su esposo y no deberías de seguir interviniendo en su vida.

Dastan: el me quito su amor y así como lo hizo yo le pienso quitar lo que me pertenece. Solamente que sería una lástima, porque él va a perder lo que más quiere.

Leónidas: no creo que lo logres sabiendo quien es su esposo. Nada más que hace años los separaste, pero nunca la pudo olvidar y por eso regreso al recuperar lo que era suyo.

Dastan: no quiero seguir escuchándote y será mejor que te vayas. Ahora necesito estar solo para empezar que muy pronto estará a mi lado.

Él se despide de Dastan y antes de irse a su casa tenía que hablar con sus padres para avisarles lo que les esperaba con su hijo. El con ese pensamiento sale de ese lugar y al momento en que llego a su auto se sube para poder dirigirse a su destino

En la casa de la familia Hamilton

Mariana: ahora soy la señora Hamilton. Recuerdo que en el pasado soñaba con ser tu esposa y pensaba que tenía que quedar como un simple sueño.

Lucas: cumplí la promesa de casarnos a esta edad. Además, eso lo tuve demasiado presente y solo me concentre en mis estudios, porque sabía que tenía que volver y para que se termine nuestro primer día juntos; como marido y mujer, debemos de cenar.

Mariana: eso me recuerda que tenemos muchos sueños que cumplir. Nada más que el primero ya me lo cumpliste al casarte conmigo.

Lucas: precisamente tengo guardada la lista de nuestros sueños perfectamente bien y por esa razón volví hasta este momento, pero no sabes cómo espere a que pasara el tiempo pacientemente.

Mariana: pienso que hiciste demasiado por mí sabiendo cómo eres de impulsivo. Nada más que por ti fuera hace años nos hubiéramos casado.

Lucas: tienes razón, mi bonita. Pero por ti decidí esperar, además tenía que terminar mi carrera y gracias a mi rutina diaria no sentí el tiempo pasar.

Mariana: yo siempre cuando me sentía triste te recordaba y el día que te fuiste mi vida se volvió solitaria. Solamente que mis padres eran indiferentes conmigo, ya que toda la atención era para mi hermana.

Lucas: nunca debieron hacer ninguna diferencia contigo. Estoy seguro que el destino se encargara de demostrarles que estaban mal y sobre todo no debes de olvidar que todo se paga en esta vida.

Mariana: al final terminamos hablando de mi familia. Ahora quiero que me lleves al comedor para que podamos cenar, ya que la noche está a punto de terminar.

Lucas: entonces necesitare hacer lo que mi bonita me pida. Porque solo quiero verte feliz y con hacerlo siento que te enamoraras un poco más de mí.

Ella sonríe ante sus palabras, Mariana conocía perfectamente sus sentimientos, pero Lucas también los conocía y su comportamiento para ella era de lo más normal. Aunque sentía que se iba a sorprender cuando le mostrara su verdadera personalidad, ya que era diferente estando con ella




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