Anya.
–Wow, wow, wow –interrumpí el relato de Yazmin, poniéndome de pie de la jardinera donde estaba sentada –. Para tu relato y explícame de nuevo lo que acabas de decir –pedí, aun incrédula de sus palabras.
–Ya sacaron la convocatoria de movilidad académica para las prácticas profesionales, Corea del Sur forma parte de la lista –volvió a decir mi amiga.
–No bromeas, ¿verdad?
–No. Cuando lo vi, te fui a buscar al salón para decirte, pensé que te interesaría.
–¡Claro que me interesa! Eso significa estar cerca de JungKook y los demás, pero…
–Pero, ¿qué? –preguntó confundida.
–¿La escuela? ¿Mi casa? ¿Mi familia?
–Estoy segura de que, si le explicas a tu mamá lo importante que es para ti, sabrá entenderte, después de todo, rechazaste esa oferta que te hicieron en Estados Unidos para tu servicio social.
–Sí, lo hice porque no contaba con los medios para hacerlo, no me parecía muy útil convencerla.
–Ahora es diferente. Sé que recibiste dinero por tu participación en ese video, y creo que fueron generosos con tu paga –insinuó.
–Bueno, Rick y Jasón no pasarán dificultades con la matrícula para la universidad, además, le di un porcentaje a mi mamá, y aun me sobra bastante.
–Entonces, úsalo –me animó –. Sé que amas a tu familia y harías todo por ella, pero igual ya es tiempo de que empieces a pensar en tu futuro, no vas a quedarte toda la vida con tu mamá y lo sabes bien. Ambas sabemos que ya es tiempo de que vivas tu vida a tu gusto, tienes veinte años, casi veintiuno, la juventud no es eterna, debes comenzar a pensar en ti.
–Lo sé, tu madurez me hace sentir cohibida de vez en cuando –señalé, sacudiendo su cabello –. Ahora, pienso que no vas a extrañarme, estas muy deseosa de que me vaya.
–Por supuesto que te extrañaré, pequeña tontuela –aseguró, abrazándome por la cintura –, pero sé que extrañas a tu novio, te gusta Corea y harás lo mejor para hacer que noten que eres la mejor, aunque no hagas un mínimo esfuerzo para eso.
–De nosotras dos, yo no soy la pequeña –aclaré, pasando un brazo por sus hombros, haciéndola reír.
–Ya luchaste por tus sueños aquí, Anya. ¿Qué es ir unos kilómetros más cerca a vivirlos por completo?
–Supongo que puedo ir e informarme.
–Hazlo, si aún lo ves imposible porque no tienes todos los medios, al menos dirás que lo intentaste.
–Gracias, seguiré tu consejo.
–Muy bien. Ve con la Doctora y pregunta –asentí ante su sugerencia, soltándola y yendo a la oficina de la coordinadora para informarme.
Sentía esto como una curiosa oportunidad para acercarme más a JungKook, como una especie loca de señal de que nuestra historia no se detenía aquí. Era una oportunidad de oro que pensaba aprovechar y gozar si tenía los recursos, porque podría ser una de las mejores decisiones que he tomado hasta el día de hoy.
♫♫♫♫♫
–¿Qué sucede? Todos tus mensajes me llegaron de golpe, tuve que buscar un lugar donde nadie me escuchará. Fue difícil, pero lo logré –suspiró Jimin, cuando contesté la video llamada que hizo luego de mi mar de mensajes.
–¿Y entre todos los lugares escogiste el baño? –me burlé al ver el lugar donde estaba escondido.
–No te quejes, así nadie me escucha ni me molesta.
–Bueno, tengo una noticia que darte, así que siéntate en el inodoro porque podrías caer.
–¿De qué se trata? –preguntó, sentándose como le pedí.
–Me enteré de que puedo hacer mis prácticas profesionales en otro país… y Corea está en la lista.
–¿Qué? ¿Hablas en serio?
–Sí, te lo juro.
–Eso significa… ¿Qué puedes venir a vivir a Corea?
–Sí.
–¿Por cuánto?
–Un año.
–¡Oh, por Dios! ¡Esa es una excelente noticia! –exclamó emocionado, incluso dio un par de saltos.
–Lo sé, por poco no me la creo cuando me lo contaron.
–Pero, ¿por qué no quieres que JungKook sepa?
–Quiero darle una sorpresa, y tú vas a ayudarme.
–Tú sólo dime en que puedo ayudarte y lo haré.
–Bien. Primero necesito un lugar donde pueda hacer mis pasantías, un lugar donde constantemente soliciten traductores –comencé a decir.
–¡Yo sé dónde! –dice de pronto –Aquí en la agencia. Constantemente solicitan traductores para los artistas, pero suelen despedirlos muy rápido, porque muchos no saben respetar la cláusula de confidencialidad.
–¿De verdad?
–Sí, se ha tenido problemas por eso, pero sé que eres buena siendo discreta, así que te recomendaré, además, sabes muchos idiomas con fluidez y no te será difícil adaptarte.
–Eso sería bueno.
–Sí. Preguntaré si hay puestos y lo que se necesita para que te acepten, cuando tenga la información, te la enviaré de inmediato.