El constante sonido de cuerpos golpeando contra las colchonetas resonaba en aquel gimnasio mientras aquellos combates entre reclutas se llevaban a cabo, donde la mayoría siendo que ya se conocían solían llevar más que nada combates amistosos donde pese al duro intercambio de golpes entre sí, cuando uno de los dos caía debido a un golpe, el otro le ofrecía la mano para ayudarle a ponerse de pie y seguir como lo eran los combates entre Liz y Amy, quienes parecían estar al mismo nivel y cada round que tenían iban con todo hasta derribar a la otra entre increibles sesiones de golpes y evasiones a gran velocidad, de tal forma que más que un combate era como ver dos iguales luchar de tal forma que su ritmo, golpes y esquivos como el juego de pies de ambas era tal que más que parecer una lucha parecía una hermosa danza entre las dos, donde cuando una daba un paso hacía adelante y lanzaba un puñetazo la otra daba un paso hacía atrás y lo esquivaba para luego dar el paso hacía adelante y lanzar dos golpes que la otra esquivaria mientras daba dos pasos hacía atrás, todo con la fluidez de un combate normal. Un combate hermoso de tal forma que desde que lo practicaban a diario había quienes preferían sentarse a observar para aprender de este o simplemente apreciar la “elegancia”. Mientras que otros pocos eran combates donde ciertos sentimientos salían en medio de este donde cada golpe lanzado demostraba dicho sentimiento tratando de liberarlo, ya sea en parte odio o frustración como lo era el caso de Iris quien peleaba contra Ian, donde pese a la enorme diferencia entre tamaños y corpulencia parecía estar acorralado.
Después de haber llegado de la misión había tenido aquella enorme frustración de no haber podido disfrutar de la compañía de Will de quien ya llevaba enamorada desde hace un año, tal vez más sin tener una respuesta clara del porqué de esto. Tal vez habían surgido desde su batalla contra Zack y David hace dos años… Pero su frustración era tal que necesitaba liberarla de alguna forma y quería aprovechar los combates para hacerlo, pero sabía que no cualquiera podría aguantar el ritmo por lo que solicitó uno contra Ian. Ian sorprendido por qué su oponente sería Iris solamente se puso en posición de combate cuando este estaba por empezar, sus ojos se encontraron con los de ella, no eran serenos y tranquilos como la mayor parte del tiempo, eran los de un niño enojado a punto de hacer una rabieta, o al menos eso fue lo primero qué le pasó por la cabeza, pero muy diferente a este cuando el combate dio inicio los sentidos de Ian se alertaron y en lugar de tratar de lanzar un golpe sintió que tenía que ponerse a la defensiva por el “berrinche” que estaba por hacer Iris.
Cuando Iris inició su vida en el área militar apenas tenía cerca de 7 años, una huérfana adoptada por el área militar de su país para probar un nuevo modelo de nanobots para mejorar las capacidades en el ámbito militar de sus usuarios siempre y cuando éste recibiera la formación adecuada, por ello desde tan temprana edad Iris fue aprendiendo de las bases de cualquier soldado militar, ensamble y uso de armas, combate con y sin armas, estratégias, de todo. Pero nunca pudo gozar de los privilegios que tienen los niños, por eso a veces le cuesta expresarse, por esto siempre que necesitaba expresarse de alguna manera lo hacía a su forma, ya sea extrema felicidad, orgullo o inclusive enojo, tristeza y frustración como lo estaba haciendo ahora al solicitar un combate con alguien que casi le triplicaba el tamaño. Como lo estaba haciendo ahora acorralando a un gigante como Ian en un combate. Desde un inicio Iris se lanzó de golpe contra Ian, haciendo una finta de un puñetazo de mano derecha hacía las costillas de Ian de tal forma que lo obligó a levantar una postura defensiva, pero a escasos centímetros detuvo el golpe y en su lugar lanzó una serie de patadas a las piernas de Ian de forma consecutiva hasta que este trato de cubrir las áreas afectadas y cuando lo hizo el ataque de Iris se detuvo allí y dando un gran salto lanzó un rodillazo a la mandíbula de Ian la cual dio de lleno y pese a su tamaño fue tal que provocó que el gigante empezará a tambalearse. Pero Iris no paró allí, recuperándose rápidamente del movimiento que acababa de dar empezo a dar una enorme serie de golpes a cualquier punto desprotegido que miraba por él área del pecho y abdomen de Ian, haciendo lo imposible por no dejar a Ian respirar, por no dejarlo atacar pese a que no tardó mucho en tratar de hacerlo, lanzando un golpe con la fuerza suficiente para destruir un ladrillo de concreto facilmente, el cual Iris esquivo mientras no paraba de dar golpes al cuerpo de Ian, sabiendo que pese a todo eso, recibir un golpe del gigante la podría noquear de inmediato, pero realmente no le importaba, solo quería liberar su frustración. Tal vez desde el punto de vista de muchos los golpes de alguien como Iris no serían algo “serio” debido a su tamaño, pero no todo depende de la fuerza y tamaño de la persona al momento de luchar, también importan la experiencia y forma como lo hacía Iris desde el golpe con rodilla a Ian aprovechando el descuido del gigante como el impulso de Iris con la fuerza para saltar tan alto, como la diversidad de puñetazos que lanzaba Iris desde puñetazos normales hasta usando el dorso de de la mano luego de agarrar suficiente impulso hasta puñetazos cuyo objetivo es golpear con cierta precisión ciertas áreas del cuerpo. Esto sumado a la experiencia de casi toda una vida.
Diez minutos después Iris cayó al colchón luego de recibir un golpe directo de Ian que la arrojó casi a un metro de distancia, pero sin tratar de levantarse se quedó allí, acostada en el colchón cubierta de sudor y con la respiración agitada tratando de recuperar el aliento, mientras Ian alejándose ligeramente sentía dolor por todo su cuerpo mientras, cubierto de ciertos moretones ocultos bajo su ropa aun sentía las punzadas de dolor, recordaba el dolor de cada golpe como si le hubieran golpeado con un martillo de forma consecutiva por todo el cuerpo.