Letras Perdidas En Esta Ciudad

Aclarando la vida y dándole color

Una semana desde aquel desmayo, desmayo causado por el estrés me comentó Marco, el conocer nuevas personas, abrumarme y el cambio de planes había sido mucho para mí. Marco habló con Paula quien había estado preocupada por esa semana. Además, tengo diez llamadas perdidas de Morya, quince de Carlos que había conseguido mi número. Pero a ninguno le había dado una respuesta. He querido calma y tranquilidad estos días para retomar mi vida.  

He hablado con Marco, me ha mantenido optimista toda esta semana, amo a Marco mucho más que a Paula y se los he dicho a los dos y sorprendentemente los dos aceptan aquello sin atacarse. Y es que es normal en esta vida siempre querer más a alguien que a otra persona, pasa con los padres e hijos, y está bien. No es que no te amene simplemente se apegan más a unos que a otros. 

He estado mejor conmigo misma, de igual manera creo que es el aire Navideño que ya se siente, la alegría, el amor, los regalos, la familia.  

Tocaron la puerta de mi departamento, Marco de seguro venía con las manos ocupadas o se había olvidado las llaves, ha pasado más en mi departamento que en el suyo estos días.  

-Espero que me traigas una bebida decente... -Morya se encontraba frente a mi puerta y yo no sabía dónde esconderme.  

-Que alivio verte bien-me sonrió.  

-Sí, ya me encuentro mejor, adelante.     

Cerré la puerta detrás de mi rezando para que Marco no se tardara tanto, sabía que no iba a ser una conversación cómoda.  

- ¿Deseas algo de beber? 

-Deseo hablar contigo ¿Se podría?  

-Claro. 

Me senté en un sillón individual dejándolo al otro lado de la sala, no es que quisiera evitarlo simplemente prefería dejar un pequeño espacio entre nosotros.  

- ¿Cómo has estado? -preguntó.   

-Bien, no fue nada grave. El estrés me ha pasado factura estos días.  

-Pero ese “nada grave” te inhabilita toda una semana.  

-Necesitaba recuperarme, tiendo a desaparecer sin avisar. No deberías preocuparte por eso. 

-Pero lo hago- apoyó sus codos en sus rodillas y me miró preocupado.  

Realmente lo estaba, su preocupación era eminente en su rostro. 

-Esa noche, cuando me viste abrazado con Carol, ¿Ya te sentías mal?  

La sorpresa en mi rostro al saber que los había visto creo que no pude ocultar al verlo sonreír ante mi incredulidad de que me pudo haber visto. ¿Pero cómo? Si se encontraba de espalda.   

-Me lo contó Carlo, más bien me reclamó.  

Que traidor, cuando lo vea lo molesto con aquello.  

- ¿Por qué te reclamó?  

-Primero responde a mi pregunta. 

-Sí, ya me sentía mal.  

- ¿Por qué no me contaste? Pude haberte ayudado. 

-Solo no quería arruinarte la noche.  

-Eso era lo menos importante, tu bienestar es mi prioridad. 

Admito que mi corazón quiso salirse del pecho al escucharlo decir aquello, pero ya no tenía ánimos para seguir con esta conversación. 

-Dejemos ese tema de lado.  

- ¿Y sobre qué quieres hablar? 

- ¿Cómo has estado?  

Sonrió-Jodidamente preocupado por ti ¿No quieres preguntar algo más?  

-No sé qué más...   

 Corté mis palabras al ver como se levantaba para acercarse a mi espacio personal y acuclillarse para que nuestros rostros queden frente a frente.  

- ¿Segura que no quieres preguntar sobre Carol? Porque estoy convencido de que también has estado pensando en aquello.  

- ¿por qué crees que quiero saber de lo de ustedes? 

-Yo quisiera saberlo si estuviera en tu lugar, y para aclarar no hay nada entre Carol y yo.  

Admito que mi cerebro no ha funcionado muy bien que digamos desde que se acercó.  

-Eso no lo dijo el abrazo, ni sus palabras esa noche ni los medios de comunicación. 

-Ese abrazo porque ella lo necesitaba, esas palabras para jodernos la noche siempre han querido una oportunidad conmigo y nunca se la he dado, y ¿En serio crees en esos amarillistas sabiendo como son con nosotros?  

-No, no les creo.  

- ¿Crees en mí?  

Joder, cuando necesitaba que Marco apareciera no lo hacía.  

Tomó mi rostro y me hizo mirarlo- ¿Crees en mi Odalys? Porque yo sí creo en ti, y creo en un nosotros. 

- ¿En un nosotros?  

Sonrió-Claro, si tu deseas intentarlo habrá un nosotros.  

Mi mente decía que no pero mi corazón le contradecía, a veces debes ignorar la razón para disfrutar un poco más la vida.  

Para mi buena suerte mi celular sonó, ambos miramos hacia este y puso mala cara al ver el nombre, lo tomó y contestó.  

-No me jodas el día, está ocupada para ti-me miró mientras escuchaba lo que le decía Carlo al otro lado-No vuelvas a llamar.    

- ¿Que dijo? ¿Por qué no me dejaste hablar con él? 

-Nada importante, ¿Querías hablar con él?  

-Sí-lo sentí tensarse ante mi respuesta.  

- ¿Cómo consiguió tu número? 

-No sé- y era verdad.  

Suspiró -Carlo me dio la respuesta desde esa noche y el impulso de intentar algo contigo.  

Reí- ¿Estás celoso por Carlo?  

-Sí, y me jode eso.  

Miré hacia la puerta como si Marco apareciera mágicamente, estaba demorando y me empezaba a preocupar aquello.  

-No te preocupes por él, le pedí que nos dejara solos y que cuando nos desocupemos suba a ver la comida.  

Claro, Marco haría sido cómplice de esta aparición.  

-Así que ¿Intentamos un nosotros?  

Sonreí-Sí, intentemos un nosotros.  

Se puso de pie, me extendió la mano y me atrapó entre su cuerpo.  

-Así que no tienes nada con Carol.  

Sonrió-No, nunca. ¿Te gusta Carlo?  

Reí a carcajadas y viró los ojos ante la situación.  

- ¿Crees que si me gustara Carlo te diera una oportunidad?  

-Ya, ya. Fui un idiota con esa pregunta.  

 -Claro que sí.  

El silenció inundó la habitación y me sonrió- ¿Te puedo besar? 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.