Lágrimas Transformadas

1- 'recordando'

Recordando 

 

Es increíble como la vida puede cambiar tan de repente. De la nada.

Como la partida de una persona puede quebrar nuestra armadura a tal punto de sentirnos vacíos y rotos.

Un día está todo genial, y al siguiente, tu padre, tu héroe, tu mejor amigo, después de dejarte en una fiesta fallece en un accidente de tránsito gracias a un idiota ebrio y con exceso de velocidad en un Bugatti Chiron.

En este momento estoy bajo la lluvia, sintiendo el frio calándose por mis huesos, y con la ropa pegada a la piel, con la mirada fija en un rectángulo de concreto llamado lapida, que tiene grabado el nombre de una de las personas que más he amado en mi vida, Enzo Lombardi 1988-2024 D. E. P., te llevamos en nuestros corazones.

No me siento capaz de vivir sin él, él era mi pilar, la persona por la que yo me levantaba todos los días, él era el que me decía con una sonrisa reconfortante que todo estaría bien, el que me hacía reír y ser feliz, el que cada día me repetía lo orgulloso que estaba de mí, la persona que más me conocía, la persona en la que más yo confiaba, el que me mimaba y compraba de todo, gracias a el soy como soy.

Sus ojos grises son lo que va a hacer que lo recuerde cada día de mi existencia, esos ojos, eran únicos, mis hermanos y yo tenemos el mismo color de ojos que él.

Pero ahora se ha ido.

Para siempre.

Aprieto los puños y la mandíbula, con la vista nublada por las lágrimas evoco nuestros últimos momentos juntos.

— ¿Cuál es la necesidad de beber?—dice, mirándome mal.

Estamos en el coche, él me está llevando de camino a la fiesta que organizo un amigo por su cumpleaños 18— y vamos a celebrar al tiempo el mío porque cumplí 17 hace una semana—. Le estaba preguntando si podía beber pero ahora me estoy replanteando haberle preguntado eso, —por la forma en la que se lo está tomando— sé que mama habría dicho que sí, ella siempre me ha dado bastante libertad con mis decisiones, ella es... ejem, una madre diferente.

Ellos son polos opuestos.

Ella casi no le da importancia a las cosas, él es bastante responsable

A ella le gusta salir con sus amigas, mientras que a él le gusta leer un buen libro en casa.

Ella es muy expresiva y escandalosa, él es introvertido y un poco frio.

Ella es buena con las personas, él es extremadamente inteligente.

En fin. Polos opuestos, pero así se complementan.

—Papa. Por favor. —insisto haciendo puchero.

Suspira como si estuviera harto de todo.

—No me hagas eso, sabes que no puedo resistirme.

—Pa, solo son unos traguitos, no pasa nada.

— ¡¿Qué no pasa nada?! —Casi me grita algo irritado

Oh no.

Palabras incorrectas.

Presiento enfado.

— ¿No recuerdas la última vez que tomaste?

Obvio que lo recuerdo.

Le quite la moto a mi papa para ir a hacer unas carreras bobas a en una zona desolada y lejana… y puede que yo estrellara la motito.

Está claro que a mí no me paso nada, pero su pobre moto quedo destrozada. El castigo no fue muy malo, mis papas no están acostumbrados a castigarme, así que no me dejaron salir un fin de semana y ya.

Mejor me hago la tonta para que se le pase el enfado.

Hago mi mejor cara de confusión, el me ve y automáticamente pone los ojos en blanco.

—Obvio que no lo recuerdas, estabas demasiado ebria para hacerlo— dice volteando los ojos por enésima vez.

— ¿Perdón?

Suspira pesadamente y me mira de reojo, entiendo la indirecta así que me callo.

________________________

Cuando llegamos a nuestro destino tuvimos una ardua negociación de 5 minutos dónde me dejó tomar, pero si llegaba ebria íbamos a tener problemas.

Apenas recuerdo lo que pasó esa noche solo sé que casi no tomé— A quien quiero engañar tome unos tragos, pero eran suficientes para ponerme algo contenta— y baile un montón, llevaba apenas 4 horas ahí, estaba con mi amiga y me entró una llamada en mi celular.

—Lau, ya vengo, Mateo me llama.

—Dale Maly, acá te espero— dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Voy al jardín de la casa y le contesto a mi hermano mayor.

—Maaaaaati, ¿Cómo vas hermano?

—Malory...

—Yo voy bien, pero puede que haya tomado un poco...

—Malory.

—...pero no le digas a papá, ¿Eh?— y quizá después de eso se me haya salido una risita.

—Malory... Cállate.

—Ay Mati, te quiero tanto, te prefiero a ti antes que a Aaron, aunque él me compre cosas y tú no...

—¡¡Que cierres la boca Malory!!

Y no sé por qué no lo noté, pero su voz suena como triste y apagada y eso hace que me empiece a alarmar.

— ¿Q-que pasó?

—Maly, yo...—se le quiebra la voz y a mí se me para el corazón—. Lo siento cariño, pero... no volveremos a ver a papá.

— ¿Qué?— No entiendo, o quizá no quiero entender.

—Que papá falleció, —soltó— Malory, lo siento mucho.

Me quedo en blanco

No...

No puede ser verdad.

Él estaba bien, el me trajo, me regaño y se fue a casa.

— ¿Malory?

La voz de Mateo de escucha muy lejana.

Llega Kevin, mi mejor amigo y me mira con la confusión invadiendo su rostro, pero no tengo tiempo para esto.

Me quita el celular de la oreja y estoy pensando tanto que apenas oigo lo que habla con Mateo, solo veo cuando Kev guarda mi celular y siento que me estrecha contra su pecho en un fuerte abrazo.




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