Legalmente enamorados

CAPÍTULO 17

Minutos después de haber empezado el juicio el señor Craig trastabilló varios centímetros. De no haber sido por un oficial de policía, hubiera tenido una horrible caída. El juicio fue detenido. Contactaron con un doctor, y resulta que al señor Craig le había bajado el nivel de glucosa. No era una persona diabética, pero según el doctor, esto también puede pasar cuando toman alcohol en exceso. Nunca había visto al señor Craig tomando, a excepción de cuando bebíamos vino para celebrar alguna victoria, de todos modos, no conocía su vida personal.

El juicio se aplazó hasta el siguiente día, el juez le exhortó al señor Craig que pasara el caso a un abogado público, pero éste se negó y dijo que solo necesitaba descansar un poco. 
 

(...)

Al día siguiente Harry y yo llegamos temprano a la casa del señor Craig. Usualmente íbamos directo desde nuestras casas al juzgado, pero el señor Craig dijo que teníamos que replantear la estrategia del caso.

—Buen día jóvenes.

—Buenos días señor —fue nuestra respuesta inmediata.

—Señorita Clarke —me miró fijamente—usted será la abogada defensora en este caso.

Lancé una carcajada. Definitivamente el señor Craig debía estar bromeando. Se creó un silencio incómodo.

—¿Es en serio? —pregunté.

—Sí —me pasó una carpeta amarilla—, tenga, prepárese, nos vamos en 1 hora —dijo el señor Craig antes de volver a su habitación.

Miré a Harry sin ninguna expresión. Él solo estiró los hombros. Nunca había manejado un caso. —¿Y si perdía?—. El señor Craig evidentemente confiaba en mí no podía defraudarlo.

Caminé rápidamente hasta la sala de estar hasta sentarme en el gran sofá central. Tiré la carpeta con los documentos sobre la pequeña mesa y llevé mis manos hacia mi cara. Sentía frustración.

—Votre désir de réaliser quelque chose doit être plus grand que votre peur de cette chose —dijo Harry antes de tomar asiento junto a mí—. C'est le seul secret.

Usualmente sentía mariposas revoloteando en mi estómago cuando escuchaba su voz en francés, pero los nervios lo hicieron pasar desapercibido.

—Citar a un viejo no hará que deje de estar nerviosa Harry —musité amablemente, manteniendo mis manos en la cara y los ojos cerrados.

—No, pero tal vez te recuerde lo grandiosa que eres —se limitó a decir.

Giré para mirarlo a los ojos. Mantuve el silencio por unos segundos. Harry sonrió y no pude evitar hacer lo mismo.

—Gracias —eché mi pelo hacia atrás—, aprecio que quieras animarme.

—No es solo por animarte, lo digo en serio Lena —se inclinó un poco más hacia a mí—, sabes que eres increíble como abogada. —dejó salir una sonrisa—. Además, es hora de obtener nuestra venganza contra Chad.

Sonreí casi de inmediato. No recordaba que él era el abogado acusador.

—¡Gracias! —dije emocionada, antes de darle un beso en la mejilla.

Tomé los documentos que yacían sobre la mesa y me dirigí a la oficina del señor Craig, tenía que crear mi estrategia para este caso.

(...)

Pasada 1 hora y media, nos dirigimos al juzgado. La sala se veía igual de llena que el día anterior. El señor Craig se dirigió inmediatamente hasta el estrado para hablar del cambio con el juez Bush. Chad también se acercó. Me lanzó una mirada al escuchar la propuesta del señor Craig y se veía aterrado. Me limité a levantar la ceja, mostrando seguridad ante la situación.

—Señorita Clarke, pase al frente —ordenó el señor Craig, arrastrando sus palabras.

—Ve —escuché a Harry decir en voz baja antes de que me cambiara de asiento.

Caminé unos centímetros hasta sentarme en la mesa de en frente. El señor Craig tomó mi lugar en el banco de madera. Hablé por unos minutos con nuestra clienta Michelle Carson mientras organizaba los documentos que iba a utilizar en el caso. Me sentía más relajada de lo que pensaba que estaría. El señor Craig confiaba en mí y Harry también, no podía defraudarlos.

—Clarke... —escuché la voz de Chad detrás de mí.

Me paré de mi asiento para posarme frente a él.

—Chad... —dije.

—Siempre te creíste mejor que todos —hizo una pausa—, ahora miranos, estás apunto de ver quién es mejor que quién —dijo sonriendo incredulamente.

—Algunas personas son simplemente —dejé salir una pequeña sonrisa—, mejor que otras...

—¿Realmente piensas que eres mejor que yo?

—Yo pienso que —me acerqué más a él—, los dos sabemos la respuesta a eso —dije en voz baja antes de sonreír.

Me di la vuelta para volver a mi asiento. Chad hizo lo mismo. Se veía enojado. Él y yo teníamos en común el ser competitivos, pero eso no nos hacía iguales, eso era algo natural en todos los estudiantes de derecho.
 

(...)

Minutos después el juicio empezó. Chad estaba atacando muy fuerte con sus preguntas a nuestra cliente. Se veía nerviosa.

—Muy bien. ¿Tiene alguna coartada señora Carson? ¿Una coartada que nos asegure que usted no mató a su esposo?

—Estaba en el parque haciendo ejercicio y cuando llegué a la casa encontré a mi esposo herido. Lo he dicho mil veces, ¡yo no maté a mi esposo¡ —la señora Carson se enfureció.

—Con esa actitud —Chad sonrió—, cualquiera mataría.

Sin una pizca de remordimiento, Chad le dijo al juez Bush que no tenía más preguntas y volvió a su asiento. Segundos más tarde le tocaba testificar a la joven Carson, la hijastra de Michelle que asegurada que ella había matado a su padre. 





 

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¡Hola! Espero que te haya gustado este capítulo. ¿Que te pareció? Muchas gracias por leerme y elegirme para sacarte de este mundo aburrido, lo aprecio con todo mi corazón. ¡Un beso! (recuerda que actualizo todos los días)
 


 




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