Lazos

Capítulo 6: El silencio después de la tormenta

La tormenta en el exterior no cesaba, la lluvia golpeaba las ventanas una tras otra como el sonido de la ansiedad en el corazón. Lucy abrazó a Amy, sus brazos rodearon fuertemente su pequeño cuerpo como si eso fuera a contenerla. Amy se acurrucó tranquilamente entre sus brazos, con los ojos fijos en la lluvia que caía por la ventana como si estuviera viendo algo invisible. La lluvia resbalaba por el cristal, nublándole la vista y como difuminando el dolor de su corazón.

──Amy, hoy sí que has asustado a mamá. susurró Lucy, con voz suave, como si intentara ocultar todo su cansancio en aquellas palabras.

Amy no dijo nada, sólo sacudió suavemente la cabeza, con los ojos vacíos como si acabara de regresar de otro mundo. Lucy sabía que hacía tiempo que su hija había dejado de ser aquella a la que ella podía llegar tan fácilmente. En aquel momento, todo giraba en torno a Carter.

Carter estaba de pie frente a la ventana, sus ojos tranquilos como los de un robot altamente inteligente, sus dedos golpeando y repiqueteando inconscientemente en el marco de la ventana. El mundo fuera de la tormenta y el caos dentro de él parecían estar sincronizados, sin que nadie consiguiera tener paz. Las espaldas de Lucy y Amy se desvanecieron en sus ojos, y respiró hondo, intentando no parecer tan maltrecho.

──Necesitaba protección, no exponerse. Lucy se dio la vuelta, con los ojos afilados como cuchillos y la voz grave como una roca.

Carter frunció el ceño, sin ocultar el cansancio bajo su frente. Comprendía que no podía parecer demasiado débil delante de Amy, pero la indiferencia de Lucy lo abrumaba. Menudo hombre que no sabía ser padre.

──Sé que no te gusta este enfoque, pero probablemente sea la mejor opción para Amy. El tono de Carter seguía siendo tranquilo, pero transmitía una determinación inquebrantable.

Lucy se mofó, sus ojos como espadas afiladas, pinchando a Carter justo donde le dolía.

──¿La mejor opción? Empujarla al centro de atención y exponer su intimidad, ¿crees que eso la reconfortará? ¡No la entiendes en absoluto!

Sus palabras cortaron la débil confianza entre los dos como un cuchillo. Carter no reaccionó por un momento, mirando hacia abajo, reprimiendo la ira en su corazón. Respiró hondo.

──Siempre eres así, pensando primero en arreglar el problema en lugar de preguntarle a ella lo que realmente necesita. El tono de Lucy era grave y desesperado, sus ojos llenos de dolor.

Sus palabras golpearon a Carter justo donde le dolía, y de repente se sintió muy golpeado. Se quedó callado un rato y no dijo nada, decir algo no resolvería el problema de todos modos. De hecho, él sabía que el agujero interior de Amy no podía llenarse con atención externa.

──Tú tienes la responsabilidad de darle cosas materiales y seguridad, pero yo ...... Carter hizo una pausa y susurró, con la voz baja como un silencioso autodesprecio. ──No sé cómo ser padre.

Los ojos de Lucy se humedecieron. Nunca había oído a Carter confesarse así. Aunque todavía había indiferencia en sus palabras, Lucy sintió un atisbo de vulnerabilidad que nunca antes había sentido.

Se acercó a Carter, se detuvo y le susurró:

──Sé que quieres hacerlo mejor, pero no podemos seguir haciéndonos daño así. Lo que Amy necesita es nuestra compañía juntos, no que la empujes a ese mundo glamuroso.

Carter no replicó, sólo negó suavemente con la cabeza, sus ojos se posaron inconscientemente en Amy. Aquella niña parecía haber desaparecido del mundo, sus ojos profundos y vacíos.

La tormenta se hacía cada vez más fuerte, con una oleada tras otra de truenos, como si algún misterio incontestable silbara en sus oídos. Las tres personas, en este espacio, parecían atrapadas en un remolino ineludible por la tormenta.

De repente, Amy levantó la vista, con los ojos vacíos más allá de las palabras.

──Por qué no entendéis que no quiero ser moneda de cambio en vuestra pelea. Su voz era tan suave que resultaba casi inaudible, pero con un deje de cansancio.

A Lucy se le apretó el corazón y se apresuró a estrecharla entre sus brazos, acariciándole suavemente el pelo.

──Amy, no son mamá y papá los que se pelean, somos nosotros los que tomamos la mejor decisión para ti. Susurró, con los ojos llenos de impotencia. ──Eres nuestro bebé más precioso.

Amy no respondió, sólo bajó la cabeza y volvió a guardar silencio.

Los ojos de Lucy y Carter se encontraron, sin poder volver a decir palabra alguna. Un silencio inefable llenó el aire. Lucy suspiró y se volvió hacia Carter.

──Llevaré a Amy de vuelta a la floristería. Esto es muy deprimente, al menos podemos encontrar algo de paz.

Carter permaneció inmóvil, en silencio durante largo rato. Finalmente, asintió suavemente y no dijo nada.

Lucy cogió a Amy y salió de la gran casa. La tormenta seguía arreciando, pero ella sabía que en ese momento había tomado una decisión por Amy: volver al lugar donde había podido encontrar algo de paz y amor.

Carter estaba de pie frente a las enormes ventanas del suelo al techo, un espacio vacío frente a ella, pero su corazón estaba perdido. El sonido de la tormenta resonaba en la distancia, y estaba solo, con la única sensación de pérdida extendiéndose por los pasillos vacíos.

Había creído controlarlo todo, sólo para darse cuenta de que eran las cosas que realmente importaban, su familia, las más difíciles de controlar.



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En el texto hay: multimillonario, madre soltera

Editado: 10.01.2025

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