Capítulo 23:Proclamarla era un riesgo. No hacerlo, una condena.

Liam

Todo estaba listo para el Anuncio del Vínculo Lunar.

El ritual ancestral en el que proclamaría a Isla como mi Luna oficial no era solo simbólico: era sagrado. Una unión frente a la manada y a la luna misma. Una promesa eterna entre alfa y compañera.

Pero no era solo una ceremonia.

Era un acto político.

Proclamarla me obligaba a defenderla con mi vida, y a desafiar a cualquier lobo que se opusiera. Significaba enfrentarse a los miembros más antiguos del Consejo, a aquellos que querían mantenerla como una “anomalía bajo vigilancia”.

Aun así, no dudé.

—Lo haremos en la próxima luna llena —le dije a Isla, tomándola de la mano.

Sus ojos brillaron, pero no por miedo.

—Entonces que la luna lo grabe en su memoria —respondió.

Lo que no sabíamos era que, en la sombra, alguien ya había jurado impedirlo.