Laila (libro 1. Serie Renacer)

Parte II. Una Nueva Vida.

VII.

Todos terminaron ayudando a poner la mesa, Ace, Damian, Blaz se encargaron de cocinar las hamburguesas mientras Laila y Zellin ponían los vasos y los platos, Charles y Jazmín, por otra parte, salieron a comprar las cosas que todavía necesitaban para la fiesta: mucho alcohol y comida chatarra. La tienda de comestibles estaba a pocos kilómetros de ahí, así que regresaron a tiempo para comer. Al final de la tarde, estuvieron satisfechos y descansados para celebrar el cumpleaños de su amiga a sus anchas.

—Oye, ¿Cuál vas a ponerte? —Zellin le preguntó a Laila.

—Este —dijo, tomando un bikini azul, con lunares blancos.

—Lindo, entonces yo usaré este— comentó, tomando uno rosa.

—Niñas, ¿Qué están haciendo? —Jazmín entró, con un trago de cerveza para cada una.

—¿Tan temprano comenzamos? —Laila puso los ojos en blanco y luego tomó el vaso que Jazmín le ofreció.

—Es mejor ir calentando —Jazmín le sonrió, animada— tú también puedes beber ¿No?

—En realidad… —Zellin se sonrojó profundamente y bajó la mirada.

—El único que puede beber legalmente aquí es Ace, así que no hagas esas preguntas tontas— Laila le quitó el vaso y se lo dio a su prima— no te excedas, o te enfermarás.

—Lo sé, mamá— Zellin sonrió— ya tengo suficiente con Blaz, no me trates tú también como si fuera un bebé.

—Por lo menos trajeron trajes de baño decentes —Jazmín sonrió, quitándole importancia al comentario de Laila, aunque sabía que tenía razón.

—¿Tú qué tienes? —Zellin le preguntó.

—¿Quieres ver? —Jazmín se mordió el labio inferior, con picardía— estaba esperando un poco más para rebelárselo a los chicos pero…

En cuestión de segundos, ella se deshizo de su ligero vestido playero, para sorpresa de las otras dos chicas, mostrando un coqueto bikini color aguamarina que contrastaba a la perfección con su piel naturalmente bronceada.

—Vaya…—Zellin murmuró, mirando el pecho de Jazmín, y luego el suyo.

—Es parte de mi herencia latina— Jazmín rió suavemente— a veces puede ser molesto, pero ahora me viene muy bien ser así de voluptuosa, eso atrae mucho a los chicos y puede que esta noche sea La Noche.

—De acuerdo, ya nos mostraste, ahora puedes irte— Laila tomó el vestido y lo colgó sobre el hombro de Jazmín— nosotras vamos en un momento.

—¿Qué te pasa, Lai? Estás más tensa que de costumbre, y tú no eres así.

—¿Tendrá algo que ver la conducta extra protectora de Damian? —Zellin se desvistió ante ellas sin pudor.

—Puede ser— Jazmín asintió— aprovecha lo que tienes, cielo, eres hermosa y esto —tomó el bikini— es solo un arma más para demostrarlo.

—En realidad no sé qué me pasa, porqué estoy tan nerviosa… sólo sé que no tengo el valor de salir así.

—Ah no, no te quedarás aquí encerrada la noche de mi cumpleaños— Jazmín frunció el ceño y miró a Zellin, que terminaba de vestirse— prima, ayúdame.

—De acuerdo.

—¿Qué? No… Oigan ¿Qué están haciendo?

Desde afuera, se escucharon vagos gritos de auxilio de parte de Laila y las risas ahogadas de Zellin y Jazmín mientras le sacaban la ropa, obligándola a ponerse el traje de baño. Como ya lo sospechaban, tanto el color como el modelo le iban hermosos en su cuerpo pequeño y su piel pálida y delicada. Laila, al sentirse avergonzada, trató de cubrirse un poco, pero no le permitieron esconderse por mucho tiempo.

—Laila, eres mi mejor amiga y te quiero, pero no te voy a dejar hacer esto, porque así ni disfrutarás de la noche, ni me dejarás hacerlo. Estamos entre amigos, todos los que tú conoces y unos pocos más que llegarán después, eres realmente linda, quisiera que pudieras convencerte de eso de una vez por todas.

—Lo que ella dijo, todo es cierto —Zellin asintió, reconociendo lo testaruda que podía ser su prima en temas que la incomodaban— sal de tu zona de confort de una vez, atrévete, y verás que te divertirás.

—Está bien—Laila suspiró— disculpa, no quiero echar a perder tu día con mis tonterías.

—Pues ya me acostumbré— chocó su hombro suavemente— pero te quiero, y por eso no te dejo esconderte.

—Lo sé, y te lo agradezco mucho —Laila sonrió.

—Bueno, ¿Salimos? —Zellin preguntó, sonriendo también al ver el fuerte lazo entre ellas.

—Sí, o los chicos vendrán a ver qué sucede.

El simple hecho de estar en traje de baño delante de sus amigos, era una experiencia tan emocionante como aterradora, pero las chicas tenían razón, ella necesitaba salir de su cascarón, y no creía que existiera algo más difícil que eso. Todos los muchachos las esperaban en la playa, a donde habían trasladado la fiesta, y apenas la vieron, tanto Ace como Damian reaccionaron boquiabiertos, pero sólo el último se acercó a ella y la abrazó, tratando de cubrirla de las miradas.

—Hola, cariño —ella le sonrió— ¿Te gusta?

—No… —Las chicas lo miraron, incrédulas— me encanta, eres demasiado sexy, no quiero que nadie te vea.




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