Lazos de Sangre

Capítulo 3

Rose.

Las horas pasaron con velocidad mientras esperaba sentada en el asiento del parque mientras comía una barra de chocolate.

El parque se encontraba vacío a excepción de una madre que jugaba con su hijo.

Una parte de mi quería advertirle y enviarla a casa. Por la seguridad de su hijo pero al ver que ambos comenzaban a alejarse sentí alivio.
No quería que gente inocente muriera está noche a manos de esos desgraciados.

La noche  finalmente cayó, y poco a poco aprecie como las personas iban llegando, formando una fila para ingresar al club.

Mire nuevamente la hora de mi reloj, el cual marcaba las once y cuarenta y cinco. Y me sorprendí de que las personas llegarán un poco temprano, pero supuse que era para no pagar más caro la entrada más tarde.

Era asombrosa como la cantidad de adolescentes que ingresaban al club. Debían de tener entre diecisiete años o poco más para poder ingresar. 
La fila abarcaba cerca de dos cuadras así que el club debía de ser uno muy concurrido por los vampiros.
Es decir, este era el lugar perfecto para salir a cazar. Lleno de borrachos que salían a vomitar a los contenedores o fumadores que ocupaban el callejón de alado.

Esto debía de ser un festín para los vampiros.

Espere con paciencia en mi asiento a la llegada de uno de ellos. Hasta que algo en la puerta llamo mi atención.

Una chica salió siendo arrastrada por un muchacho. La joven parecía fuera de sí, como si estuviera muy borracha. La reconocí por que la vi al entrar al club; era la misma chica que había mirado más de una vez a mi dirección.

Sin pensarlo realmente, me puse de pie y comencé a caminar hacia ellos.

El chico pelinegro llevaba a la chica detrás del edificio, en dirección  al estacionamiento.

El lugar se encontraba oscuro y vacío, perfecto para vampiros sedientos de sangre.

Busque con la mirada a los dos chicos que acababan de salir, pero ninguno de ellos apareció.

¿Cómo desaparecieron tan rápido?

Seguramente eran un par de drogadictos que salieron para tener sexo y se escondieron en uno de los autos.

Eche un vistazo por última vez para serciorarme de que nada peligroso estaba pasando y camine dos pasos hasta que escuche un grito, proveniente de las escaleras de emergencia del edificio de alado.

Ni siquiera me detuve a pensar.

Vampiros.

Debí suponerlo. La forma  en la que saco a la chica.

Cerré mis puños tratando de calmarme y no crear una masacre. Corrí con más fuerzas hasta  el lugar y lo que encontré me hizo hervir la sangre. El idiota chupasangre se encontraba sobre ella tratando de beber de su cuello, la chica se retorcía tratando de empujarlo pero este no cedía, sabía que era inútil, él ya se encontraba limpiando la sangre de su boca cuando por fin se percató de mi presencia.

La chica ya no tenía salvación. Por qué o la mataba o la convertía.

El idiota sonrió en mi dirección enseñándome sus colmillos, los cuales goteaban con la sangre de la chica ahora ínconciente.

—Oh... Tenemos a una espectadora por aquí, ¿Vienes a unirtenos? — Exclamó, lamiendose los labios.

Mi voz se tiño de rabia en cuanto pronuncie lo siguiente—. De hecho, vengo a unir mi daga en tu pecho, chupasangre de pacotilla.

Se abalanzó contra mi a una velocidad sobrehumana, sin dejarme siquiera poder sacar mi estaca.

Sentí el impacto de su cuerpo contra el mío. Haciendome caer hacía atrás con él sobre mi. Sus ojos grandes y brillantes llamearon con vida entre la oscuridad de la noche y sus dientes parecían más grandes y alargados desde está cercanía.

Era aterrador y por un momento sentí lo que las víctimas sentían.

Esta debía ser una horrible manera de morir. Pero yo no era ninguna novata.

Sin que se diera cuenta empuje mis piernas contra se estómago haciendo que cayera hacia atrás. Había entrenado toda mi vida y que me patearán el culo si permitía que un asqueroso chupasangre bebiera de mi sangre.

Además, tenía otro propósito está noche.

No podía morir hoy.

Sin dejar siquiera  que reaccione,  tome la estaca de la funda en mi cinturón y corrí hacia él. Que ya estaba poniéndose de pie.
Este vampiro era recién un novato . Era joven e inexperto. Eso era algo bueno para mi, porqué sólo se dejaban llevar por el hambre. Pero sí un polluelo estaba aquí, quería decir que su amo podría andar cerca también.

Dos en uno. Que bien.

El vampiro se dio cuenta demasiado rápido de mis intenciones. Con velocidad se movió, golpeandome con fuerza y enviándome contra la pared. Caí adolorida hecha un ovillo al suelo. El cual no dure mucho por que tomo un puñado de mi cabello con su puño.

—¿Crees que puedes vencerme? — gruño en mi oído y olfateo la zona de mi cuello. Donde lamio.

Asqueroso.

—¿Creías que era un novato? 

Mirándome a los ojos. Sentí como el aire se llenó de electricidad producto de sus poderes  pero luche contra este. No podía dejar que me venciera.

Con dificultad lleve mi mano hasta  mi cinturón donde el idiota no se habia percatado que traía mi Glock con balas ultravioletas.

—Ultimas palabras preciosa —sonrió con maldad mientras acercaba su rostro al mío.

— No ¿y tu? —contraataque.

—¿Qué...? —no le di tiempos de responder porque apreté el gatillo. El chico vampiro frente a mi se hizo polvo.

Corrí hacia donde estaba la chica y me agache a su lado para comprobar si seguía con vida. Olvidándome de mi dolor por un momento.

Ella era joven, como de mi edad. Llevaba el cabello suelto y de color púrpura. El cual se estaba tiñiendo de un tono rojizo producto de la sangre que perdía.

Sus ojos se encontraban abiertos y me miraban con terror.

—Tranquila, no voy a hacerte nada.

Quería que se tranquilizara por un momento.

Todo de mi gritaba que lo hiciera con rapidez. Para que no sintiera dolor. Y eso iba a hacer si no hubiera hablado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.