Las aventuras de Selene: volumen I

Capitulo Uno: El incidente

 

La sala estaba repleta de estudiantes que no hacían más que cuchichear y gritar las hazañas logradas durante el último verano. El barullo era tan alto que, si no fuera por mis "habilidades auditivas", me sería casi imposible escuchar lo que la directora trataba de anunciar tan ansiosamente. Como era lo usual, todos se encontraban en el fondo del auditorio, mientras que Archer, Bonnie y yo nos hallábamos en la segunda fila. No era ningún secreto que nosotros éramos el llamado grupo de los "rechazados sociales". Cada uno tenía sus rarezas, pero todos estaban de acuerdo en que yo, por alguna forma de decirlo, era la reina de los raritos. Un malvado, aunque a veces muy certero, adjetivo para describirlo.

No se lleven una idea errada de mí. No era una freaky por razones comunes. No era una de esas chicas que odiaba a todos, aunque en cierta medida lo hacía. No era porque me creyera mejor que el resto de mis compañeros, aunque lo era. Y definitivamente no era porque siempre hablaban pestes de mi familia. Era rara debido a los pequeños "incidentes". Momentos en los que no he podido controlarme. En los que mi otro lado salía a la luz.

Cuando por fin la directora, junto con los profesores, pudieron calmar a la gran multitud, el discurso inaugural dio comienzo a otro año más en la secundaria.

— Es notorio el entusiasmo que ustedes, mis queridos alumnos, demuestran por Robins Lane, y aunque me encantaría que la fiesta pudiera seguir, tenemos un horario el cual cumplir. Por lo que en primer lugar le cederé el micrófono a nuestra alumna más destacada. Una alumna que no solo ha sacado el mejor promedio de los últimos dos años, sino que ha guiado a nuestros gorriones a la victoria el pasado año como parte de nuestro equipo femenil de fútbol. Un gran aplauso para nuestra amada, Emma Hunter.

— Un gran aplauso para nuestra amada, Emma Hunter; menuda estúpida, no es más que una engreída que roba los exámenes y sabe correr y golpear a los demás jugadores. Ya quisiera esa chica ser la más sobresaliente — cuchicheó Bonnie al mismo tiempo que la directora, con un tono de burla que me hizo reír al instante.

— ¿Si es tan estúpida y tramposa por qué no lo dices en voz alta en vez de andar susurrando? — pregunté, a lo que mi mejor amiga simplemente bajó la cabeza sin saber qué decir.

— ¿Estás defendiendo a esa estúpida?

— ¡Claro que no! Emma Hunter es una...

— ¿Qué soy una qué? — oí como una voz habló por encima de mí, justo a mi izquierda, haciendo que yo dejara de hablar. Y siguiendo mi patrón de mala suerte, supe que se trataba ni más ni menos que de la propia Emma.

Me quedé helada sin saber qué decir. Podía sentir cómo todos a nuestro alrededor estaban casi en el mismo estado que yo, quietos, sin emitir un sonido, esperando a que diera mi respuesta.

Si pudiera usar mis poderes con total libertad, este sería el momento perfecto para desaparecer. Simplemente pensaría en irme de aquí y al instante aparecería en un lugar totalmente distinto, o podría hacer que Emma sufriera de una humillación pública. Pero no podía, claro que no, sabía de las malditas "consecuencias".

Lanzando un suspiro de rabia interior dije: — Lo que quería decir es...

— Veo que una vez más nuestra tímida y linda compañera, Selene Smith, ha perdido su bella voz — comentó de manera sarcástica haciendo que algunos presentes soltaron una risa al recordar como el año pasado en el musical de invierno me quedé helada a propósito para no cantar. Con una mirada de superioridad añadió —. Esperemos que por lo menos esta vez no tengamos que cancelar planes importantes para venir a salvar el show. Pero lo pasado, pisado, ¿no, Selene?

— Claro que sí, Emma — suspiré.

— En fin, eso ya no importa. No vamos a perder más tiempo en tonterías de niños.

Ni bien terminó la frase, siguió su camino hasta subirse arriba del escenario, caminando como si fuera una diosa. Acababa literalmente de echarme en cara, por octava vez, que no había podido asistir a su cita con Daniel Kelly por venir de improviso al show de primavera. Ya habían pasado casi seis meses y aún me tenía rencor.

— ¿Cómo rayos escuchó lo que estábamos hablando? – cuestionó Bonnie.

— Cálmate, Selene. Estás roja de la rabia — señaló preocupado Archer —. No dejes que sus comentarios te afecten, son solo para hacerte pasar un mal rato.

— Tienes razón, Archer — afirmé mirando a Emma quien cada tanto dirigía una mirada ganadora hacia mí —. Pero creo que Emma tiene razón esta vez.

— ¿De qué hablas? – mi amigo me miró sin comprender.

— Nada — contesté esperando que nadie notara mi pequeño y tonto truco. "Al diablo con las consecuencias", pensé para mis adentros.

Cuando Archer y Bonnie dejaron de prestarme atención para concentrarse en Emma y su discurso sobre la superación personal, supe que era momento de dejar salir un poco de mi poder. Era obvio que no podía hacer algo grande como quemar la escuela o dejar a Emma en silla de ruedas. Tendría que ser una tontería sin sentido a la cual nadie le buscaría mucha explicación. ¿Quién lo notaría?

—... y no olviden que cada uno tiene un poder en su interior el cual ni siquiera se imaginan — al terminar se oyeron los aplausos y halagos por parte de todo el alumnado — Bueno, eso sería todo, directora.

Dio un paso atrás, liberando el micrófono para la directora, quien previamente decidió brindarle un abrazo cargado de admiración y devoción. Emma sonreía con la certeza de que el mundo estaba a sus pies, y de alguna manera, así era. Poseía todo. Era la chica con la vida perfecta. Observó el auditorio, donde todos le aplaudían, especialmente Daniel, su novio, quien desde el fondo le dedicaba gritos de apoyo. La mirada de admiración y felicidad que él le dirigía era... hermosa. Fue ese sencillo gesto el que hizo que mi corazón se rompiera. Por un momento, algo dentro de mí anheló que todo estuviera al revés. Que yo fuera ella y ella fuera yo.




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