Legalmente enamorados

CAPÍTULO 15

PERSPECTIVA DE HARRY

No sabía que estaba pensando hacer. Tal vez sólo debía regresar a mi casa y dejar a Lena sola.

—Harry Willer —fui sacado de mis pensamientos al escuchar mi nombre.

Había sido la cajera del restaurante chino en el que me encontraba, mi comida estaba lista. Durante los 15 minutos que había estado esperando no dejaba de preguntarme a mí mismo si era una buena idea lo que estaba haciendo. Pensaba en visitar a Lena, nunca había ido a su apartamento, ni siquiera conocía su dirección, el señor Craig fue quién me dijo donde vivía. Ni siquiera somos cercanos —¿y si me echa?—, ya tenía la comida en mis manos no podía desperdiciarla. Me armé de valor y tomé mi camino a la casa de Lena.

Al cabo de unos minutos llegué, fui directo al ascensor para subir a su apartamento, no podía parar de sobre pensar si esto había sido una mala o buena idea. Toqué su timbre y esperé paciente por unos minutos.

—Hola —le sonreí—, creí que tal vez querrías comida china  —dije levantando la bolsa plástica con comida.

Lena me sonrió devuelta. Sus ojos se veían cansados y tristes. Era la primera vez que la veía sin maquillaje, su piel era hermosa y reluciente.

—¿Cómo sabías que me gustaba la comida china? —preguntó antes de entrar una cucharada de arroz frito en su boca.

—Siempre hablabas de eso con Cassie —frunció el ceño—, ademas, ¿a quién no le gusta la comida china?

—Tienes razón —dijo.

—¿Sabes que la comida china es una de las menos saludables verdad? —pregunté, levantando una ceja e introduciendo un rollo de pollo a mi boca.

—Es mi gusto culposo —respondió Lena sonriendo.

Su semblante cambió repentinamente. Tal vez dije algo indebido.

—¿Qué pasa? —me preocupé—, ¿dije algo malo? —pregunté.

—No no, es... sólo que Cassie siempre decía eso sobre la comida china.

—Oh, lo siento mucho Cassie —toqué su hombro—, se cuanto se querían —sonrió—. Estoy seguro de que ella te estará protegiendo desde el cielo.

Lena se limitó a sonreir. 

 

(...)

 

Después de terminar nuestra comida, Lena me invitó a jugar monopolio. Pasamos alrededor de una hora jugando uno de los juegos de mesa comerciales más vendidos del mundo y en Springfield. El juego era toda una celebridad en esta ciudad. Yo nací y crecí aquí, jugarlo me traía muchos recuerdos.

—Voy a la cocina —dijo Lena poniéndose de pie—, ¿quieres que te traiga algo de beber?

—No, estoy bien —me limité a decir desde el suelo.

Habíamos pasado desde su comedor hasta la sala de estar. El apartamento de Lena era bastante acogedor. Yo aún vivía con mis padres, esperaba conseguir un apartamento igual de cómodo en el futuro.

—Te traje un poco de té frío —escuché a Lena decir—, te lo puedes beber cuando estés sediento —me lanzó una sonrisa.

No pude evitar sonreír al recordar que ella está actuando exactamente igual como yo lo había hecho.

Me puse de pie y tomé el vaso de cristal con el líquido marrón.

—Lo beberé ahora me dio sed —dije tratando de imitar su voz aquella noche.

Lena lanzó una carcajada.

Miré el reloj que yacía en mi muñeca y me di cuenta de que casi eran las 4 de la tarde, en 30 minutos tenía una reunión con el señor Craig. Le expliqué a Lena que debía irme y ella me acompañó hasta la salida.

—Gracias por venir —me dijo mientras se posaba en el umbral de la puerta principal—, lo aprecio mucho.

—Gracias a ti por recibirme —me acerqué a ella—, recuerda que estoy aquí para ti si necesitas algo —dije manteniendo el contacto visual.

—¡Gracias! —exclamó antes de abrazarme.

Lena rodió mi cuelo con sus brazos de forma suave. Al finalizar el abrazo me dio un pequeño beso en la mejilla. Me quedé inmóvil, se sintió como echarle agua a una superficie caliente. Nuestras miradas se encontraron por unos segundos esperando que alguno dijera algo. Toda mi atención estaba en sus labios y ojos, los cuales me penetraban con firmeza. El silencio fue remplazado cuando Lena me besó. Nuestros labios se entrelazaron. Sentí la intensidad de mil soles dentro de mí. Sus labios eran tan suaves como los había imaginado desde aquella noche.

—Lo siento —dijo Lena después de apartarse con rapidez.

—No no, no pasa nada —respondí insistente.

En ese momento sólo quería seguir besándola, besándose toda la noche. Sin embargo, sólo nos despedimos una vez más y empecé mi camino a la casa del señor Craig.





 

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¡Hola! Espero que te haya gustado este capítulo. ¿Que te pareció? Muchas gracias por leerme y elegirme para sacarte de este mundo aburrido, lo aprecio con todo mi corazón. ¡Un beso! (recuerda que actualizo todos los días)
 




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