Las sombras de mi alma

Capítulo 3

Voy hacia mi espacio seguro, me gusta llamarlo, es una cabaña abandonada.

Es pequeña, oscura, sombría, vieja y se cae a pedazos, por no decir que se encuentra en mitad de una zona boscosa.
Pero esta apartado de la sociedad.

No escucharas a nadie cerca y nadie te escuchará cerca a ti. Es un muy buen lugar para huir de los vivos. El único problemas es que no puedo huir de ellas.

Es inútil correr.

Es inútil esconderse.

Siempre te van a encontrar, da igual lo que hagas. Ellas siempre estarán a mi alrededor, mirando, susurrando, conspirando.

Puedo parecer una completa loca. Pero no lo estoy. O yo no creo que lo éste, solo soy una adolescente que que ve cosas.

No estoy loca, soy especial a mi modo, ¿no?

Seguramente haya más personas como yo. Que ven lo mismo, que oyen lo mismo, que sienten lo mismo.

Solo que como yo están ocultas entre las personas. Caminando por las calles. Sentadas en las cafeterías. Comprando en las tiendas, solo que omiten lo que ven. Para ser felices.

Yo no puedo ignorar lo que veo. Por el simple hecho de que al estar sola, no te queda otra que observar los movimientos y comportamientos de los demás.

No siempre he estado sola. Antes lo tenía a el.

Pero me habandono, se fue y no volverá.

Maldigo el día que se fué.

El día que decidió irse para siempre.

No se porque decidió irse, solo se que es imposible que vuelva.

Va hacer ya dos años de su partida.

No se despidió de mi.

Simplemente decidió que era lo mejor para el, marcharse de aquí. No se la razón exacta, la verdad.

Eso no significa que no lo quisiera. Lo amaba.

Y lo sigo haciendo, por su eterno corazón de zafiro negro.

Espero reencontrarme con el.
En esta o en otra vida.

Me adentro en la zona boscosa.

Veo todo a mi alrededor y solo veo verde, marrón y pocas sombras la verdad. Hasta que se me ocurre mirar hacia arriba.

En las ramas de los árboles hay sombras pero estas son distintas son más claras y transparentes, estas están colgadas del cuello y se les puede distinguir un rostro.

Esto suele ocurrir unas dos o tres veces al año y no se el motivo, pero es perturbador verlo.

Corro rápidamente hacia la cabaña evitando mirar arriba.

Cuando por fin llegó, me hacerco para abrir la puerta.

Pero antes de hacerlo escucho un ruido dentro de la cabaña.

Me debato mentalmente si entrar o no.

Decido por entrar sigilosamente.

Agarro el pomo de la puerta y lo giró lentamente.

Al empujar la puerta se escucha el rechineo de la puerta, al abrir la puerta completamente. Me sorprendo con lo que encuentro.



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En el texto hay: almas, sombras, books-ire

Editado: 09.05.2023

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