Larry... Diario de una pasión.

¿Quién es Larry?

Capítulo 3

Alisa…

Me puse muy nerviosa, solo recuerdo que hice una mueca. –¡No! Es solo que nunca lo había visto, casi ningún empleado viene a la mansión y se me hizo raro.

La tía Elena pidió su té y se sentó en la parte de la entrada del jardín, para disfrutar de la tarde y me contestó. –Bueno Larry en sí; no es un empleado, no sé ¿Cómo explicarte lo que Larry es para la familia? Él es como un hijo para tu tío Thomas, aunque no lo es, trabaja para él pero no es solo un empleado más, sino yo le llamo pupilo, ese sería el término para llamarlo. −Comento comenzando a beber su te−. No lo habías visto, puesto porque acaba de llegar no hace mucho de terminar su doctorado en finanzas, pero hace mucho que Larry está con nosotros. ¡Desde antes de que tú nacieras! Solo que ustedes no tienen mucho que llegaron a vivir cerca de la familia, solo hace un par de años atrás.

Después de tan extensa explicación, solo me fui a la biblioteca ya que de seguir con la tía, seguiría preguntando y lo que menos deseaba, es que supiera que tenía interés en Larry, ahora ya sabía cómo se llamaba.

Muerdo mi labio inferior de solo recordar su nombre, mis mejillas arden al tener su imagen en mi cabeza, cuando de repente encuentro una fotografía donde está él con mis tíos Thomas, Amelia su esposa, sus hijos Edward, Noelia y Larry a su lado, él se ve de mi edad, en esa foto.

Luego miró otra donde está mi tío Edward, ya más mayor con Larry donde se ve que están en un lago pescando, obvio Larry es mucho mayor que mi tío Edward. Pero en esta foto Larry se ve tan guapo que llevó el portarretrato a mi pecho, cuando de repente entra John…

−¡Alisa estás aquí! Pensé que ya te habías ido, estaba con Camila enseñándole los nuevos brotes de las rosas que eran de mi madre, ahora que ambos iremos a estudiar fuera del país, le decía al jardinero que le encargo mucho el jardín de mi madre.

Deje el portarretrato, muy sutilmente donde estaba antes y mire a John con una sonrisa, por primera vez no sentí celos de Camila que estaba con John, sino un poco aliviada al no sentir más que un suspiro, al escucharlo hablar. Si en ese momento supe que mis intereses habían cambiado, simplemente la imagen de mi cabeza solo pertenecía a Larry.

−Si eso me dijo la huérfana de Camila que en cuanto llegue el verano van a ir a estudiar a Inglaterra. –Dije sin más, en esa época yo era muy arrogante igual que mi madre, que no podía ver a los que menos tienen por debajo del hombro.

−No le digas así a mi hermana, que bien sabes que ella es una Miller aunque te cueste aceptarlo. –Dijo John sacando un libro sobre botánica dejándome ahí solo viendo a través de la ventana, quién iba a decir que la vida me iba a dar una lección más adelante, en donde tuve que cambiar la forma de ver a las personas.

Mi madre me había educado de una manera tan egoísta, donde las clases sociales para ella estaban muy marcadas, de hecho yo no podía ser amiga de Camila por el simple hecho de que era huérfana, adoptada por los Miller pero aun así huérfana. Al menos eso decía mi madre cada que tenía una plática, sobre la pobre chica que no le hacía ningún daño, solo ser acogida por una familia de dinero. Pero para ella solo era una joven venida a menos y la verdad no quisiera saber ¿Qué pensaba de Larry? Porque creo que por primera vez me le iría encima.

Pero casi podría jurar que Larry para ella, solo era un empleadillo de cuarta como ella solía referirse a la servidumbre, mi madre tenía en la cabeza que si no eras de familia con dinero o de un apellido de abolengo, solo eras escoria para la sociedad.

Larry, Larry, Larry resonaba en mi mente, no podía sacarlo de mi cabeza, en la noche en mi habitación sólo pensaba en él, su imagen no me dejaba; así que desde mañana averiguar en qué departamento es que él trabaja, ya sabía que se llama Larry, pero yo quiero saber más. No solo puedo llegar a preguntarle a la tía, no quiero meterlo en problemas si mis padres llegan a saber que tengo interés en alguien ¿Cómo él? Que es mucho mayor que yo, ardería Troya. Tengo que ser muy inteligente al indagar sobre él, sobre todo por lo que dijo la tía Elena que Larry es cercano a la familia.

Una tarde papá, estaba en la biblioteca cuando escuché unas voces, yo venía bajando los escalones para dirigirme a estudiar al despacho, que cuando entré quedé helada al verlo conversando con mi padre.  Él me miró con sus ojos verdes, que hizo que la sangre me corriera como potro desbocado, los nervios me invadieron. Pero él ya era un hombre, ni pensar que se pudiera fijar en una adolecente como yo, que ni senos tenía.

Me acuerdo que él me miró y se giró para mirar a mi padre, para continuar con su charla…

−¿Necesitas algo Alisa? –pregunto papá, con voz autoritaria al ver que irrumpí su charla, pero al ver a Larry ahí sentado, solo no podía emitir palabras, estaba estoica al sentir el aroma de su loción que penetraba mis fosas nasales ¡Dios que aroma! Aún hasta hoy su aroma lo tengo muy presente, nadie tiene su olor, al menos no para mí.

-¡No, padre! Solo vengo por un libro. –Dije tratando de controlar mis nervios, pero que si me escaneaban en ese momento, temblaba como si me hubieran arrojado un balde de agua helada.

Recuerdo que entré en aquella habitación y busqué el primer libro que encontré, ya que; los nervios se apoderaron de mí, su mirada la sentía en mi nuca, aunque pensé que solo era mi idea.




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