Legalmente enamorados

CAPÍTULO 1

He conseguido un archivo que nos ayudará a ganar este caso, el señor Craig estará feliz. Leonart Craig es decano de la Escuela de Derecho de Springfield University y ahora es nuestro jefe. Dirige la firma de abogados más importante en Springfield. Springfield Attorneys At Law.

Adelanté mis pasos para llegar a tiempo y entré al juzgado. Todos estaban vestidos de manera formal. En la primera fila del lado izquierda se encontraban Cassie, Harry y Chad, los demás técnicos legales; delante de ellos se encontraba el señor Craig sentado al lado de nuestro cliente. El acusado y su abogado se encontraban en el lado contrario.

—Señor Craig —susurré.

Él se dio la vuelta, le pasé una carpeta color amarilla y tomé asiento al lado de Cassie.

—¿Qué le diste? —preguntó ella en voz baja.

Era mi mejor amiga desde que empecé mi carrera en la universidad, fuimos compañeras de dormitorio e incluso acabamos de rentar un apartamento juntas. Cassie es igual de aplicada que yo, pero a veces tiene problemas con la motivación y el estrés, desde que tiene 14 años ha estado lidiando con depresión y ansiedad. No he tenido problemas similares, pero conozco la gravedad del caso.

—Ya verás —respondí con una sonrisa.

—Abogado Craig, su turno —exclamó el juez desde el estrado.

El señor Craig se levantó de su asiento pacientemente y empezó a hablar.

—Como árbitro de ley con pleno conocimiento de la jurisprudencia de este país, la orientación sexual, religión u opinión —mira al jurado—. Nunca debe ser considerada una variable

—Señor Craig su tiempo es oro sugiero que no lo desperdicie con argumentos que no tienen nada que ver con el caso —exhortó el juez.

—No son mis palabras juez Bush, son suyas —el juez frunció el ceño—. Lo escribió en un juicio en el que estuvo implicado en el 1992 cuando uno de sus clientes fue discriminado por ser homosexual.

Mi corazón se agitó. Estaba emocionada por la forma tan hábil en la que el señor Craig utilizó el documento que le entregué.

—En el párrafo 9 del artículo 73 de nuestra constitución, explica que habrá discriminación cuando el prestador de servicios o contratante fundamente su negativa por objeción de conciencia religiosa, ética, moral o por requisitos institucionales —mira a la contraparte—. Mi cliente, el señor Wan fue expulsado de la prestigiosa Universidad Católica de Utah por ser budista. Mi cliente ingresó a esta universidad gracias a su alto promedio académico y maravillosas extracurriculares. Es inaceptable e inconstitucional que se le expulse de esta manera.

El señor Craig continuó su discurso por varios minutos más, terminamos ganando el caso. La Universidad Católica de Utah fue demanda y tuvo que dar a nuestro cliente 5 Millones de dolares por daños y perjuicios. 
 

(...)
 

—Buen trabajo señorita Clarke —dijo Craig mientras tomaba sus pertenencias que yacían sobre la mesa de caoba—. Cada día me sorprende más.

Agradecí amablemente al señor Craig.

—Me alegro de que hayas hecho algo útil esta vez —escuché a Harry decir.

—No cabe duda de quién irá a New York —respondí, ahora poniendo toda mi atención en Harry Willer.

Harry lanzó una pequeña sonrisa para luego darse la vuelta. Como si estuviera planeando su próxima ataque.

Salimos del juzgado y fuimos a celebrar a la oficina del señor Craig. Tomamos vino blanco y algunos bocadillos. Fue una agradable tarde. 
 

(...) 
 

—Harry preguntó por ti en la mañana —dijo Cassie mientras planchaba su ropa.

—¿Si? ¿Qué preguntó? —cuestioné curiosa dándole un sorbo a mi taza de té.

—Sí, preguntó por qué no habías llegado al lugar.

—Le dije al señor Craig que llegaría un  poco tarde —coloqué la taza sobre la mesa de cristal—. Estaba detrás de esos documentos del jucio de 1992.

—Bien hecho, pero no intentes cambiar el tema —sonrió—. ¿Crees que Harry tenga algún interés en ti? Ya sabes, como mujer —preguntó dudosa.

Lancé una carcajada. —No lo sé, ni me interesa que sea así —estiré los hombros—. Él solo quiere saber cada paso que doy para tener ventaja sobre mí y no lo conseguirá.

Cassie terminó de planchar su ropa y salimos a cenar. Mañana tendríamos nuestro segundo caso como técnicos legales. A pesar de que todo salió bien esta vez, no podía bajar la guardia. 


 

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¡Hola! Espero que te haya gustado este capítulo. ¿Que te pareció? Muchas gracias por leerme y elegirme para sacarte de este mundo aburrido, lo aprecio con todo mi corazón. ¡Un beso! (recuerda que actualizo todos los días)
 


 




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