Ayla me despertó y yo me negué a hacerlo, la perla de Shelley no me dejó dormir en toda la noche.
‐Solo cinco minutos más.–Murmuré, arrastrando las palabras.
Ayla, al ver mi estado me dejó dormir.
–Está bien, una hora. Cuando vuelva quiero que estés lista, iré a darme un baño en la playa.
Ella se fue y yo quise continuar con mi sueño, pero fue imposible. Esa pregunta volvió a mi cabeza, se me hizo un nudo en el estómago y me puse nerviosa. Tranquilízate estúpida, no exageres por una teoría tuya. Respiré hondo y cerré los ojos con la esperanza de volver a dormir, pero no pude. Me levanté dispuesta a darme un baño con mi amiga.
–Anda, ¿ya no quieres dormir?
–Nah, creo que estas vacaciones tengo que disfrutarlas al máximo. –Sonrió y me salpicó.– ¡Eh! ¡No me salpiques!
–Vale, señora de ochenta años. –Hizo caso omiso a lo que le dije y me siguió salpicando.
Yo la salpiqué también mientras ambas moríamos de risa. Media hora después, salimos del agua y fuimos a desayunar al mismo restaurante de ayer. Mientras lo hacía me quedé pensando. Ya no podía decirle nada a Ayla porque me diría que lo estoy imaginando así que me tocó guardármelo para mí.
Esta vez decidimos subir una pequeña montaña, llena de vegetación. Nos adentramos en un bosque que parecía ser tropical. El ambiente era cálido pero se sentía la humedad. Los árboles eran altos, se entrelazaban entre sí generando una especie de dosel y había una gran diversidad de plantas: plantas trepadoras, helechos, epífitas...
Se escuchaban a varios cantar.
– ¡Mira, Maren! ¡Es un tucán!
Saqué emocionada mi móvil para hacerle una foto.
–Acércate, vamos a tomarnos una selfie.
Sin duda esta caminata me estaba haciendo bien, me sentía feliz. Me gustaba el lugar, el canto de las aves me calmaba profundamente. Seguimos caminando durante un rato, observando el paisaje.
De pronto mis ojos captaron la silueta de un cuervo, pero tan pronto como lo vieron desapareció. ¿Un cuervo aquí? No sabía que podría haberlos en un lugar como este.
–¿Has visto lo mismo que yo Ayla?
–Sí, como un cuervo. ¡Qué raro!
Entonces mi cabeza vuelve a pensar en la perla de Shelley, ese mensaje indescifrable, las pesadillas...me iba a volver loca. Un crujido de ramas nos hizo girarnos. Algo grande se acercaba.
—Oso —murmuró Ayla, agarrándome del brazo—. Retrocede lentamente...
El corazón me latió en la garganta. Hasta que...
—¡Vaya, qué sorpresa! —Shelley emergió entre los helechos, sonriendo como si nada—. ¿Os asusté?
Ayla dejó escapar un bufido.
—¡Casi me da un infarto!
Shelley se rio y se unió a nosotras, señalando plantas y contándonos cómo los nativos usaban sus cortezas para hacer medicinas. Pero yo ya no escuchaba. Mis ojos se clavaron en un tronco cercano, donde unas marcas profundas formaban letras toscas pero inconfundibles:
"LLENA"
Las hendiduras eran frescas, como si algo —o alguien— las hubiera arañado hace apenas horas. No parecían hechas por herramientas humanas; los trazos eran irregulares, demasiado salvajes. Como garras. Mis dos acompañantes siguieron caminando, dejándome atrás. Aproveché para tomar una foto.
Comenzó a anochecer y regresamos nuevamente a la playa. Sentía un gran impulso de leer el libro y no lo ignoré. Me metí sola a la caravana y lo saqué de mi bolso. Lo observé unos segundos. Respiré hondo y lo abrí. Abrí el libro que tanto polvo retuvo en mi habitación.
Mi estómago dio un vuelco y mi corazón comenzó a palpitar con tanta fuerza que parecía que saldría en cualquier momento.
¡El libro estaba vacío! Mi respiración acelerada, me dolía el pecho.
—Está vacío.— Las lágrimas calientes se deslizaban por mis mejillas.
Ayla y Sheley entran. Ambas me observan atónitas, confundidas por mi estado. Shelley fue la primera en hablar.
—Maren...
Nota de la autora:
!¿Pero qué?! ¿Cómo que el libro está vacío?
Os leo en comentarios.
Besitos de espuma.🌊🫧
Pd: si podéis compartir la historia con amigos os lo agradecería mucho. También está disponible en wattpad, allí actualizo antes. Usuario: Anonima_depre
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misterio sobrenatural, fantasia juvenil, aventura de sirenas
Editado: 25.07.2025