Anya.
–Esteban, ¿qué haces aquí tan solo? –le pregunte al pequeño niño que estaba sentado en una banca de la escuela y al que le daba clases de inglés desde hace dos semanas.
–Nada maestra, quiero estar solo –respondió el pequeño con algo de tristeza.
Mordí un poco mi labio ante su respuesta. Admito que interactuar con ellos no ha sido tan malo, pero siempre estoy alerta, están llenos de energía y me da miedo que se lastimen por mi causa. Me senté a su lado, mirando el paisaje de los demás niños jugando en el receso, intentando pensar en cómo hacer que este pequeño me dijera lo que ocurría.
–Nadie quiere estar solo sin un motivo. ¿Hay algo que te esté molestando o preocupando? –pregunté con cuidado, obteniendo como respuesta un suspiro.
–Bueno, los demás chicos se burlan mucho de mí. T-tengo… tengo una banda favorita, me gustan sus canciones y sus bailes y ellos dicen… dicen que me gusta la música de niñas –contó inseguro.
–¿Cuál es esa banda, Esteban?
–BTS –respondió en un susurro.
Alcé una ceja y lo miré. Esteban era un pequeño niño de seis años, tierno, lindo e inteligente, lleno de energía y simpatía, que le gustará BTS no era algo malo ni de que avergonzarse, o al menos eso pensaba. Le di una pequeña sonrisa y sacudí su cabello con ternura, tratando de no burlarme de su preocupación, eso ya sería ser muy cruel.
–Nunca conocí a un ARMY Boy, admito que es un gran honor hacerlo.
–¿Usted es ARMY, maestra? –preguntó con curiosidad.
–Claro que sí. ¿No te enteraste de una ARMY mexicana que hizo un cover de Fake Love y que fue amado por las ARMYS?
–Sí, fue algo sorprendente –dijo con una sonrisa, antes de abrir más sus ojos marrones y jadear un poco –¡Usted! ¡Usted era la del baile!
–Así es, parece que si viste el video –respondí con una sonrisa.
–Su baile fue muy genial maestra, incluso creo que el mismo BTS estaría sorprendido y orgulloso de verla –expresó emocionado, poniéndose de pie en la banca.
–Bájale a tu energía chico, mejor vamos al salón para que me ayudes a recoger algunas cosas para la clase mientras seguimos hablando de esto.
–Sí, maestra –aceptó feliz. Iba a ayudarle a bajar, pero primero tomé su mano e hice que me mirará a los ojos.
–Esteban, no debes sentirte mal de tener diferentes gustos ni dejar que los comentarios de los demás te afecten mucho, si te sientes bien así y te gusta su música, no te avergüences de admitirlo, a veces lo diferente es lo más valioso en una persona.
–Gracias por su consejo, maestra –murmuró, enredando sus manos en mi cuello para abrazarme.
Me tensé un poco, pero palmeé con delicadeza su pequeña espalda, sentir su pequeño cuerpecito tan cercano del mío me ponía algo nerviosa, así que lo separé con delicadeza.
–De nada, vamos al salón –dije ayudándolo a bajar.
Él me dio la mano y aunque estaba incomoda, la apreté mientras caminamos al salón tratando de pensar cómo ayudar a este pequeño ARMY Boy y que se sienta más seguro en cuanto a sus gustos.
♫♫♫♫♫
Cuando terminó mi servicio, me fui corriendo a tomar el transporte para ir al Hotel de los chicos, tenía algo en mente y ellos eran los únicos que me podían ayudar. Cuando llegó el transporte, subí e intenté calmar un poco mi ansiedad. Cuando llegué a la parada que me dejaba cerca del Hotel, bajé casi corriendo. Entre al Hotel, fui al elevador y cuando toqué la puerta de su cuarto, me abrió un Taehyung con pijama y el cabello revuelto.
–Taehyung, ¿aun estabas en la cama? –pregunté con burla.
–Aun no me acostumbro al horario –me respondió con una sonrisa, mientras sacudía mi cabello y me dejaba entrar.
–¿Y los chicos? –pregunté, dejando mi abrigo y mochila en el recibidor.
–Jin, Hobi y Namjoon fueron a buscar algo de comer. Jimin y Yoongi están en el estudio y JungKook sigue en su habitación, ¿crees que podrías ir a despertarlo? No tardan en volver –pidió, alborotando su cabello, aun con los ojos adormecidos.
–Está bien –accedí, caminando hacia la habitación de JungKook.
Pasé por el pequeño estudio escuchando algunas risas, supuse que Jimin y Yoongi estaban divirtiéndose con algo en la computadora que tenían allá. Cuando llegué al cuarto del más pequeño del grupo, noté que aún seguía durmiendo. Cerré un poco la puerta y fui hacia él, arrodillándome frente a su rostro.
–¿JungKook? ¿JungKook? Ya despierta, ya es tarde y debemos de ensayar –le llamé con calma, pero no se movió ni un milímetro, parecía una estatua.
Me subí a la cama y me coloqué detrás de él, para ver si al moverlo reaccionaba un poco.
›› JungKook… JungKook ya levántate, por favor ya levántate, necesito que me ayuden con algo –volví a decir moviéndolo, pero sólo obtuve un gruñido como respuesta,
Frustrada, tomé una almohada para golpearlo, pero eso sería muy brusco así que la dejé a un lado. Muchos sabemos que JungKook es uno de los miembros más difíciles de despertar, así que lo intenté una vez más antes de darme por vencida.