Legalmente enamorados

CAPÍTULO 7

Nuestro recorrido de vuelta a casa fue relajante. California era un lugar tranquilo y soleado.

—Definitivamente debemos volver a visitar California —dije.

—Sí, es hermoso —exclamó Cassie.

Después de recorrer algunos kilómetros más, llegamos a Springfield. Las vibras eran totalmente diferentes, a pesar de que teníamos el mismo clima, la gente tenía un comportamiento distinto, eran tranquilos y callados, mientras que en California la gente era alegre y energética.

Nos dirigimos directamente a la casa del señor Craig. Allí se encontraba su oficina privada, dónde siempre nos reuníamos. Cuando entramos al lugar los chicos yacían en la sala de estar, leyendo algunos documentos. Caminamos unos metros hasta llegar al señor Craig.

—Tenemos la entrevista señor —dije.

—Muy bien —se levantó de su acorchonado asiento—. Cassie por favor llama al señor Grayson y a Willer —ordenó.

A los chicos les tomó unos pocos segundos unirse a nosotros en la oficina.

—Bien, primero las chicos —dijo el señor Craig.

Harry dio un paso adelante antes de hablar.

—Los datos recolectados de la biblioteca pública afirman que el consumo de sustancias ilícitas entre los adolescentes los pone en riesgo de sufrir problemas, tales como accidentes, peleas, sobredosis y más —explicó.

—También pudimos encontrar que hay muchas razones diferentes por las cuales un adolescente puede consumir drogas. Pueden llegar a hacerlo porque quieren ser aceptados por amigos o compañeros que también consumen drogas y también para sentirse bien, el abuso de drogas puede producir sentimientos de placer —añadió Chad.

—Excelente información. Puede parecer no tan relevante en este momento, pero en unos momentos la modificaremos a nuestra conveniencia —dijo el señor Craig—. Ahora las chicas.

—Según los señores Blake la jovencita y Josh tenían buena relación, era raro verlos peleando —agregué.

Esperamos unos segundos para escuchar el aporte de Cassie, pero prefirió quedarse callada. No se sentía del todo cómoda con este caso.

—Bien, ¿ideas de defensa? —preguntó el señor Craig quitando su mirada de Cassie.

—Yo señor —Chad levantó su mano—. Abuso de drogas? Homicidio? Se llevaban bien? —miró cada una de nuestras caras como si supiéramos lo que estaba pensando—. ¡Homicidio involuntario! Es la mejor manera de defenderlo —dijo energético.

—Bien señor Grayson, ¿qué piensan los demas? —dijo.

—Me parece una buena idea —dijo Harry llevando su atención a Chad—. El señor Blake puede decir que consumió drogas amistosamente con la niña y que ella tuvo la sobredosis mientras estaban pasando un buen rato entre hermanos.

—Pero para eso el tendría que declararse culpable y el quiere quedar en libertad, ¿no? —pregunté.

—Disculpen — dijo Cassie para salir de la oficina.

Todos lo vieron como algo irrelevante, pero me preocupó bastante verla irse de esa manera.

—Señor Craig, ¿puedo ir hablar con Cassie? —pregunté

—Tomemos un descanso. En 30 minutos iremos a la estación de policía de California a hablar con el señor Blake sobre la nueva estrategia.

Caminé rápidamente para dirigirme al baño, allí encontré a Cassie sentada en el suelo, tenía dificultad para respirar y palpitaciones cardíacas muy rápidas. Definitivamente estaba teniendo un ataque de ansiedad.

—¡Hey... Cassie! —musité, sosteniendo su cara entre mis manos—. Todo está bien, no te preocupes, mírame —levanté su rostro—. Estoy aquí —susurré antes de abrazarla.

Sentí su cuerpo cálido y tembloroso. Recordé que ella tenía pastillas en su bolso, así que las busqué de inmediato y puse 1 en su mano derecha para luego llenar un vaso de agua en el lavamanos. Con el paso de los minutos Cassie se fue relajando cada vez más. Mientras conversábamos de lo bonito que era California su rostro fue cambiando.

—No estás obligada a ir, ¿lo sabes verdad? —le pregunté.

Le había dicho que el señor Craig dijo que en unos minutos iríamos a visitar al señor Blake, pero Cassie insistía en que era su deber profesional y ético asistir.

—Gracias amiga, no sé que haría sin ti —escuché a Cassie decir antes de darme un abrazo.

—Sin mi serías igual de grandiosa —le sonreí—. Te quiero.

Salimos del cuarto de baño y encontramos a Chad con la cara llena de tatuajes adhesivos.

—Vamos ponte uno —lo escuché decir mientras extendía su mano hacia Harry.

Harry tomó el adhesivo y lo puso en su frente. Era un preservativo con gafas de sol. Era un estúpido y gracioso tatuaje. Evité sonreir.

—Te reto a que te lo hagas de verdad —dijo Cassie dirigiéndose a Harry.

—Dile a Lena que se lo haga —respondió sonriente.

Rodeé los ojos.

—¿Tienes tatuajes reales lena? —preguntó Chad volviendo su atención a mí.

—Todas las chicas tienen tatuajes secretos Chad —dijo Harry sonriendo con incredulidad.

—No, no tengo tatuajes —respondí a Chad con voz calmada—. ¿Cuándo has visto un Ferrari con calcomanías? —dije cambiando mi atención hacia Harry.

Las caras de Chad y Cassie fueron todo un poema, a diferencia de Harry, quién me fulminó con la mirada.

—¿Estamos listos? —preguntó el señor Craig. 

 

(...)

 

Estuvimos nuevamente en la autopista hacia California. El señor Craig conducía bastante rápido, así que el camino se había hecho corto. El automóvil tenía el tamaño perfecto para nosotros 5. Chad iba adelante junto al señor Craig, yo en la puerta izquiera, Cassie en el centro y Harry a su lado. Nuestros atuendos ajustados no robaban ningún espacio.

Llegamos a la estación de policía y después de pasar por los sistemas de seguridad, llegamos a una habitación donde se encontraba el señor Blake. Su estatura era promedio y su pelo crespo, tenía ojos verdes y tez oscura. Parecía mucho más joven que 27 años.

—Gracias a Dios que está aquí señor Craig, estoy cansado de esta ropa, me quiero ir —expresó sobresaltado el señor Blake mientras tocaba su vestimenta naranja. Se podía ver la desesperación en sus ojos.




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