Dicen que las hijas del señor Lévine son tan hermosas como las joyas que crea su padre. Y tan inalcanzables como ellas.
Cinco hermanas, cinco destinos rotos por la misma maldición: ninguna ha logrado casarse, y cada intento termina en vergüenza. La ciudad murmura. Los padres se impacientan. Las hermanas se desgastan entre la envidia, el silencio... y la espera.
Pero Blair, la menor, aún cree en algo parecido al amor. Cuando conoce a un joven desconocido en una mañana prohibida, siente que algo podría cambiar. No sabe que él tiene un nombre. Un apellido. Y una razón para cruzar esa puerta.
No todas las visitas llegan por cortesía. Algunas vienen por venganza.