Extra cuatro

Peter

   Querido diario:

   He de decir que siempre, cuando veo que el mundo está bien, y las personas a mi alrededor están mejor de lo que suelen sentirse, algo malo pasa. No he escrito en ti durante varios días, aunque tengo una buena excusa para ello: mi vida no es tan interesante como para contar mi rutina de mañana, tarde o noche, pero ahora, en este instante de desesperación, acudí a ti, porque mi corazón siente que lo que estoy viviendo es algo serio, fuera de lo común e inimaginable.

   El baño de la escuela se ha convertido en mi lugar preciado, y es raro, ya que el mal olor y las malas lenguas no suelen gustarme, sin embargo, es el único espacio en el que mantener un control que pensé que no necesitaría hasta dentro de muchos años. La energía de las luces se apodera de mi ser, la que está en los celulares de los maestros me recorre las entrañas, y aquella que está en las calles, esa que despierta cuando todos lo hacen, no para de seguirme.

   Es horrible, perdón, pero es verdad. No suelo relacionarme con muchos de mis compañeros, y creí que este año lo lograría, pero con este incidente, no lo creo. No sé qué me pasa, y no sé qué hacer. ¿Cómo decirles a mis padres que siento electricidad en mi cuerpo?, ¿Cómo pedirle ayuda a alguien, si ni siquiera sé si lo que estoy viviendo es real? En estos momentos, admiro mucho a los superhéroes que aceptaron esa parte de ellos, porque el dicho les hace justicia: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

   Pero supongo que no todo está perdido: he notado que, si me calmo y comienzo a hacer mis respiraciones, lo que está a mi alrededor se calma conmigo, y eso me ayuda a tener una tranquilidad que, hasta ahora, no creía que existía.

   Por otro lado, y para ya no hablar de este tema algo repetitivo, creo que alguien me está observando cuando estoy en clases. No me da miedo, no siento desesperación ni nada parecido ante esa sensación, solo una especie de anhelo y… ¿Protección? No lo sé, supongo que aún no tengo la edad para saberlo, pero me gustaría, claro que me gustaría.

   Mis padres no paran de preguntarme si estoy bien: dicen que estoy algo más callado y silencioso de lo normal, lo cual no les molesta, pero cada vez que pueden, intentan reforzar el lazo familiar que, según yo, es muy fuerte entre nosotros. Son magníficos en sus tareas, y me comentan que ellos siempre estarán ahí para mí, no importa qué. No obstante a esas cosas que sé que no muchos tienen, aún sigo con la decisión de mantener esta especie de don en secreto. De igual forma, no suele aparecer de manera sorpresiva, solo se presenta cuando mi cerebro y emociones con una montaña rusa.

   He conocido a unas chicas muy simpáticas. Qué raro, ¿no? Una de ellas es mi vecina, dice que me ayudó en una ocasión, cuando tuve un ataque de pánico, pero no lo recuerdo muy bien, creo que es el shock que queda después de algo como eso. Me aceptan tal y como soy, y de alguna extraña forma, me siento bien junto a ellas. Son muy diferentes, pero se complementan, supongo que son únicas.

   Todavía siento que me observan, y he llegado a escuchar unos pasos detrás de mí, pero cuando siento la necesidad de voltearme, no hay nadie, solo pasillos, niños corriendo y conserjes con trapeadores. ¿Crees que debería continuar investigando? Fingiré que obtuve una respuesta, y que esa fue un sí.

Atentamente, Peter.

No les mentiré: la parte más difcíl de creer (al menos a mis ojos) es desarrollar a los personajes jajajaja, porque a pesar de que sean aliens, vampiros o brujos, deben de tener una parte de humanidad, y esa no debe de parecer a nadie (podría inspirarse en un individuo, sí, pero que no llegue a ser igual). ¿Cuál es, según ustedes, el detalle más complicado al crear una novela? Los leo ;)

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Besos infinitos, G.S

PD: ¿Cuál es ese cantante que nunca dejan de escuchar? El mío es Michael Jackson, si señor ;D