Las puertas del Inferis

•2. EL CONSEJO•

"Bríndame una muerte inmortal"
Hozier – Take Me To Church
⚜️

MAEL

Termino de leer la carta que enviaré para reunir al Consejo y la lanzo sobre mi escritorio. Llevo las manos a mi cabeza tirando mi cabello y suelto un suspiro de cansancio.

Me encuentro en mi despacho, analizando cuales serían las mejores palabras para informarle al consejo que la situación actual, no es muy buena.

Desde que Alanís, una anciana heredera de magia elemental, me informó de lo que está pasando, las cosas van de mal en peor. La actividad infernal y demoníaca aumento considerablemente en todo el mundo. Debido a que, ya no hay puertas cerradas la cual retengan los poderes de estos condenados seres.

El Inferis es el reino de todos los infiernos existentes, 18 para ser exactos según mis estudios de las leyendas chinas. Poco se conoce de su historia, solo que fue obra de la diosa elemental suprema del Fuego en la creación de este mundo, como una "prisión universal". 

Desde el comienzo de todo, ella ha cuidado sus puertas sin ser vista, para que cualquier ser no pueda ingresar a la tierra cuando se le dé la gana. Tan solo líderes infernales pueden tener libre albedrío aquí y claramente, descendientes como los licántropos y vampiros.

Pero el problema es, que sus puertas están abriéndose, vaya a saber por qué, y los infernales caminan sobre la tierra con libertad.

Como líder de la dinastía de hechiceros, es mi trabajo es mantener el orden de mi especie y cuidar el mundo a través del consejo.

Otro problema es, que el 90% de este, se compone de estúpidos egoístas. La mayoría de sus miembros son dioses o deidades supremas de diferentes mitologías y creencias; menos el Dios judeocristiano que envía a un ángel en su nombre porque no nos cree dignos de su presencia, simplemente ridículo.

Los "supremos" piensan que ningún mal puede llegar a tocarles los talones, y no se preocupan de lo que le pasa a la humanidad o afuera de su trasero. Son completamente soberbios, ignorantes e intentan aparentar ser los mejores todo el tiempo.

Pero la verdad es que, son todos iguales. Superiores a los humanos, pero no a los dioses creadores, dato que parecen haberlo olvidado hace miles de años cuando dejaron de aparecerse y la magia elemental disminuyó, resumida actualmente en Alanís, su última descendiente.

Tres golpes suenan en la puerta y es abierta lentamente por Dagny.

- ¿Qué problema es tan grande como para tener al joven Merlín con cara de querer cometer un asesinato en este momento? -pregunta tras soltar una risa y acomodar su cabello anaranjado tras su extensa oreja.

-El consejo querida Orejitas, cada día me pregunto si yo seré así de miserable en un futuro.

- Oh Mael, sabes que no será así. Nunca has cambiado a pesar de todos los golpes que te dio la vida- objeta tomando asiento con confianza en la silla frente a mí escritorio-. Puedo asegurarlo, te soporto hace 22 años.

Río al recordarlo. Dagny es la hermana mayor que jamás tuve y a pesar de ser 5 años mayor a mí, crecimos como si fuéramos uno solo. Es una Elfa nórdica de envidiable belleza, que papá y mamá rescataron cuando apenas era una niña y fue raptada por humanos. Vivimos juntos desde que nací y ambos, sin importar nuestra naturaleza, desarrollamos nuestros poderes juntos.

- Merezco el cielo por soportarte tanto tiempo, eres muy molesta- sonrio al decirlo.

-Creo que quien lo merece soy yo, fue una tortura soportar al Mael adolescente y tu amistad con Esdras no me lo hizo más fácil que digamos-. Coloca una cara de sufrimiento sarcástico y no puedo evitar soltar una carcajada.

Si estás buscando no meterte en problemas, definitivamente no debes cruzarte con Esdras Dalmon. Es el hijo del líder de los vampiros y lastimosamente, mi mejor amigo hace 6 años. Es el ser más problemático que existe en este mundo, además de que intenta conquistar a cualquier mujer, sin importar su naturaleza.

-A ese idiota no lo veo hace tres meses, no me sorprende que esté intentando meterse entre las faldas de la mismísima Afrodita-protesté.

- Ya aparecerá, estás hablando de Esdras, el prostituto universal.

Nuestra divertida conversación se ve interrumpida cuando la foto que tengo sobre mi escritorio con Alanís, se prende en llamas.

Me sobresalto y con velocidad envuelvo la carta para el consejo y se la doy Dagny, para dirigirme en busca de mi Excalibur.

-¿Qué esta sucediendo Mael?- Pregunta Dagny con temor.

-La foto se envolvió en llamas porque Alanís ha muerto. Lo preocupante es, que su poder elemental puede ser solo asesinado por un infernal, no perteneciente aquí- le comento mientras me coloco un saco negro, al igual que toda mi vestimenta. –Eso puede significarse simplemente que...

-Las puertas han sido abiertas en su totalidad- murmura con seguridad.

-Y que Lea se encuentra en un gran peligro. - Me acerco y beso su cabellera para hacerme hacia atrás. -Envía la carta al consejo urgentemente y dile a Halyna que prepare una habitación, volveré antes del anochecer.

Extiendo mis manos y recitando unas palabras, abro un portal que me deje en la casa de las Berycloth.

⚜️

Reaparezco en la habitación de Alanís, para verla sin vida con una daga incrustada en el medio del pecho. Pero lo que realmente me hace temer, es el grito aterrador de Lea a tan solo unos pasos.

-Espero que sepas entender niña, que no es nada personal contigo, son cuestiones de fuerzas mayores. - Escucho decir a un sujeto mientras que me acerco con seguridad hacia donde se encuentran.

Con tan solo verlos, sé que está sucediendo. Dos vampiros infernales, seguramente rumanos Strigoi, han asesinado a Alanís e intentan hacer lo mismo con Lea.




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