Legalmente enamorados

CAPÍTULO 18

Llegó mi momento de hacer preguntas. Estaba nerviosa, pero traté de ocultarlo lo más que pude. La señorita Carson explicó delante del jurado que estaba tomando una ducha cuando escuchó un disparo, salió y encontró a su madrastra junto al cuerpo de su padre cubierta de sangre.

—Su padre fue abaleado mientras usted estaba en la ducha, pero no escuchó el disparo mientras estaba en la ducha —dije con voz temblorosa.

—Sí, eso creo —respondió ella con desinterés.

—Usted no escuchó el disparo porque estaba en la ducha —repliqué.

La chica me miró como si estuviera loca, solo por repetir la frase una vez más.

—Sí, estaba lavándome el pelo. ¿A donde quiere llegar señorita Clarke? —preguntó la chica.

No sabía que responder. Mi pulso estaba acelerado, mis palmas sudorosas, mis manos temblorosas y mi boca seca. Me di la vuelta para mirar al señor Craig y a Harry. Mis ojos pedían ayuda.

—Continua —escuché a Harry susurrar—, tú puedes... —leí sus labios.

Por el rabillo del ojo podía ver a Chad. Él estaba sonriendo. Su cara llena de satisfacción me hacía pensar que estaba seguro de que iba a ganar.

—Señorita Carson, ¿que hizo ese día por la mañana? —pregunté trayendo mi atención a ella.

Mientras intentaba poner toda mi atención en la joven Carson también mirada el documento en mis manos. Podía parecer inexperta frente a las personas, pero necesitaba leer para ver si encontraba alguna información que me ayudara a fluir con las preguntas.

—Desperté, fui al gimnasio, fui al salón —fruncí el ceño—, y luego regresé a casa.

—¿Cuando tomó la ducha? —pregunté repentinamente.

Todos me miraron extraño, asumiendo que era una pregunta irrelevante.

—Señorita Clarke, la testigo ya ha dejado claro que se duchó —dijo el juez Bush.

Todos se rieron, como si él hubiera dicho un chiste. Excepto el señor Craig, Harry y Michelle.

—Si su señoría —sonreí antes de cambiar mi atención hacia la joven—, pero, señorita Carson, ¿se había hecho la permanente antes? —pregunté.

Su pelo se veía rizado, pero sus padres eran caucásicos, así que asumí que se había hecho la permanente. Era información que Cassie me había comentado hacía un tiempo. La permanente era una técnica que permitía alterar la estructura del cabello mediante reactivos que penetraban en la cutícula. Se utilizaba para ondular o rizar melenas lacias o, bien, definir los rulos de cabelleras naturalmente rizadas.

—Sí —respondió la señorita con desinterés, preguntándose porque era relevante esa pregunta.

—¿Cómo cuantas veces? —pregunté curiosa.

—Dos veces al año, desde que tenía 12 años —se limitó a responder— Haz tu las cuentas.

Entrecerré los ojos y cambié mi dirección hacia el jurado.

—Saben, una chica de mi facultad, Britney Cole, se lo hizo una vez. Tratábamos de decirle que no se le veía bien —Cambié mi atención hacia la señorita Carson—, a usted si se le ve bien.

Ella sonrió, recibiendo el cumplido con agrado.

—Volviendo a Britney —volví a mirar al jurado—, por suerte mi facultad hizo una fiesta de camisetas mojadas y mojaron a Britney por completo, su permanente se arruinó.

—¡Objeción! —exclamó Chad poniéndose de pie— ¿por qué esto es relevante?

—Tengo un objetivo —llevé mi atención al juez—, lo prometo.

—Proceda... Ya —respondió el señor Bush firmemente.

—Señorita Carson —me acerqué a ella—, ¿por qué la permanente de Britney se arruinó cuando la mojaron?

Ella levantó una ceja.

—Porque la mojaron.

—¡Exacto! ¿Por qué no siendo el primer tratamiento de permanente que usted se hace olvidó que no debe mojarlo por lo menos 24 horas después o corre el riesgo de activar el amoníaco triglocolato que se encuentra en él?

—E, ehh... ¿si? —tartamudeó la joven Carson.

—¿Y cómo alguien —miré al jurado—, que dice lo ha práctico 30 veces no está consciente de esta regla tan básica?

—E, eh... Yo... —volvió a tartamudear.

Sus ojos se veían llorosos y sus manos temblaban.

—Porque de hecho no estábamos lavándote el pelo como sospecho porque tu rizos están intactos —sonreí—, ¿por qué no escuchaste el disparo? —pregunté.

Su rostro estaba rojo. Miraba a Chad, su abogado, con pavor.

—De hecho, si lo hubieras escuchado, la señora Carson no hubiera tenido tiempo de esconder el arma antes de que salieras de la ducha, lo que quiere decir que debiste encontrar a la señora Carson con el arma en la mano para que la historia que acabas de inventar sea posible. ¡¿NO ES CIERTO?! —exclamé—

—¡ELLA TIENE MI EDAD! NO TE LO DIJO —gritó la señorita Carson.

Segundos después confesó que ella fue la que le disparó a su padre por accidente. Tenía intención de dispararle a la señora Michelle Carson. Estaba molesta porque su padre se había casado con una mujer tan joven. Todos se sorpredieron en la sala al escuchar su confesión, incluso Chad. A la señora Carson se le declaró inocente, por lo tanto, ganamos el caso.

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[Este caso fue inspirado en una de mis películas favoritas "Legally Blonde"]
 


 

¡Hola! Espero que te haya gustado este capítulo. ¿Que te pareció? Muchas gracias por leerme y elegirme para sacarte de este mundo aburrido, lo aprecio con todo mi corazón. ¡Un beso! (recuerda que actualizo todos los días)
 


 




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