Letras Perdidas En Esta Ciudad

¿Y si te arriesgas?

- ¿Por qué no me avisaste que ibas a adelantar tu famoso viaje? Me la pasé llamándote todo el domingo preocupada por ti y no obtuve respuesta hasta el día siguiente con el mensaje de tu doctor vecino diciéndome solo que estarías bien y que no me preocupara. ¿No era más fácil llamarme?

-Lo siento Pau, pasaron ciertas cosas que hicieron que tuviera que adelantar mi viaje, perdón por no avisarte. La próxima vez te dejo un mensaje o te llamo anticipadamente ¿Está bien?

-Está bien, pero no me dejes preocupada-de pronto su mal de humor se transformó y me sonrió por unos segundos- ¿Y ese galán de la galería? Mira que te ha dejado tus flores favoritas de seguro tuvo que haberte investigado por redes o escuchar aquella entrevista donde mencionaste tus gustos.

Sonreí mirando hacia el jarrón donde se encontraban estas. Me había asegurado de que durante mi ausencia se le hiciera llegar el cuadro con una pequeña nota y ayer cuando regreso me encuentro con este bonito detalle de su parte un poco ya marchitadas.

Paula tomó la nota y se acercó pasando su brazo alrededor de mi cuello- "Agradezco poder apreciar tu arte todas mis mañanas, pero sería mejor ver a la artista frente a mis ojos ¿Me concedes una cita?"

Admito que me hizo sonreír toda la mañana aquella nota.

- ¿Vas a aceptar la salida? -me preguntó Pau.

-No lo sé, no quiero arriesgarme en el amor.

- ¿Arriesgarte a qué? Lo peor que puede pasar es un corazón roto.

Me reí ante aquello y me apoyé en el balcón mirando a las personas pasar.

-Solo no quiero terminar mal.

- ¿Y quién dice que vas a terminar mal?

-Yo.

Sonrió-Odalys, en medio año cumples veinte. Eres joven debes enamorarte, llorar, reír. Debes intentarlo, en el fondo sé que te atrae ese tipo porque no por nada le das un gran momento y tu cuadro sin dinero de por medio, admítelo.

-Te volviste más sabía desde que nació Stela.

Sonrió ante aquello y me sonrió-Dones de madre, pero sabes que debes intentarlo porque en el fondo es lo que deseas.

-Lo pensaré.

-Pero no lo pienses mucho o se te va la vida. No es tan viejo, por cierto.

O se te va la vida. Admito que ese pegó más fuerte de lo que debía.

Cuantas veces me reprimí al hacer algo solo porque pensaba que se me iba la vida. Ignoré aquello y seguí como si nada.

- ¿Cuántos años tiene?

-Veintidós, es soltero y no tiene hijos. Perfecto para ti mi querida Oda.

Reí- ¿Por qué piensas que es perfecto para mí?

-Ya te lo he dicho, dones de madre.

-Me pondré en contacto con él. Ahora, ¿Sabes que quiero?

- ¿Qué?

-Un salón de belleza, siento que me hace falta.

Se puso de pie y tomó su bolso-Vamos a uno entonces, porque siempre que llegas de tus viajes te ves más pálida, tengo una teoría de que te gustan los países fríos.

Me reí ante aquello-Tal vez viajo al polo norte y nunca te has enterado.

-Gracias, tengo una nueva teoría.

-Sabes que nunca vas a adivinar ¿Verdad?

-No pierdo nada intentándolo, ya te he dicho.

Salimos caminando hacia nuestro salón de belleza preferido, quedaba relativamente cerca de mi departamento.

Una de las cosas que había aprendido de la vida es a compartir momentos con quienes amas porque nunca sabes cuando no vas a estar o cuando esa persona se ha de ir de tu lado y no hablo de morir, a veces las personas simplemente se van porque ya han cumplido su misión contigo. No eran cosas extravagantes, pequeñas citas o un café donde se puedan reír de la vida y sentirse cerca, tenerse mientras puedan o mientras la vida se los permita.

Cuando conocí a Paula tenía tan solo quince años, nos conocimos en una audición para una película, a esa edad sabía que me encantaba el arte, pero no había definido la rama con la que me quería quedar, entonces hice la audición y lo hice pésimo, pero ella sí que era asombrosa para aquello y quedó con el papel protagónico a su corta edad y luego me pidió disculpas.

Sus palabras fueron: "Lo siento por ser asombrosa"

Era una etapa de mi vida donde muchas cosas habían empeorado y me enojó de gran manera su comentario, luego se disculpó y me invitó a una cafetería cercana. Nos volvimos amigas desde ese día y nunca más me molesto su egocentrismo, al contrario, me encantaba.

A los veinte quedó embarazada, no se lo esperaba ni yo misma. En sus planes estaba casarse primero y luego los hijos, incluso estaban comprometidos, hasta que llegó la pequeña Stela y postergaron su matrimonio, matrimonio que aún no se ha dado. Paula dice que tal vez ni se case hasta que se sientan listos otra vez, yo ansiaba que se casaran lo más antes posible para verla de blanco y compartir todos los planes junto a ella.

Eran mi pareja favorita, polos distintos, mundos laborales diferentes, pero congeniaban bastante. Siempre soñé con tener una historia de amor así, pero a estas alturas de la vida me había resignado ante esa idea.

-Ahora sí, me siento una persona diferente- me dijo mirándose al espejo.

Reí-No es para tanto, sigues siendo la misma Paula.

-Créeme que para mí es mucho.

-Tomaremos un café y ahí te dejo libre-propuse.

-Tu no bebes café.

Sonreí-Solo por hoy que me dieron ganas de uno, vamos que sé que te encanta.

-Deberíamos apurarnos antes que te mueras con ese deseo.

Ahí si tuvimos que llamar a su chofer porque el café de su preferencia quedaba un poco lejos y, además, empezaba a anochecer.

Al llegar mientras esperábamos agregué el contacto de Javier y pensé bien lo que le iba a escribir. Me pareció divertido porque escribía todo tipo de texto con facilidad, pero me complicaba con este mensaje.

-Tengo una idea, ponle esto: "Hola guapo, soy la artista que te fascinó hace una semana, gracias por las flores son maravillosas. Y claro que estaría encantada de aceptarte una cita"




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.