Las últimas Notas

Capítulo 3

Capítulo 3

El sábado llegó más rápido de lo que esperaban. Apenas se despertaron, los tres comenzaron a hablar en el grupo de WhatsApp, organizando su reunión en el nuevo parque cercano a la escuela.

[Grupo: Chismosos Anónimos]
Hana: Oigan, no quiero perder todo mi sábado en esto, así que hagámoslo rápido.
Niko: Dilo por ti, yo quería dormir hasta el mediodía…
Izan: Yo solo quiero que esto termine antes de que nos caiga otro castigo.
Hana: Nos vemos en el parque. No se atrasen.

Hana dejó el celular sobre su cama y se dirigió al espejo de su habitación. Se quedó mirándose fijamente, tomando aire como si estuviera a punto de enfrentar un examen difícil.

Vamos, Hana… solo termina con esto rápido y ya.

Se dio un par de golpes en las mejillas para animarse y se arregló el cabello antes de salir.

Mientras tanto, en otra parte del barrio, Niko se agachó para atarse los cordones de sus zapatillas con desgana.

No puedo creer que voy a salir de casa un sábado para esto…

Se enderezó y suspiró. Aunque no quería admitirlo, en el fondo le entusiasmaba su idea de investigar la maldición del club de música. Pensaba que, si lograban hacer un buen reportaje, tal vez incluso podrían volverse virales en internet.

Sería genial…

Con ese pensamiento en mente, salió de su casa sin mucho entusiasmo,

En otro punto de la ciudad, Izan estaba en la cocina preparando un sándwich con total tranquilidad.

Un buen desayuno es esencial para empezar bien el día…

Tomó un bocado, disfrutando el sabor, hasta que vio la hora en su celular. Sus ojos se abrieron de pánico, casi se atraganta con el pan y corrió a ponerse los zapatos. Como vivía más lejos que los otros dos, tenía que tomar el colectivo para llegar a tiempo.

Salió de su casa corriendo, con el sándwich aún en la mano, mordiéndolo mientras intentaba alcanzar la parada.

—¡¿Por qué siempre me pasa esto?!

Así comenzó su odisea para reunirse con sus amigos, mientras intentaba terminar su desayuno a toda velocidad antes de que el colectivo lo dejara atrás.

[En el parque]

El parque estaba tranquilo esa mañana de sábado, con solo unos pocos niños jugando en los columpios y algunas personas paseando con sus perros. Izan llegó primero, como siempre. Se acomodó en una banca a la sombra de un árbol y revisó su teléfono, esperando a los demás con expresión de fastidio.

—Siempre es lo mismo… —murmuró, deslizando la pantalla del chat grupal en WhatsApp—. ¿Cómo demonios pueden ser tan impuntuales?

Suspiró pesadamente y miró a su alrededor, pero no vio ni rastro de Hana ni de Niko. Se hundió en el asiento, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Pasaron unos minutos más antes de que escuchara voces acercándose.

Hana y Niko llegaron juntos, charlando animadamente como si nada.

—¡Por fin! —exclamó Izan, poniéndose de pie de golpe—. ¡Siempre me levanto tarde y aún así llaga siempre después de mi!

Hana sonrió con diversión y le dio una palmada en el hombro.

—Tranquilo, abuelo. No es para tanto.

—¡No me llames abuelo! —Izan resopló, indignado—. ¿Sabes qué? En serio, deberías estar feliz de que siempre llegue antes que ustedes.

—Oh, sí, claro —Hana rodó los ojos con sarcasmo—. Qué suerte la tuya, siempre teniendo que esperar.

—Me alegra que lo entiendas.

Antes de que la discusión continuara, Niko alzó las manos en señal de paz.

—Ya basta. Antes de que terminen peleándose de verdad, mejor vayamos al grano.

Hana se encogió de hombros y miró a los dos con curiosidad.

—Bien, ¿descubrieron algo?

Niko fue el primero en hablar.

—Pasé por el patio de la escuela y escuché algunas conversaciones sobre The Hollow Chords. Parece que la banda todavía es un tema de chisme, incluso después de diez años.

Izan se apoyó en un árbol con los brazos cruzados.

—Yo pregunté a algunos compañeros, pero todos me dijeron cosas diferentes. Unos aseguran que la banda se separó porque un miembro se metió con la novia de otro, pero otros dicen que fue por problemas internos, o incluso algo más grave.

Hana frunció el ceño.

—Eso significa que la historia de la pelea por una novia podría ser falsa.

—O puede ser que haya algo de verdad en eso —intervino Izan—. Solo que la historia se fue distorsionando con los años.

—Exacto —Niko asintió—. Así que aún no sabemos nada con certeza.

Hana se sacó el teléfono del bolsillo y sonrió con autosuficiencia.

—Yo encontré algo mucho mejor.

Izan y Niko se inclinaron hacia ella con curiosidad.

—¿Qué cosa?

—Una cuenta de fans. Súper antigua, de hace once años.

—¿Once años? —repitió Izan, sorprendido—. Eso significa que fue creada un año antes de la separación de la banda.

—¡Exacto! —Hana sonrió—. Me pasé un buen rato revisándola, y encontré los nombres artísticos de los miembros: Ató, Haru, Meru, Akira y Makoto.

—Esos nombres suenan como de ídolos de verdad —comentó Niko, arqueando una ceja.

—Lo sé, pero hay algo raro… —Hana deslizó su dedo por la pantalla—. En toda la cuenta, casi no se menciona al líder de la banda.

—¿Cómo que no lo mencionan? —preguntó Izan con el ceño fruncido.

—Es como si no hubiera sido realmente parte del grupo —explicó Hana—. O como si alguien quisiera que nadie lo recordara.

Hubo un silencio tenso entre los tres.

—Eso es sospechoso —murmuró Niko.

—Mucho —agregó Izan.

Hana apagó la pantalla de su teléfono y miró a los dos con una sonrisa emocionada.

—Entonces, tenemos una misión.

—Sí —dijo Izan con una media sonrisa—. Vamos a descubrir la verdad.

Niko suspiró y cruzó los brazos.

—Espero que valga la pena.

Hana sonrió con confianza.



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En el texto hay: tristeza, misterio amistad, bl juvenil

Editado: 26.03.2025

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