Las amigas de mi novia

Tres

El salón ahora estaba casi vacío, la carencia de la luz emitida por las antorchas a punto de apagarse se había extendido por todo el castillo, y la ceremonia había concluido. Eron se sentía agotado, no tanto por las formalidades del evento, sino por la tensión que había reinado durante toda la velada. Selene y Lyra se habían mantenido juntas casi todo el tiempo, moviéndose entre los invitados como si estuvieran en control de todo. Ambas habían intercambiado miradas y sonrisas en clave que Eron no lograba descifrar del todo, lo que solo añadía a su incomodidad creciente. Era como si estuviera siempre al margen de algo que todos los demás entendían excepto él.

Ahora, después de la ceremonia, el silencio del salón le ofrecía un pequeño respiro, un espacio para procesar todo lo que había sucedido. Se encontraba solo, o al menos eso pensaba hasta que notó una figura femenina acercándose a él desde las sombras que emite la escasa luz entre los contornos de las paredes.

Nysa era una de las amigas de Selene, pero nada parecida a Lyra. Mientras una irradiaba una energía vibrante y seductora, Ella tenía una presencia mucho más sutil, casi invisible. Su cabello largo y oscuro caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos, de un gris pálido, parecían siempre observar todo con una calma desconcertante. No había conocido mucho de ella antes de esa noche, pero su prometida la había mencionado en más de una ocasión. Era la más reservada del grupo, alguien de pocas palabras, pero cuya inteligencia y perspicacia eran conocidas.

Eron la observó acercarse, sus pasos eran silenciosos sobre el suelo de piedra. A diferencia de las otras, que siempre parecían querer ser el centro de atención, Ella se movía como una forma capaz de pasar desapercibida hasta que elegía lo contrario. Y en ese momento, parecía haber decidido acercarse a él.

“Eron. ¿Todo bien?” saludó con voz suave, cuando estuvo tan cerca para que la oyera, pero no demasiado como para parecer invasiva. Era la primera vez en toda la noche que alguien se dirigía a él sin que las otras dos estuvieran presentes.

Él asintió, aunque no estaba del todo seguro de su respuesta. Había algo en ella en su manera de hablar, que era reconfortante. No llevaba consigo el mismo aire de misterio calculado que parecía envolver a Lyra o incluso a Selene. Con ella, todo fluía más simple, más directo.

“Ha sido una noche... interesante,” respondió el joven eligiendo sus palabras con cuidado. No sabía a ciencia cierta qué pretendía la chica con su repentina aparición, pero no sentía la misma amenaza implícita que a menudo percibía en las palabras de las otras dos mujeres.

Nysa asintió, manteniendo su mirada fija en él, aunque de manera suave, sin la intensidad que la otra, la que acompañaba a la novia, solía desplegar. Se acercó un poco más, lo suficiente como para que sus voces no pudieran ser escuchadas por nadie más, en especial Selene y Lyra, quienes se encontraban en el otro extremo del salón, inmersas en una conversación privada.

“Sé que te sientes incómodo. Selene... y Lyra... pueden ser difíciles de entender cuando están juntas.” afirmó con franqueza. No era una acusación ni una observación curiosa, solo un hecho, dicho sin adornos.

Eron se sorprendió ante su sinceridad. Durante toda la noche, había sentido como si estuviera jugando un juego cuyas reglas no comprendía, y ahora, Nysa, de manera inesperada, parecía ofrecerle un atisbo de claridad.

“Lo que más me preocupa es que no logro entenderlas. Selene... nunca ha sido tan incomprensible conmigo como lo ha sido hoy. Y Lyra... bueno, no sé qué pensar de ella.” confesó Eron, sintiendo que podía hablar con ella sin filtros.

Nysa mantuvo el silencio por unos instantes, observando el salón vacío a su alrededor antes de volver a mirarlo a los ojos. Su expresión no era de sorpresa, sino de discernimiento.

“Selene te ama. Pero debes entender algo sobre ella y su mundo. Ella es más compleja de lo que aparenta. Y Lyra... Lyra siempre ha sido un enigma, incluso para nosotras, sus amigas.” mencionó, su voz sonaba tranquila y sin vacilar.

Eron juntó las cejas, intentando procesar lo que le decía. “¿A qué te refieres con que es más compleja? ¿Hay algo que no sé?”

Nysa suspiró dejando escapar sólo un poco de aliento, como si estuviera debatiéndose entre contarle más o dejarlo en la oscuridad. Al fin y al cabo, decidió hablar, aunque de manera cuidadosa.

“Selene y Lyra... no ven el mundo de la misma manera que tú y yo,” aseguró, mirando de reojo hacia donde las dos mujeres estaban conversando. “Para ellas, todo es un juego de poder, de control. Pero no lo hacen por maldad, sino porque así es como han aprendido a sobrevivir en un mundo donde todo está en su contra.”

Eron sintió una leve sensación de frío repentino y violento al escuchar esas palabras. Siempre había sabido que su prometida venía de una familia poderosa, y que había enfrentado su parte de desafíos políticos, pero nunca había pensado en ella como alguien que jugaba a mover la fichas de poder.

“¿Y tú? ¿Tú también eres parte de ese juego?” preguntó, queriendo saber más.

Nysa sonrió de manera agradable, pero fue una sonrisa melancólica. “No como ellas. Yo prefiero observar. Aprender. No tengo la necesidad de controlar todo lo que me rodea. Pero eso no significa que no entienda lo que sucede. Sé más de lo que aparento.” admitió.



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En el texto hay: engaños., trampas y corrupcion, juegos de rol

Editado: 02.10.2024

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