Cap. 68 Cuestión de carácter

En Grimmauld Place, Harry había subido a James a su habitación y Tyler se había hecho cargo de examinarlo.

• No te preocupes, tío  --  dijo una vez que finalizó  --  solo está inconsciente pero no hay daños internos, aun así, puedes llamar a Silver o a Aby para que verifiquen lo que te estoy diciendo.
• No es necesario Tyler, confío en ti  -- le dijo él
• ¿Por qué se desmayó?  --  preguntó una llorosa Rowena  --  ¿Y por qué, si no tiene nada, no despierta?
• Es un sistema de protección generado por el cerebro Rowena, en ocasiones cuando no podemos aceptar de forma consciente lo que está sucediendo, nuestro inconsciente nos protege aislándonos momentáneamente de la realidad. Créeme, de momento es mejor que esté así.

Todos aceptaron la explicación de Tyler, tanto por la seguridad con la que hablaba, como por el hecho sabido por todos que él se encaminaba con paso firme a ser un gran sanador. De modo que abandonaron la habitación y solo dejaron a Harry y a Rowena con James.

En algún momento de la madrugada regresaron Bill y Sirius, quienes subieron directamente a la habitación de James. Allí se encontraban además de Harry y Rowena, Albus, Anthar, Lily, y Tyler que había ido a verificar el estado de James.

• ¿Cómo está?  --  preguntó Louis en cuanto entraron
• Bien, solo inconsciente, pero bien  --  le dijo Albus
• ¿Y mamá?  --  preguntó Rowena mirando a su padre
• Mejor, debe descansar unas horas más  --  le dijo él

Sirius miró a Anthar y éste le hizo un leve gesto negativo en señal de que no había dicho nada a sus hermanos acerca de la pérdida del bebé. Sirius pensó que era mejor así, porque de momento no se veía con fuerzas para enfrentar eso. Se acercó a Harry y colocó una mano sobre su hombro, con lo que el pelinegro pareció salir de su abstracción y se puso de pie.

• ¿Cómo está Jason?

Entre Sirius y Bill explicaron lo que Silver les había informado, y les aseguraron a todos que iba a estar bien.

• Lo lamento mucho Sirius  --  comenzó Harry apenado  --  James no…
• No digas tonterías, Harry  --  lo interrumpió él  --  sabemos que James no quería hacer daño a nadie, todos conocemos su carácter y el Niño simplemente hizo lo que le pareció más conveniente, aunque haya sido por demás estúpido, probablemente evitó un mal mayor. Así que deja de responsabilizarte también por esto.

Sin embargo, no había nada que pudiesen decir o hacer para que Harry dejase de sentirse miserable, y las palabras de su hijo se repetían como un eco interminable en su memoria: ¿Cómo permitiste que esto sucediera…?

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Jason vagaba en los terrenos de la semiinconsciencia cuando escuchó una voz preocupada y sintió que una mano cálida acariciaba su rostro.

• Se ve tan pálido, Ma  --  estaba diciendo Lyra 
• Es natural hija, ya escuchaste lo que dijo Silver, pero va a recuperarse  --  la tranquilizó Hermione

Por algún motivo no podía abrir los ojos y eso lo fastidiaba mucho, pero sintió que la mano de Lyra se desplazaba hacia su cuello y su pecho.

• Tal vez esto le moleste  --  dijo la chica sujetando la cadena  --  está muy lastimado, deberíamos intentar quitársela

Hermione se fijó que su hija tenía razón, porque había una marca roja que rodeaba el cuello de Jason y bajaba hasta su pecho, exactamente en la misma forma que la cadena, pero aun suponiendo que aquello lo lastimase, ella sabía que no había forma de quitársela.

• Ni… siquiera… lo intentes  --  dijo Jason con voz áspera producto de la resequedad de su garganta

Ambas se sorprendieron al escucharlo y de forma inmediata elevaron los ojos hasta su rostro, pero los de él seguían cerrados.

• ¿Jey?  --  susurró Lyra
• Nena… tengo sed

Ya Silver les había advertido que se sentiría sediento al despertar, de modo que Remus que había permanecido un poco alejado de la cama, se apresuró a acercarle un vaso con agua, se lo entregó a Lyra y esta con ayuda de su madre levantó un poco la cabeza de Jason y le acercó el vaso a los labios.

• Gracias  --  dijo él abriendo los ojos y fijándolos en Lyra  --  Te… amo, Nena  --  dicho esto volvió a cerrarlos

Por un momento Lyra se sorprendió, porque los ojos de Jason normalmente gris tormenta, se habían vuelto repentinamente azules. Hermione se sorprendió menos, ya que sabía del cambio de color que solía experimentar según sus emociones, pero nunca los había visto de aquel color. Y en el caso de Remus que sí los había visto así en una ocasión hacía muchísimos años, sintió un terror frío recorrer su espalda y salió a toda prisa en busca de Silver. Su cabeza se llenó de imágenes aterradoras del día que Jason casi había muerto a manos de Turel, y que en el último minuto antes de desvanecerse, sus ojos eran exactamente de aquel color.