Las puertas del Inferis

•1. NUEVAMENTE SOLA•

"Si los cielos alguna vez hablaran, ella sería la última y única profeta"
Hozier – Take Me To Church
⚜️

LEA

Este maldito pueblo apesta.

En realidad, nunca fue de mi agrado relacionarme con personas que no sean mi abuela o mi novio Nale. Si no fuera porque la primera insistió demasiado que debería salir "a la civilización", ni siquiera estaría aquí, esperando como una estúpida.

Los últimos meses han sido muy difíciles para ambas. Jamás mencioné lo que escuché ese día en su despacho y ella tampoco lo hizo, pero de una manera u otra, sé que ella lo sabe.

Alanís sabe que soy consciente que se irá pronto.

Desde ese día he intentado pasar cada respiro de mi vida junto a ella, me aferré como una garrapata. Prefiero crear momentos que serán anhelados en mi memoria para siempre, que lamentarme su perdida vagamente.

Pero en mi búsqueda de atesorar más momentos juntas, me alejé más -si eso es aún posible- del resto de la humanidad. Paralelamente, nunca fui una persona muy sociable, siempre interactué lo justo y necesario. Agregando que ser la nieta adoptada de la "vieja loca" del pueblo no me brinda una muy buena reputación que digamos.

Estoy acostumbrada a la soledad.

Pero mi solitaria vida fue interrumpida hace unos meses con la llegada del encantador Nale Akiya. Con una personalidad juguetona supo conquistarme desde el principio. Desde ese momento se convirtió en la segunda y última persona importante en mi vida. No solo es mi novio, sino también mi mejor amigo.

El ruido de las hojas crujir detrás de mí me hace voltearme, para ver a mi chico acercarse con una gigante sonrisa plantada en su rostro.

- Hola bebé- susurró Nale depositando un beso en mis labios.

-Hola Nale- dije suavemente mirándole a sus ojos grises- ¿Cómo has estado?

-Eso te lo debería preguntar yo- reprochó -hace semanas que no sé nada de ti, ¿qué diablos está sucediendo amor? Sabes que puedes contar conmigo.

Bajé la mirada avergonzada. He siendo una completa idiota, desde que supe lo de Alanís ignoro todas sus llamadas y mensajes porque me siento totalmente rota, y no quiero consumirlo conmigo.

-Es mi abuela Nale- confesé mientras mi voz se cortaba – no creo que viva mucho tiempo más.

Por una minúscula cantidad de segundos, pude ver un atisbo alegría y ansias en su rostro, que fue remplazado rápidamente por una máscara de falsa tristeza.

A él le importaba un carajo que Alanís esté muriendo, es más, la idea parecía hacerlo feliz.

- Oh mi cielo, lo lamento muchísimo –añadió mientras me dio un abrazo de condolencias- pero debes saber que no me sorprende, es algo que le sucede a las personas de su edad.

En realidad, si soy una idiota, pero conmigo misma, no con él. Mi abuela podría estar muriendo en casa y yo estoy desperdiciando nuestro tiempo con alguien que en realidad, no le intereso verdaderamente.

-No fue una buena idea venir- le devolví deshaciendo su abrazo- espero que estés bien Nale, nos vemos otro día.

Di media vuelta y lo dejé pidiéndome disculpas a mis espaldas, hasta que tiró de mi mano con tanta fuerza que me dejo frente a su pecho.

-Vamos nena, te pedí disculpas, sabes que no fue mi intención herirte, no le deseo nada malo a la vieja. Solo quiero pasar tiempo contigo Lea.

-Pero lo hiciste, tus comentarios son innecesarios- respondí quitando sus manos de mi cuerpo.

Intentó objetar, pero sus palabras fueron interrumpidas por el sonido del timbre de mi celular.

En el mejor momento.

- ¿Hola? – respondí.

-Lea, soy Frida, tu vecina- su voz suena muy agitada, eso no es una buena señal- ¿Te encuentras en tu casa? Porque acabo de ver entrar de una manera extraña a un tipo, y conociéndote, no creo que sea amigo tuyo. Ven rápido Lea, esto no tiene buena espina.

Ni siquiera me preocupo en responder cuando cuelgo y voy corriendo a mi moto.

Hace tiempo mi abuela dejó de dar clases, no tenemos familiares y nuestros amigos se cuentan con los dedos de una sola mano. Algo muy malo está a punto de suceder.

Lo sé, lo presiento.

-Lea- me detiene Nale- ¿A dónde carajos crees que vas?

-A casa Nale, mi abuela está sola y un tipo entró sospechosamente, me parece suficiente información para saber que algo anda mal. - le contesté mientras me colocaba el casco y encendía mi moto.

-No vayas Lea- lo miré y en sus ojos se trasmitía una cantidad de emociones estremecedoras- te arrepentirás.

- Vete a la mierda- le regresé y acelere directamente a casa.

⚜️

Tardo menos de 5 minutos en llegar a casa, el ambiente que la envuelve no es para nada acogedor. La puerta de ingreso está abierta, pero sorprendentemente, no fue forzada.

Entro de una manera lenta intentando hacer el menor ruido posible, si alguien esta aquí, no quiero que me vea antes de poder llamar a las autoridades. Escucho ruidos en la habitación de Alanís y me dirijo rápidamente hacia el pasillo que me deja cara a cara a su cuarto.

Cuando estoy a punto de gira perilla, una mala sensación me hace templar todo el cuerpo, pero la ignoro y abro la puerta.

En ese preciso momento, los veo.

Un hombre que desprende anormalidad se encuentra a orillas de su cama, tiene las manos extendidas hacia los costados, de donde nace una extraña y espeluznante bruma negra que está envolviendo a Alanís en el aire.

Quedo completamente paralizada. Su cuerpo esta tendido en la nada, sus manos juntas sobre su pecho, su cabello blanco alborotado en el aire. No sé cómo, pero logra mirarme fijamente a los ojos y reflejando centenares de sentimientos, me susurró una sola y última palabra,

"corre".

El extraño siguió el camino de sus ojos para encontrarse directamente conmigo y sin darle tiempo alguno, me eché a correr hacia la salida. Pero un fuerte tirón de pelo me hizo detenerme.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.