Legnas: la profecía 2

ESPECIAL III

—De acuerdo, cambiemos de tema. Vitae, Belén Sánchez quiere saber si ahora que recuerdas todo, habrá posibilidades de que tú y Mors sean dos.

—Creo que tendrán que esperar al tercer libro para saber la respuesta a esa pregunta.

—¿Crees que podrías dejarnos hablar con Mors para hacerle dos preguntas?

Vitae cierra los ojos por varios segundos y cuando los abre, son negros.

—Bienvenida, Mors —le digo con una sonrisa que ella me devuelve con dulzura; y cuando se encuentra con Miguel su rostro se ve reluciente. Parece feliz.

—Tiempo sin vernos —le dice el Arcángel.

—Es bueno verlos a los tres de nuevo. Creo que esto se va a poner divertido a partir de ahora.

Rafael se ríe, Gabriel rueda los ojos y Miguel se limita a resoplar.

—Bueno, Mors, tengo dos preguntas para ti. La primera es de Cicel. Ella quiere saber por qué tu corazón se acelera cuando estás cerca de Sam.

—Creo que es obvio.

—No, no lo es, cariño.

—Si me hubiesen preguntado ayer, no habría sabido qué responder, pero hoy, que lo recuerdo todo, puedo decir con total seguridad, que me gusta Sam.

Un ataque de tos invade al susodicho; se inclina hacia adelante mientras Sacarías, sonriendo, golpea su espalda.

—¿Estás hablando en serio? —pregunta Sam cuando se recupera.

—Por supuesto, Vitae y yo somos una sola. —Sam intenta decir algo, pero parece que las palabras no lo acompañan.

—Me hace feliz saberlo, Mors. Belén hizo la misma pregunta, pero agregó que, en caso de ser positiva tu respuesta, ¿están dispuestas a compartir a Sam?

Mors frunce el ceño y Vitae toma el control.

—No lo sé, Ambar, esa es una pregunta rara. Mientras estemos en el mismo cuerpo da igual, pero cuando nos separemos, si lo hacemos… —Frunce los labios—. ¿Eso no es lo que los humanos llaman trío?

—Sí, cariño, eso mismo.

—Mmm, no creo que me guste la idea.

—Pero tú y Mors son el mismo ente. Son uno solo.

—Tienes razón. —Se queda pensando por unos segundos—. No lo sé, Ambar, esperemos a ver qué pasa si ese momento llega.

Asiento con la cabeza.

—Hostring —dice Sacarías—. Creo que te envidio. ¿Te imaginas que se separen? Tendrás a dos mujeres dispuestas para complacerte…

—No si yo puedo impedirlo. —Interrumpe Miguel, pero el brujo ni caso le hace.

—Nick, Lucio, ¿se imaginan a Mors y a Vitae pegadas a Sam como garrapatas al igual que sucedía cuando conocimos a la Criaturita? —Sam abre los ojos de par en par. No creo que esa idea le guste.

Nick y Lucio ríen junto a Sacarías. Hasta Sharon sonríe y eso me hace feliz.

—Ambar, cambia de tema —ordena Sam.

—Ok, Alex… Stefanny, Belén Sánchez y Karla quieren saber qué piensas de Sam ahora y cómo será vuestra relación teniendo en cuenta todo lo que el vampiro ha hecho para que ustedes regresen.

Alex analiza mi pregunta por varios segundos y luego concentra su atención en Sam que le devuelve la mirada con templanza.

—Voy a ser sincero. Desde que tengo uso de razón y supe quién era Sam Hostring, te he odiado. He luchado contra ti y me juré que sería yo quien te mataría, quien te haría pagar por todos tus crímenes. Nunca imaginé que lucharía a tu lado y, sobre todo, nunca creí que algún día te daría las gracias.

Sam abre los ojos de par en par.

—Puedo ser prepotente como muchos dicen, pero no tengo miedo de admitir que te debo mi vida, Hostring, incluso antes de ir al pasado. Me salvaste dos veces cuando fuimos a rescatar a Jazlyn al Reino y no tuve tiempo para agradecértelo.

»No sé qué pasará con nosotros porque si te soy honesto, no me veo siendo tu amiguito del alma, pero yo estoy levantando mi bandera de paz.

—Yo tampoco quiero ser tu amiguito del alma O´Sullivan, pero alzo mi bandera también.

—Si supieran lo orgullosa que estoy de ustedes. —Sonrío feliz. Mis niños están creciendo—. Ahora pasemos a Kyle, Maikol y Zion…

—Ambar. —Me interrumpe Sam con el ceño fruncido—. ¿Son ideas mías o me estás dejando para el final? Casi no he respondido ninguna pregunta, no me estoy quejando, pero dudo que sea que no quieren saber nada de mí.

—Sam, eres el que más preguntas tiene, pero te estoy dejando para el final porque es divertido jugar contigo.

—El que ríe de último, ríe mejor —me dice y yo frunzo el ceño—. Te conozco, Ambar, más de lo que crees y tengo un as bajo la manga. En realidad, tenemos.

Mira a Kyle quien le sonríe con maldad. ¿Desde cuándo son amigos?

—En esta entrevista, no tendrás la última palabra como en la ocasión anterior.

Un escalofrío recorre mi cuerpo. Eso no me gustó como sonó. Sacudo la cabeza y me volteo a mis chicos de la Trilogía Contigo.

—Bueno, Ariadna… Alexa Cuevas quiere saber si luego de tu primer embarazo, volvieron a usar condón. Es decir, Zion casi que tiene un máster en romperlos y dejar embarazadas a las mujeres.




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