🌹Capítulo dedicado a Eliei🌹
—¡Ey, tú, recién casada! ¿Cómo está tu resaca? —Me volteo ante la voz divertida de Nany y aunque no me gusta eso de recién casada, no puedo evitar sentir alivio al verla.
Estoy a punto de entrar al Comedor de Gala y solo pensar en hacerlo sola, revuelve mi estómago de los nervios. Esta cena tiene señales de terminar en desastre por todos lados No sé qué pensaban mis padres cuando accedieron a que el príncipe Skyle permaneciera en el palacio por los próximos dos días, aunque supongo que no tuvieron más remedio si quería arreglar algo en todo este desastre.
Tengo entendido que el rey se marchó ofendido y que su hijo se quedó para evaluar los daños o algo así, nadie me quiere decir nada, al parecer soy demasiado irresponsable como para inmiscuirme en asuntos importantes. Lo que no entiendo es cómo pretenden que me siente en esa mesa con mi “marido” y mi ex prometido tan cerca. ¿No podían matarme y ya?
—No bromees por el amor de Dios. Ni siquiera he tenido tiempo de pensar en la resaca, he tenido un día muy intenso.
—Me lo imagino.
—¿Te han regañado mucho?
—Me han prohibido salir de casa por el resto de mi vida. —Abro los ojos sorprendida—. Pero no te preocupes, soy la debilidad de mi padre, en unos días, cuando el enojo se le pase, le hago algunos pucheros y me deja libre de nuevo. ¿A ti como te fue? A parte de que seguirás casada, claro.
—¿Quieres un castigo peor que ese? —Niega intentando no reír.
—¿Y Reni?
—La vi esta mañana, pero luego de mi plática con Skyle, no hemos coincidido de nuevo.
—¿El principito? ¿Hablaste con él? ¿Está tan bueno como en las fotos?
—Dios mío, ¿por qué todas las mujeres que me rodean solo piensan en eso?
—Porque somos jóvenes y tenemos las hormonas revolucionadas, pero no me cambie el tema. ¿Qué hablaron?
—Básicamente me ha dicho que le gusto, que es una lástima que no haya esperado un poco pues él estaba dispuesto a casarse conmigo y a enamorarme. Me ha dicho que besa bien. —La boca y los ojos de Nany se abren desorbitados y yo disfruto de cada segundo de su estupefacción.
—Estás bromeando, ¿verdad?
—No y lo peor es que está más bueno que en las fotos.
—¿Más que Elián? —Me lo pienso y a pesar de que no me gusta la idea de estar casada con él, no puedo negar que ese hombre está como un tren.
—No, Elián está mejor.
—Alégrate, entonces.
—Sí, bueno, supongo que el hecho de que sea un stripper compensa un poco la balanza.
Nany se atraganta con su propia saliva y yo tengo que golpear su espalda intentando aguantar la risa, pero no es sencillo.
—¿Qué has dicho?
—Que Elián trabajó hace unos años como stripper.
—Joder, Ximena, quiero estar en sus zapatos. Con razón se meneaba tan bien. Olvídate del príncipe, hiciste bien en casarte con él.
A pesar de que esta situación es digna de llorar, no puedo evitar reír ante su entusiasmo.
—Alteza, señorita Mendoza —llaman detrás de nosotras.
Florencia nos observa con una sonrisa socarrona y yo me pregunto si ha escuchado nuestra conversación.
—La cena la servirán pronto. Deberían entrar.
Estoy a punto de decirle que necesito unos minutos más para prepararme cuando a lo lejos veo acercarse a Elián con su pequeña en brazos y un chico tan alto como él a su lado. He escuchado que tiene un hermano menor así que supongo que se trata de él.
—Joder, ¿dónde se metió el chico de barrio bajo que yo conocía? —murmura Nany a mi lado y sin deseos de encontrarme él, cruzo mi brazo con el de mi sobrina y emprendemos la marcha al Comedor de Gala.
Atravesamos la puerta de cristal y el gigante salón de casi cuatrocientos metros cuadrados, nos saluda imponente junto a una mesa para cien comensales en forma de herradura. Está decorado con una rica mezcla de marfil y oro, alfombras rojo marrón, esculturas de mármol y retratos reales. Hay quince candelabros colgando del techo y aunque para mí es muy común, no puedo evitar reír, ante las bocas abiertas de Elián y su familia.
—¡Maldita sea, Ximena, qué bueno está el príncipe! —chilla Nany a mi lado y yo miro en su dirección.
Skyle conversa con Betania como si se conocieran de toda la vida y supongo que es así ya que han estado en contacto desde hace años. Está más guapo que esta mañana si es que eso es posible con ese traje azul oscuro y su pelo medio revuelto, pero elegante.
Como si supiera que hablamos de él, mira hacia nosotras y con una sonrisa, me guiña un ojo, no puedo evitar sonrojarme mientras Nany oprime mi brazo con fuerza.
—Estás en un gran problema. —Nos sobresalta la voz de Reni—. El príncipe está muy bueno, pero Elián está mejor y hablando del rey de Roma, ahí viene.
Levanto mi cabeza justo a tiempo para ver a Elián y sus dos acompañantes acercarse a nosotras. ¿Qué está haciendo?