Legalmente enamorados

CAPÍTULO 21

Habían pasado 3 días desde que habíamos empezado a trabajar en este caso y muchas cosas aún no estaban claras. No teníamos grabaciones de vídeo, tampoco testigos, y mucho menos el arma homicida. No tener evidencias suficientes podría causar que arresten al señor Walls por ser el único sospechoso, sin embargo, también podría hacer que él se mantenga libre por la misma razón, es un arma de doble filo.

Era un día soleado y caluroso, el señor Craig, Harry y yo yacíamos en la corte. Todos estaban vestidos de manera formal. El juicio estaba apunto de empezar, así que hubo un rotundo silencio cuando el oficial de policia anunció que el juez Bush había entrado a la sala.

La señorita Clever subió al estrado y su abogado empezó a hacerle preguntas. No traía una gota de maquillaje, me pareció un tanto extraño, ya que las modelos de redes sociales solían utilizar maquillaje todo el tiempo.

Mientras Britney daba sus declaraciones dijo frente a todos que el señor Walls era un hombre muy violento, que incluso la llegó a golpear una vez y tuvo que taparlo con maquillaje. Lo que más me pareció extraño fue que dijo que utilizó una paleta de correctores Milani para tapar las imperfecciones, esa paleta salió hace poco, no existía cuando el señor Walls supuestamente la había golpeado. Con esto, su mentira quedaba al descubierto, de inmediato se lo comuniqué al señor Craig. En unos minutos era su turno para hacer preguntas.

—Abogado Craig, su turno —dijo el juez.

Él se dirigió con pasos firmes hasta el estrado y empezó a hacerle preguntas.

—Señorita Clever, ¿hace cuanto tiempo se mudó con su hermana y su cuñado?

—Hace poco menos de 1 año —respondió la señorita Clever con seguridad.

—Bien, ¿puede repetir cuando el señor señor Walls presuntamente la golpeó? —preguntó el señor Craig sin quitar su vista del jurado.

—No recuerdo exactamente.

—¿Podrías proveerme un tiempo estimado?

—No lo sé —respondió Clever arrastrando su mirada desde el suelo hasta su abogado—, tal vez a finales del año pasado.

—Saben —el señor Craig cambió su atención al público, caminando unos centímetros hacia nosotros—, a principios de este año conocí a una alumna que tenía problemas de rojeces en la piel...

Me estremecí en mi asiento al darme cuenta de que estaba apunto de hablar de Cassie y la historia que le conté.

—Así que su mejor amiga le regaló una paleta de maquillaje corrector de la nueva colección de Milani —cambió su atención a Britney—, la misma que la señorita Clever asegura haber utilizado para tapar los golpes causados por el señor Walls.

El señor Craig hizo silencio por unos segundos. Todos estábamos al borde de nuestros asientos esperando su conclusión.

—Sabe señorita Clever, me resulta un poco extraño que se presente al juicio sin una gota de maquillaje, ni siquiera un poco de color... pero, ¿sabe que me resulta más extraño? —se acercó un poco más a ella—, que alegue que el año pasado tuvo que cubrir golpes con una paleta de maquillaje que salió hace pocos meses.

Harry y yo cruzamos miradas. Nuestras caras evidenciaban lo emocionados que estábamos por haber destapado la mentira de Britney. Ella intentó hablar, pero el señor Craig la interrumpió con una pregunta.

—Señorita Clever, ¿sabía usted que el señor Walls es cazador profesional?

—¿Por qué debería ser de mi incumbencia?

—Porque usted declaró que el señor Walls asesinó a su hermana, clavándole un cuchillo 3 veces en la garganta. Según los registros policiales y de la autopsia, no había un orden para las puñaladas, lo cuál confirma que lo ha hecho un novato. El señor Walls la hubiera matado usando el cuchillo una sola vez. Él tiene el conocimiento para haberlo hecho rápido y sin dolor —explicó el señor Craig.

El tiempo transcurrió y el juicio finalizó. Al final declararon no culpable al señor Walls, aunque claro, el caso siguió abierto y continuaron buscando al asesino de la señora Walls.
 

(...)
 

PERSPECTIVA DE HARRY

Después de haber celebrado la victoria con el señor Craig, Lena me invitó a su apartamento.

—Lo hiciste genial con del maquillaje —le dije amablemente Lena.

Estábamos recostados en su cama, ella yacía sobre mi pecho.

—Gracias señor —respondió sonriente.

Lena miró mis labios y luego mis ojos, imité el movimiento y la besé. Ella hizo lo mismo, era como si hubiera estado esperando por ello. Coloqué mi mano en su nuca y podía sentir como su suave pelo me acariciaba. Lena metió su mano dentro de mi pantalón de tela fina. Mi reacción fue inmediata, tenía mi polla tan duro como una piedra y Lena lo sujetaba como una palanca de automóvil, lo agarraba mientras hacia movimientos suave de arriba a abajo sin dejar de besarme.

—Espera —me aparté suavemente de ella. Busqué con rapidez en su mesita de noche un preservativo.

—Ahora sí —dije. Solté una sonrisa coqueta y ella sonrió tiernamente.

Me coloqué encima de Lena y empecé a besarla como lo había estado haciendo. Quité mi pantalón sin detenerme y empecé a dar pequeños besos en su cuello, hice un movimiento rápido y metí mi lengua en sus limpias orejas. Ella tenía un olor exquisito. Era evidente que se había duchado hacía unos minutos. Bajé suavemente desde su oído derecho hasta sus abdomen. Le quité la camisa de seda que traía y empecé a besar sus pezones, eran suaves y rosados, mientras hacía esto acariciaba su mejilla con mi gruesa mano. Me moví con rapidez y bajé su corto pantalón hasta los talones, sentí como ella terminó de quitárselos haciendo movimientos con sus piernas. Estaba apunto de empezar a acariciar su vulva con mi lengua cuando Lena cambió rápidamente de posición conmigo. Ahora estaba arriba de mí. Empezó a besar mi abdomen hasta llegar a mi pene, lo chupaba como toda una profesional, ninguna chica me lo había hecho como ella lo hacía. Podía sentir una mezcla de tantos sentimientos. Era como tener el movimiento de la lengua de masaje, no podía evitar gemir un poco y apretar mis labios. Se sentía más como un trabajo de la mano cuando se combina con caricias manuales, pero los sentimientos de la boca caliente de Lena alrededor de la cabeza de mi polla hacía toda la diferencia. Después de haber lubricado mi pene perfectamente, tomó el preservativo y me lo puso mientras me besaba. Empezó a introducir lentamente mi pene en su tibia vagina. Escuché como dejó salir un pequeño suspiro. Lo introdujo todo dentro de ella, al mismo tiempo que adoptaba una posición de descanso. Estaba sentada frente a mí, con sus piernas flexionadas hacia atrás.  Se levantó un poco y empecé a hacer pequeños movimientos de arriba a abajo. Incrementé la velocidad mientras veía como mi polla entraba y salía de su vagina. Se repetía este movimiento cada vez más rápido. La cara de Lena me excitaba más. Mi respiración se agitaba al mismo ritmo que la de ella. Me esforcé por hacerlo más rápido. Lena se estremeció hasta recostarse en mi pecho. Podía escuchar pequeños gemidos de su parte mientras sentía su tembloroso cuerpo sobre mí.




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