SESENTA Y SIETE

Ana iba despertando poco a poco, sentía todo su cuerpo pesado al extremo. Estaba desesperada, debido a que no podía ni siquiera mantenerse despierta.

No paraba de llorar en silencio. Sindy le secaba las lágrimas, mientras la ayudaba a despertar. Los efectos de las drogas iban pasando, y Ana debía empezar a moverse.

- Ana, despierta amiga. Vamos - La ayudó a colocarse de pie, fue en verdad problematico - Eso es, respira.

Ana empezaba a despabilarse en verdad, su mente comenzaba a despejarse. Sindy la ayudó a sentarse en uno de los sillones de la habitación.

Ana iba normalizando su respiración a medida que pasaban los minutos. Miraba a su amiga con desesperante tristeza, no entendía por qué Sindy tomo la decisión de hacerle eso sabiendo que le provocaba tanto dolor.

- Sindy, no me siento nada bien amiga.
- Dentro de poco empezarás a sentirte mejor Ana.

- Liberame Sindy, por favor te lo pido.
- Cuando haya acabado con Anthony lo haré. 
-Sindy, por favor te lo pido. Mi hermano te ama....

-¡No es cierto Ana! ¡El me engañó porque le pareció mucho mejor burlarse de mí! Pero ¿sabes qué? Le haré pagar caro su infidelidad, maldita sea.

- Yo nada tengo que ver maldición. Solo habla con él, golpealo a él si eso te hace sentir mejor. Pero no me sigas dañando más.

Sin decir nada Sindy se alejó dejando a Ana desolada. Pero la rubia no estaba dispuesta a seguir allí, al sentir que las fuerzas regresaban a ella se incorporó y aunque le costaba mantenerse de pie debido al mareo, pudo sobreponerse.

Ana empezó a caminar lentamente dirigiendose hacia la puerta, pero al intentar tocar el picaporte, Sindy la sujetó para arrastrarla nuevamente al sillón.

-Sueltame Sindy, no lo hagas por favor
- Silencio Ana, no gastes tus fuerzas. Ahora quedate sentada y callada si no quieres que te inyecte otra vez.

Sindy acababa de tender la cama, estaba lista para que Ana se vuelva a acostar. La rubia contemplaba aquello mientras lloraba.

¡Anthony! ¡Ayúdame por dios!

Al fin Ana tenía la suficiente fuerza como para comunicarse con su gemelo.

¡Ana! ¿Dónde estás hermana?

En el departamento de...de...

- ¡No! - Sindy la interrumpió, ya que sabía sobre la conexión que tenía con Anthony por tratarse de gemelos

Ana la miró con temor, al ver que su amistad ahora le estaba jugando en contra.

-No dejaré que te comuniques con él así Ana, si quiere verte otra vez tendrá que sufrir. No me obligues a seguir drogandote Ana.

Sindy en verdad estaba totalmente cambiada, era otra persona. Ya no era la frágil e inocente chica del pasado.

Su celular sonó, era Anthony otra vez. Sindy resopló molesta al tiempo que apagaba el teléfono para seguir con lo suyo.

Ana, Ana. Hermana por dios contestame.

Tengo miedo Anthony

Ana ¿dónde estás?

Anthony habla con Sindy, por favor

¿Sindy? ¿Qué tiene que ver Sindy?

Ella cree que la engañaste con Misa

¿Qué cosa?

Tiene fotos de ustedes besandose como pruebas. Por eso no responde tus mensajes.

¿Qué?

Y es por eso que...que...ella me tiene encerrada en su departamento.

Ana no pudo seguir hablando más, debido a que Sindy le inyectó otra dosis de la droga.

-Te lo advertí Ana pero no quisiste oír. Paga las consecuencias entonces.

- Anthony...habla con...Sindy....hermano tienes que...hablar con Sindy...

- Es demasiado tarde para eso Ana, ya te lo dije también. Ahora poco importa hablar. Solo la venganza es lo que cuenta.

En esos momentos Anthony salía corriendo de casa para subirse a su auto y dirigirse al departamento de Sindy sin decirle nada a sus padres. Aún tenía mucho por aclarar.

En tanto Sindy llamaba a su primo para que la ayude a trasladar a Ana a otro lugar tras haberle contado lo sucedido.

—Son gemelos primo, Anthony o sus padres aparecerán por aquí seguro. Necesito moverla urgentemente.

— Bien, la llevaré a mi departamento pero debemos mantenerla dormida en ese caso.

— O débil, ya que sin fuerzas no podrá comunicarse con Anthony. Maldita sea primo ¿por qué me hizo esto Anthony?

Sindy empezó a llorar al colgar. Esperaba que su primo no se demore.