Lazos

Capítulo 8: La ruptura padre──hija

Carter se sentó en el sofá, mirando el rostro de Amy con el corazón encogido. Sus ojos, fríos como una pared. Ella seguía mirando por la ventana como si estuviera esperando alguna respuesta, y Carter sabía que esa respuesta, probablemente nunca saldría de su boca.

Respiró hondo y trató de calmarse. Había pospuesto todo su trabajo para ese día, sólo para tener una tarde tranquila con Amy. Resultó que la paz estaba allí y también la desconexión. Dios sabe que puede haber un muro tan grueso entre padre e hija.

──Amy, ¿podemos hablar hoy? Carter finalmente habló, su voz baja pero con un poco de urgencia.

Amy no respondió. Se limitó a bajar la mirada y a jugar con el juguete que tenía en la mano, pasándole el dedo por encima, casi escribiendo «no quiero hablar contigo». Las manos de Carter se agarraron a los reposabrazos, con los nudillos blancos de odio, y quiso dejar caer el sofá.

──No pasa nada si no quieres hablar ──Carter se levantó, apretando los dientes──, sólo quiero que sepas que he hecho todo lo que he podido. Todo lo que he hecho, lo he hecho por ti.

Las palabras pesaron en el corazón de Carter como una piedra. ¿Qué quería decir con «por ti»? ¿Era todo el amor que podía dar, por no hablar de las cosas materiales que podía dar? No, Amy no parecía querer oírlo en absoluto. Agachó la cabeza, impasible.

Lucy se quedó mirando en silencio. Más de una vez se había sentido molesta por la forma en que Carter se había comportado y hoy, al verlo tan confundido, sintió una mezcla indescriptible de emociones. Tal vez realmente lo estaba intentando, y aunque no lo estaba haciendo bien, no era una mala persona después de todo. Es sólo que la forma en que lo está haciendo te hace preguntarte si nunca antes le había dolido la palabra «vida».

──¿Ves que lo está intentando? se preguntó Lucy en un susurro repentino.

──Amy ...... suspiró suavemente, sus ojos destellaron con una pizca de impotencia──. No es que no te quiera, Carter. Es sólo que tiene una herida en el corazón, por si no te habías dado cuenta.

El ceño de Carter se frunció sin decir palabra. Bajó la cabeza y se miró las manos, con los dedos temblándole ligeramente. Todos estos años, se había creído un padre fiable, ¿y qué había pasado? Sólo ahora se daba cuenta de que su método de «paternidad» era un gran escollo.

Amy se levantó y caminó hacia la ventana. Estaba de espaldas a él, sus ojos estaban vacíos, como si estuviera mirando un jardín lejano, pero su corazón estaba tan lejos que parecía haberse ido a un planeta alienígena.

Carter quiso acercarse a ella, ponerle una mano en el hombro, pero dudó. En ese mismo instante, supo que no podía precipitarse.

──Amy ...... Habló en voz baja, no tan urgente como en el pasado, pero con una profunda disculpa, ──Sé que te han hecho daño y probablemente no quieras estar cerca de mí. Siento haberte hecho sentir sola.

Ella seguía sin darse la vuelta, sus lágrimas resbalaban silenciosamente mientras susurraba:

──Nunca te preocupaste realmente por mí, papá.

En ese momento, el corazón de Carter se sintió como si le hubieran clavado un cuchillo. ¿Qué quería decir con «nunca te importé»? ¿No era algo lo que había hecho por ella? Apenas pudo resistirse a preguntarle: «¿No lo entiendes?». Pero no lo dijo, porque se habría reído de sí mismo por decirlo.

Lucy se acercó y se puso al lado de Carter, mirando la espalda de Amy. Hoy, la lucha y la impotencia del hombre le habían dado una nueva perspectiva. Tal vez realmente necesitaba algo de tiempo y una forma más suave de acercarse a Amy.

──A veces eres demasiado sensato,‖ le susurró Lucy, ──Amy necesita algo más que satisfacción material, algo más que compañía emocional y seguridad.

Carter se miró la mano, como si las palabras hubieran tocado algún punto sensible. Sí, no había hecho lo suficiente, no había pensado en ello con suficiente delicadeza. Había estado tan ocupado proporcionándoselo todo que había perdido de vista lo que ella realmente necesitaba.

──Estaré contigo todo el día, Amy. Finalmente, Carter tomó una decisión, su voz baja pero con una especie de determinación, ──Estaré ahí para ti, lo quieras o no. Hoy seré tu papá.

Amy no se volvió, seguía de espaldas a él, pero sus lágrimas seguían resbalando. Ella no dijo una palabra, y algo parecía haber tocado silenciosamente las grietas de su corazón, tal vez fue esta única palabra firme de Carter, o tal vez fue el hecho de que su propio corazón había anhelado algún tipo de cambio.

Lucy se quedó mirando, con ojos complicados. Ella solía pensar que era la única que podía proteger a Amy, pero hoy, vio la lucha y el esfuerzo dentro de Carter. Pensó que tal vez debería soltarse un poco y darle a Carter algo de espacio.

Sin embargo, esta sensación de inquietud seguía rodando dentro de ella. No estaba segura de poder desprenderse por completo de esa vena protectora de su pasado; después de todo, las heridas de Amy eran siempre más profundas de lo que ella misma podía imaginar.

Al caer la noche, las luces del salón se derramaron suavemente sobre el suelo. Lucy se sentó en el sofá, y una inquietud creció en su corazón. Se preguntaba si aún podría encontrar su equilibrio en esta complicada situación.

Carter y Amy, por otro lado, ya habían comenzado su largo tiempo juntos.



#3698 en Novela romántica
#1340 en Otros
#309 en Relatos cortos

En el texto hay: multimillonario, madre soltera

Editado: 24.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.