Legnas: la profecía 2

Cap 20 Sam

Maldito el tiempo y su manía de rendir cuando más rápido quieres que pase. Sacarías lleva media hora en ese hechizo, solo espero que realmente esté hablando con ellos y que este viejo no nos haya engañado.

Hezare está tranquilamente sentado mientras lee un libro como si la presencia de todos nosotros no lo intimidara.

Muevo mi cuello para los lados intentando eliminar la tensión cuando el móvil de Adams suena.

—Hola —contesta derretido y no tengo que ser adivino para saber de quién se trata.

Se aleja de nosotros y cuando su novia lo saluda, le presto atención a cualquier otra cosa para darles privacidad. Lo último que quiero es escuchar cómo se profesan amor.

—Sam. —Observo a Adams que me tiende el celular, par de minutos después—. ¿Quieren hablar contigo?

Frunzo el ceño. ¿Para qué carajos la reina quiere hablar conmigo?

—Dime —ordeno cuando llevo el móvil al oído, pero nadie responde—. ¿Sharon?

—S...soy yo. —Mi maldito corazón se dispara al sentir la voz tímida de la Criaturita al otro lado de la línea y por unos segundos quedo paralizado, hasta que la risa de Adams me sobresalta.

Lleva el puño a su pecho y lo mueve simulando el latido acelerado de su corazón, o del mío ya que se está burlando.

Bufo y por algún motivo, en vez de colgar, me alejo de ellos adentrándome en la oscuridad de la noche.

Trago saliva repentinamente nervioso y contesto:

—Hola.

La línea se queda en silencio y yo quiero golpear mi cabeza contra algo por ser tan idiota, por no poder decir algo que elimine esta sensación tan rara y sobre todo, por no poder controlar todas las emociones que me embargan al saber que ella está ahí, nerviosa, con la respiración entrecortada y sus dos corazoncitos latiendo con fuerza.

Me aclaro la garganta.

—¿Querías algo? —No entiendo por qué, pero esa pregunta no me gusta, ha sonado muy seca, como si me molestara tener que hablar con ella y...

No creo que me moleste… Al contrario, creo que se siente bien saber que está ahí.

¿Pero por qué?

Maldita criaturita, me ha arruinado y para colmo, mi corazón no ayuda.

—Yo... no... solo... quería asegurarme de que estás... bien.

—Lo estoy.

—Oh... qué bien.

Otro silencio se extiende entre los dos y me sorprendo al ver cómo, en vez de despedirme, me siento en el suelo apoyando la espalda contra un árbol.

—¿Que han hecho ustedes?

—Hemos leído mucho, pero no encontramos nada sobre cómo matar a un arcángel o alguna información más detallada sobre el Juicio Final. Creo que me duele la cabeza y Mors no hace otra cosa que gritarme que como vuelva a coger otro libro en mis manos, va a tomar el control de mi cuerpo para hacernos descansar.

»No parece ser muy trabajadora.

Me río ante esa última afirmación.

—No leas más, no permitas que Mors tenga el control de tu cuerpo.

—Ella dice que no te cayó bien.

—No, no me cae nada bien. Es contestona y se cree la mejor.

—¿Y yo también te caigo mal?

Hago una pausa pensando su pregunta y puede que algunas veces sea exasperante, pero no me cae mal.

—No, Criaturita, tú me caes bien.

—¿Entonces no estás enojado?

—¿Por qué lo estaría?

—Por lo que hice cuando te ibas. —Recordar el momento en que sus labios tocaron los míos hace que mi corazón, que ya se había calmado un poco, vuelva a acelerarse. En serio, no me acostumbro a la sensación de que esté vivo.

—¿Por qué lo hiciste?

—No estoy segura. —Hace una pausa, supongo que pensando—.  Me... me gustas, Sam y me preocupo por ti y... y creo que me gustaría que tú sintieras lo mismo aunque sé que no será posible, pero... no sé…

Cierro los ojos y sacudo mi cabello porque tendría que estar muy ciego o ser muy tonto para no darme cuenta de lo que sus palabras están haciendo en mi interior. Esa calidez que hace tanto no sentía, las malditas mariposas, mi corazón, los nervios y las repentinas ganas de verla, no son normales.

¿Qué has hecho conmigo, Criaturita?

—Mi corazón no ha dejado de latir desde ese momento. ¿Qué le hiciste?

—¿Yo? No sé. Supongo que... Lo siento, no sé, pero cuando regreses tal vez pueda arreglarlo.

—Bien.

—Bien —responde ella y volvemos a quedarnos en silencio.

Debería colgar si no tenemos nada que decir, pero no quiero, por estúpido que suene, se siente bien y eso me asusta... Me asusta como nada en este mundo.

¿Qué significa exactamente la Criaturita para mí?

—Oye, Saaam —dice de repente—. Debo irme, iremos a ver a un Legna viejito; es uno de los Profetas más antiguos que hay. Hemos descubierto que tiene muchas investigaciones y ha escrito muchos libros que tratan estos temas. Queremos ver qué logramos conseguir. Nos vemos...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.