Una rara mezcla de preocupación, miedo y nervios llenaban a un joven que viajaba dentro de una aeronave de muy avanzada tecnología, sus manos poco a poco se empezaban a sentir cada vez más húmedas debido al sudor, y tanto su respiración como sus latidos eran cada vez más rápidos. Dos años habían pasado desde la última vez que había estado con todos ellos, dos años puede llegar a ser mucho tiempo, y aún más sí es desde la última vez que viste a alguien, o en este caso a un grupo de personas, y pese a haber mantenido comunicación con dos de ellos, no era lo mismo hablar por mensajes o llamadas, a estar cara a cara con alguien. Pero esta solo era el porqué de los nervios, el miedo y la preocupación eran por el motivo de la reunión, habian recibido un comunicado con respecto a una emboscada que les harían a ellos y otras personas que los acompañaban en una misión, planeaban asesinar al menos a la mitad de los presentes, incluyendo a los reclutas, sus amigos. Para cuando se enteró, partió en camino y se lo comunicó cuanto antes a uno de ellos, pero no podían hacer mucho con esa poca información, estaba preocupado por todos ellos, temía por sus vidas. No los dejaría morir sin importar nada, no dejaría que algo les pasara mientras él pudiera evitarlo. Entonces sintió una mano sobre su hombro en señal de consuelo, su hermana, la única que podría ayudarlo y la única como él, le habló con una voz tierna y consoladora.
—Tranquilo, llegaremos a tiempo, nadie morirá—
Fueron sus palabras y como hace mucho tiempo, por más forzada que parecieran, fueron suficiente para ayudar a calmarlo. Y entonces, llevándose la mano al pecho sujeto de su collar un colgante con forma de bala, lo apretó con fuerza deseando que una persona en específico de todas, estuviera a salvo, segundo antes de que una alarma sonará dentro de la nave y el piloto les indicará qué faltaba poco para las coordenadas indicadas. Entonces ambos hermanos se pusieron de pie y un brillo en los ojos de ambos se vio reflejado casi a la vez que algo empezaba a cubrir sus cuerpos, que a primera vista parecía un metal, pero de cerca los nanobots se distinguían fácilmente, y para cuando la compuerta de la aeronave se abrió en medio de pleno vuelo, estos ya había cubierto todo menos sus cabezas.
Para cuando el piloto dio la señal, ambos saltaron al vacío sin dudarlo y en medio de la caída, los nanobots terminaron de cubrir sus cuerpos por completo, formando una especie de traje de combate de cuerpo completo. Entonces mientras cortaban el aire en medio de la caída, vieron el lugar, y mientras más se acercaban al suelo, el sonido de los disparos como las siluetas de las personas eran más claros por lo que aun cayendo desenfundaron las armas, y entonces como dos yunques caídos del cielo ambos impactaron el suelo con una fuerza capaz de dejar un cráter, que de no haber sido por los trajes, hubiera destruido sus cuerpos dejando nada más sus restos contra el suelo. Y por un momento los disparos se detuvieron tras el inesperado estruendo ocupado por la caída de ambos y en el lugar donde cayeron una nube de polvo se levantó, y para cuando la nube se esparció, ambas figuras imponentes quedaron a la vista y todo a sus alrededores pareció ralentizarse y entonces evaluaron lo más rápido posible toda la situación. Varios muertos, ninguno de ellos reclutas, todos soldados o Vacíos, pero entonces identificaron una cara, una mujer con un cuchillo atravesando su estómago y otras heridas de balas alrededor del cuerpo, desangrándose, rodeada de Vacíos, no la dejarían morir. Y al localizar al resto de conocidos, pese a no estar igual de heridos, no estaban en mejor situación. Hasta qué aquel hombre cruzó miradas con una mujer a la que reconoció de inmediato como ella a él pese a el casco, y entonces noto tres cosas cuando la vio, la primera fue la lágrima involuntaria cayendo de su rostro, la segunda aquel colgante que hacía juego con el suyo, y la tercera aquella arma que sostenía y qué estaba apuntando a él, segundos antes de que jalara el gatillo.
Pero pese a lo tercero el se sintió feliz de verla, porque lo anterior solo significaba que ella lo seguía amando como él nunca dejó de hacerlo.