Las Estrellas En Mi Boca

Capitulo 5

Nunca se está menos cuerdo que un loco

-  Ok Deimos, yo me largo - Carly se giró sobre sus pies para buscar la puerta, pero solo encontró una pizarra blanca con un montón de garabatos en ella y una gran mesa delante de ella con una pila de hojas, tubos de ensayo, máquinas y botellas llenas de líquidos que Carly desconocía.

- Por favor, no te vayas – una mano tomo su brazo, evitando a Carly su huida - De verdad que esto es el más grande descubrimiento que la humanidad haya visto.

- Esto debe de ser una broma – Carly echó su cabeza un poco hacia atrás y miró fijamente a Deimos quien ahora estaba parado justo enfrente de ella y  la observaba con preocupación respecto a su próxima reacción.

Soltándose del agarre de Deimos, Carly dio un tirón a su brazo y localizando la puerta en la habitación se dirigió a ella lo más rápido que pudo. Para su mala suerte, al llegar a ella se dio cuenta de que estaba cerrada y tenía un panel con números que pedía una clave para poder abrirse.

- Abre esta maldita puerta - exclamó Carly en voz alta aun viendo directamente al panel táctil de la puerta.

Deimos caminó hasta ella y situándose detrás de Carly susurro justo a unos centímetros de su oreja con delicadeza.

- Si sales de esta habitación lo único que veras será hombres armados hasta los dientes apuntándote a la cabeza porque no tienes uno de estos - Deimos puso un pequeño gafete con su foto justo enfrente las narices de Carly.

- Sácame de aquí ahora.

- Lo hare, pero tendrás que hablar conmigo más de dos palabras ya que no lo has estado haciendo hasta ahora.

Asintiendo, Carly se dio la vuelta y quedó cara a cara con Deimos ojos bonitos.

- Bien, vamos a sentarnos y te explicare que está pasando exactamente.

Caminaron hacia los sillones de donde Deimos se había levantado hace algunos segundos y sin decir una palabra se analizaron mutuamente como si fueran escáneres humanos.

- ¿Dónde estoy exactamente?- comenzó Carly interrogándole.

- En una base militar unos 500 metros debajo del suelo y a 30 kilómetros de la civilización más cercana si soy preciso - la quijada de Carly cayó en picada al escuchar lo que Deimos le decía tan despreocupadamente.

- Ahora Floyd podrá llamarme loca cuando le cuente en donde termine gracias a sus consejos.

- No sé de qué hablas pero te estaría muy agradecido si me pudieras decir de dónde vienes, y como ha sido tus experiencias al viajar por un agujero de gusano químicamente inducido, el cual atraviesa varios mundos para llegar hasta donde estas ahora.

- ¿¡Viaje por un agujero de gusano!? - la intención de Carly no era gritar en ese momento, pero era imposible al escuchar aquellos cuentos chinos.

- Si, y yo soy el primero en lograrlo trayéndote hasta aquí de una sola pieza – Deimos ensancho sus hombros y una sonrisa triunfadora salió de sus labios, se notaba lo orgullos que estaba de su logro.

Por pocos segundos de silencio la cabeza de Carly dio vueltas haciéndose nudos al imaginar lo que estaba ocurriendo en esos momentos, y de entre los nudos una idea apareció atemorizando a Carly.

- ¿Y cómo regreso a mi mundo?

Al cuestionar a Deimos, Carly no parecía para nada alterada, por lo contrario, se veía serena y muy concentrada en el chico frente a ella.

- Oh, por eso no tienes que preocuparte, lo tengo todo arreglado – acomodándose en el gran sillón, Deimos estiro sus piernas y miro con intensidad a la pequeña Carly que parecía perdida en la inmensidad de aquella habitación, pero no se le podía juzgar por la pequeña desventaja de no estar en su mundo.

- ¿Así que eres un científico desquiciado que trabaja para el gobierno en un bunker a 500 metros bajo el suelo? – una carcajada dejo la garganta de Deimos y con brillo en sus ojos, miró a Carly con ternura.

- Si, aunque lo hayas dicho de una manera en la que suena totalmente de locos, soy el científico más joven de mi país que ha logrado viajar a otro mundo para poder traer a una chica a este mundo.

- Esta bien, ahora mismo creo que todo esto es una broma y me largo aquí aunque eso conlleve ganarme una bala a media frente.

Carly dio un salto de sillón y Deimos siguió su movimiento.

- ¡Carly, por favor no te vayas! - Deimos había perdido la calma y su subconsciente le decía que tenía que actuar antes de que su gran descubrimiento decidiera salir corriendo de su laboratorio - Si quieres pruebas de que lo que te digo es verdad, te traeré las pruebas, solo tienes que ser paciente y esperar un poco.




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