Letra & Música

Capítulo 39. Primera semana sin JungKook.

Anya.

“Hola cariño, apuesto a que ya es de mañana allá. Aquí es muy tarde, estamos saliendo de un evento, pero quería desearte un muy feliz día- Finalizamos con éxito la presentación, fue increíble ver a tanta gente apoyándonos, aun no me acostumbro a la sensación. Espero que nos hayas visto, y si no fue así sé que lo veras luego. Te amo muchísimo y espero sea un gran día para ti, nos veremos más tarde para contarnos nuestro día. Te amo."

 

No pude evitar reír al escuchar el audio de JungKook, uno de los tantos que me ha mandado desde que se fue, hace más o menos una semana. Siempre recibo un audio, mensaje o video en las mañanas y conversamos en la tarde-noche por video llamadas, para así conversar cara a cara, aunque sea por ese medio.

Es cierto que me ha hecho falta y lo extraño muchísimo, más de lo que alguna vez imaginé. Es muy raro estar sin él o los chicos, pero hasta ahora, hemos lidiado de buena manera con esta distancia, así que tengo la esperanza de que todo resultará bien, porque confió que nuestro reencuentro será más pronto que tarde.

He visto algunas de sus presentaciones, y debo decir, que me he quedado demasiado sorprendida de su buen trabajo. Me siento orgullosa de lo que han logrado, lo único malo, es que las presentaciones son en la madrugada, y cómo tengo que a ir a clases o al servicio, me encuentro agotada cuando voy, así que tuve que dejar de verlas para tener más energía.

De hecho, estoy terminando un ensayo en mi descanso del servicio, aprovechando que los niños están en su recreo. Sacudí mi cabello y acomodé los lentes que resbalaban por el puente de mi nariz, cuando noté que mi celular estaba vibrando. Era una llamada de Hobi desde Messenger, por lo que tomé el celular y contesté.

–Hobi Oppa, buen día –salude –. ¿Qué sucede?

–Muchas cosas, de hecho, necesito tu ayuda –respondió con voz cansada.

–Dime, te escuchó.

–No sé si te enteraste de lo que le paso a Jin.

–¿Del fallecimiento de su abuela? Sí, me enteré y lo lamento mucho.

–Él está muy dolido, se fue del evento apenas le avisaron, por eso no se presentó en el Vlive.

–Es una gran pena lo que le sucede. ¿Cómo está ahora? –pregunté con interés, dejando mi lapicero a un lado.

–Algo retraído, no tiene mucho que regresamos del funeral.

–Lo llamaré entonces, necesita saber que no está solo.

–Está bien, te dejaré entonces. Gracias por el apoyo.

–No es nada. Nos vemos después –me despedí, colgando la llamada.

Rápidamente busqué el chat de Jin y pulsé en llamar, esperando que me conteste rápido. Sonaron dos tonos, antes de escuchar la voz algo adormilada y rasposa de mí amigo.

–¿Bueno?

–Hola, Jin.

–Hola, Anya.

–Lamento mucho tu perdida, no puedo imaginar cómo te sientes ahora.

–Gracias... fue algo tan repentino... –respondió con la voz quebrada.

Imaginarlo ahora solo, llorando y sufriendo estrujó mi corazón. Mordí mi labio para no hacer algo tonto como llorar, me dolía escucharlo así, pero quería animarlo, no llevarlo a la desesperación.

–La muerte es así de repentina Jin, pero estoy segura de que ahora está en un lugar mejor.

–P-pero duele…

–Y va a seguir doliendo por un tiempo, vas a seguir llorando cada vez que recuerdes que ya no está, pero no te enfoques en el dolor amigo, enfócate en el amor y momentos que compartieron juntos.

–E-es algo difícil –murmuró entre sollozos.

–Lo sé, sé que lo es.

–Yo quería mucho a mi abuela, Anya... estaba orgullosa de lo que hacía.

–Y va a seguir estando orgullosa Jin, créeme –traté de consolarlo –. Recuerdo cuando la madre de mi abuela falleció, recuerdo que lloré mucho no tanto por la perdida, fue porque sabía que no podría verla de nuevo, que no podría decirle lo mucho que la quería y que aprendí mucho de ella.

»Sabía que estaba sufriendo, que no le gustaba estar confinada a una silla sin hacer nada, por lo que la despedí con amor, porque sé que ella está en un lugar mejor donde ya no sufre y es feliz. Claro, son meras suposiciones, pero es mejor que pensar en lo peor.

–Lo sé... sé que así será –habló de manera más tranquila –. Gracias, Anya.

–No es nada, la familia se apoya siempre en las buenas y en las malas.

–Gracias, me siento un poco mejor... creo que solo necesitaba escucharte y tener tu apoyo.

–Siempre lo tendrás, Jin Oppa.

–¿No deberías estar ahora en la escuela? –preguntó de repente, creo que hablar de otros temas le ayudará.

–No, estoy en el servicio terminando un trabajo, en lo que los niños toman su desayuno.

–Oh, perdona por quitarte el tiempo.

–Bah, tonterías. El trabajo lo acabó en diez minutos, puedes incluso ayudarme en algunas opiniones.




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