Lucía: entonces necesita tener paciencia. Solamente que me duele ver como esta en este momento y como siempre fui la única en enterarme.
Humberto: el siempre fue una persona que lo tuvo todo, pero no supo valorar lo que tenía. Ahora debe de aceptar su propio destino.
Lucía: ahora me pregunto que fue lo que viste en mi cuando me conociste. Porque lo primero que percibí de ti fue demasiado disgusto, eso quería decir que no me aceptaste por tu propia voluntad y la razón por la que me negué a casarme contigo desde un principio fue esa.
Humberto: al final tuve que aceptar mi destino con mucho gusto y logre que me aceptaras. Nada más que hicimos las cosas al revés y si nuestros hijos se enteran no lo podan creer.
Lucía: ellos no pueden saberlo y me prometiste que guardarías silencio, pero no quiero saber que se lo dijiste te iras a dormir a otra recámara.
Humberto: le dije algo a Dastan. Nada más que no lo especifique claramente y no creo que te lo pregunte, así que el no tiene la menor idea de que fue lo que paso entre nosotros.
Lucía: menos mal que no esta ninguno de nuestros hijos en casa. Ellos seguramente me pedirían demasiadas explicaciones y no quiero recordar ese pasado.
Humberto: yo lo recuerdo perfectamente como si fuera ayer y te veías hermosa ese día. Además, no iba a permitir que te casaras con otro hombre.
Ella le dice que no empiece a decir esas cosas y lo que siempre quiso fue que su esposo la amara y al momento de darse cuenta de como la veía lo rompió. Porque ella merecía conocer el amor verdadero y al rechazarlo el hizo todo lo posible para que nadie se atrevería a pedir su mano en matrimonio
En la casa de la familia Hamilton
Mariana: hiciste demasiado bien en permitir que tus padres estén a tu lado. Ahora solo faltaría que me quisieran para así evitar otro distanciamiento entre ustedes.
Lucas: ellos saben perfectamente lo que tienen que hacer para evitarlo y solo los tratare de manera educada porque tu me lo estas pidiendo.
Mariana: como me gustaría que lo hicieras por ti mismo. Ellos son tus padres y tan siquiera nuestros hijos conocerán a sus abuelos, ya que yo no tengo otra familia que no sea la tuya.
Lucas: tienes razón, mi princesa. Prometo hacerlo si estas a mi lado como siempre y si no lo estás ya sabes lo que pasara, porque gracias a ti puedo estar cerca de ellos.
Mariana: no entiendo porque no me enamore de alguien normal. Además, ya estamos casados y esto era completamente inevitable, ya que nuestras almas se reconocieron para que pusieran amarse.
Lucas: simplemente eres mi amor perfecto y así como el destino algún día nos separo ese mismo destino fue el que nos unió para siempre.
Él se acerca a ella para besar su frente. Nada más que un día inesperado los padres de Dastan fueron a pedirle perdón a ellos y les dijeron que no tenían porque hacerlo y de esa manera paso el tiempo hasta que al fin llego el día de su boda