Lucas: tienes razón, mi princesa. Ahora solo falta que lleguemos a la recepción para poder continuar con todo esto y eso me recuerda que esta noche serás mía.
Mariana: recuerda que la fiesta apenas va a comenzar y necesitaras esperar más tiempo para que podamos consumar nuestro matrimonio.
Lucas: hubiera preferido que no hubiera habido recepción. Porque de esa manera nos hubiéramos ido directamente a nuestra luna de miel.
Mariana: me dijiste que tendría una hermosa boda religiosa cuando nos casamos por el civil y hasta este momento lo has cumplido a la perfección.
Lucas: tenia que hacerlo de esa manera, ya que merecías tenerla, así que no me conformaría con que tuvieras una boda sencilla y mi madre y tu tía hicieron un buen trabajo.
Mariana: ellas fueron una parte muy importante para que se pudiera realizar nuestra boda y eso siempre se lo debemos de agradecer.
Lucas: mi madre solo quiere que no la rechace y esto es una buena manera de evitarlo. Nada más que ella hace exactamente lo mismo contigo y cuando te acepte verdaderamente yo también lo hare.
Mariana: seguramente para ella no es fácil hacerlo. Deberías tratar de entenderla, eso solo dependerá de ti, pero también necesitas reflexionar.
Ellos siguen conversando hasta que al fin llegan a la recepción. Lucas ayuda a su esposa a bajar de la limosina y toma su mano para poder entrar y a los pocos minutos lo hacen, nada más que cuando llegan ellos se dirigen directamente a su mesa a tomar asiento y desde que ellos habían llegado Mariana no había visto a su tía, además eso le parecía demasiado extraño, porque le prometió que estaría a su lado este día y lo que ella menos se imaginaba era que su tía se había encontrado con su primer amor
Alexander: han pasado más de veinte años desde la ultima vez que te vi. Solamente que la esposa de mi sobrino es exactamente igual a ti, pero pareciera que fuera tu su madre.
Helena: no te atrevas a insinuar lo que estas pensando. Porque ella es la hija de mi medio hermano y hace tiempo me prometiste que no hablarías de lo que paso entre nosotros en el pasado, así que nadie tiene que saberlo.
Alexander: no me conformo con esa explicación que me acabas de dar. Ahora estoy completamente seguro de que esa niña es nuestra hija.
Helena: tus sospechas no tienen ningún fundamento y hace años me prometiste que te casarías conmigo y solo te burlaste de mis sentimientos.
Alexander: en el pasado era diferente y pensé que nada más eras un simple capricho que quería tener para mí, pero me di cuenta de que era todo lo contrario y ahora que te volví a encontrar volverás a ser mi mujer.
Helena: eso jamás volveré a pasar y eso deberías grabártelo perfectamente en tu memoria. Nada más que mi sobrina no es nuestra hija, porque yo nunca negaría a mi propia hija y ahora si me tengo que ir.
Alexander: tu no te vas de aquí. Además, todavía tenemos que aclarar muchas cosas entre nosotros o prefieres que haga un escandalo en la boda de tu sobrina y lo que menos vas a querer es arruinarle este momento por no querer hablar conmigo y así que quiero que pienses demasiado bien la respuesta que me vas a dar.